Escándalo en la FAB: la violencia en el fútbol llegó a las reuniones de boxeo
El boxeo argentino está nuevamente contra las cuerdas y aguantando estoicamente de pie. Con un sólo campeón mundial asentado en el circuito grande del negocio –Fernando Martínez– y un puñadito de púgiles ascendentes capaces de dar la talla en el exterior, no para recibir golpes que conspiran contra su rica historia de logros. Ahora volvió a ser noticia por un hecho lamentable, producto de un nuevo fenómeno que se adosó a sus tradiciones y que amenaza con corromper los códigos de honorabilidad que lo rigen: la futbolización de los festivales televisados, con presencias de hinchas que asisten con el fin de hacerle el aguante a púgiles de sus clubes.
El penoso enfrentamiento de barras de River y Excursionistas contra algunos miembros de una facción de Huracán, que sucedió en la noche del sábado en el gimnasio de la Federación Argentina de Box, volvió a dejar a las claras que quienes se empecinan en bastardear la imagen del boxeo nada tienen que ver con el deporte. Razón por la cual los directivos de la FAB ya están reviendo algunas medidas adoptadas que hacían más vistosos y coloridos los programas televisados pero no otorgan garantías de orden. “Nuestra seguridad está para efectos disuasivos, pero con esto vamos a tener que cambiar muchas cosas para que esto no vuelva a suceder”, advirtió, en diálogo con LA NACION Luis Doffi, presidente de la FAB.
Los lamentables incidentes se desataron en la definición del duelo de semifondo entre el puntano Franco Lucero y Giuliano Canónigo, representante del gimnasio del club Huracán. Si bien, los cuatro rounds del combate habían transcurrido con tranquilidad, el clima futbolero que bajaba de las tribunas presagió la batalla campal que terminó sucediendo en el sector del ring side del populoso estadio de la FAB, ubicado en Castro Barros 75, en el barrio de Almagro. “Yo advertí un clima beligerante entre los barras de los diferentes clubes, pero no pensé que todo iba a terminar como terminó. La única violencia que está permitida en la FAB se ejerce con reglas y sobre el ring”, dice Doffi.
Según testigos, todo comenzó por un entredicho por una bandera entre la gente Quemera que acompañaba a Canónigo y los miembros de la barra de Excursionistas, que también estaban acompañados por miembros de la segunda línea de Los Borrachos del Tablón, quienes coparon la parte alta del estadio con la intención de alentar al púgil Sebastián Bonifacio, hincha de River que iba a combatir con Mateo Soto. “Esto pasó porque había más barras que gente del boxeo. Hasta yo la ligué por querer interceder pensando que me conocían. Fue una locura. Me volaron un diente”, le contó a LA NACION el boxeador Alberto Melián, quién no sólo fue agredido por estos bárbaros, sino también le sustrajeron una plaqueta que minutos antes había recibido sobre el ring.
Los enfrentamientos duraron más de 10 minutos. Lejos de calmarse tras el anuncio de la suspensión, los violentos comenzaron a revolear sillas y a romper las instalaciones de la FAB. Todo, mientras el público general, que había asistido para disfrutar del espectáculo, intentaba salir del lugar para evitar ser afectado por lo sucedido.” Esto estaba por demás cantado que iba pasar. Desde temprano había mucha gente borracha y con ganas de armar quilombo. Sin dudas, después de esto, la FAB debe tomar medidas más severas. Había gente dispuesta a pelear conmigo, fue una locura”, le dijo a LA NACION el excampeón mundial crucero Marcelo Domínguez. Si bien fue el propio Doffi quien llamó rápidamente a la policía, poco pudieron hacer para evitar los desmanes e intentar detener a los violentos. Se fueron como llegaron: libres. No hubo un solo detenido.
Son muchos los habitués al mundillo del boxeo que frecuentan los pasillos de la casa madre del boxeo argentino, que coinciden en apuntar en off que la gresca del sábado fue una acción deliberada y orquestada por personajes ligados a sindicatos, partidos políticos y clubes, que desde hace rato aprovechan las reuniones televisadas para visibilizar sus intereses, con la excusa de bregar por los derechos de los boxeadores, apostando a quedarse con el manejo de la Federación Argentina de Box.
El ciclo de Boxeo Promocional, ideado en sociedad por la FAB y el Canal de deportes TyC Sports, nació con el objetivo de promover televisivamente a los boxeadores amateur y profesionales con escasas experiencias que forjan sus sueños silenciosamente en los miles de gimnasios de la zona metropolitana y el interior del país. La mayoría de esos púgiles representan a varios clubes del fútbol argentino. Razón por la que no fue casualidad ver cada jornada de boxeo promocional en el escenario de Castro Barros 75 decorado de banderas y poblado de hinchas con camisetas representativas de los gimnasios de las distintas instituciones afiliadas a la AFA. “Estábamos muy contentos con el crecimiento del boxeo promocional. Sobre todo, porque volvimos a tener el estadio lleno y se estaban promoviendo muchos nuevos valores de diferentes gimnasios. Esta fue la primera vez que se programaban boxeadores de clubes diferentes, nunca tuvimos en cuenta que podían trasladar la rivalidad futbolera a un evento de boxeo que está pensado para la familia del boxeo”, reconoce la máxima autoridad de la FAB.
La postura del doctor Doffi con adoptar cambios y evitar nuevos incidentes es contundente: “Evidentemente la imposibilidad de que asista público visitante a los estadios llevó a los barras de los distintos clubes a que diriman sus diferencias en otros ámbitos. Yo no voy a permitir que la FAB se convierta en un campo fértil de violencia. Por lo pronto el martes me voy a reunir con un funcionario del Ministerio de Seguridad de la Nación y en los próximos festivales nos vamos a acoger al protocolo de tribunas seguras”, confirmó Doffi, quien preside a la FAB desde 2022.
Sin dudas, este nuevo episodio penoso no hace más que dañar la imagen de un deporte noble y tirar una palada más de tierra en la fosa que desde hace décadas vienen cavando los detractores y abolicionistas para enterrar al pugilismo. Lamentablemente, la futbolización llegó al querido y vapuleado boxeo argentino. Será responsabilidad de los directivos de la FAB evitar que le sigan pegando golpes capaces de noquearlo definitivamente.