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Manuela Carmena no ha dicho la última palabra. ¿Es la tapada de las próximas elecciones?

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón compartieron bancada en el Congreso de los Diputados en 2016.
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón compartieron bancada en el Congreso de los Diputados en 2016. EFE

El fracaso de la política nacional que obligará a los españoles a volver a pasar por las urnas en este 2019 no solo no se ha cobrado la cabeza de ninguno de los principales candidatos nacionales, sino que la lista puede crecer pasando de cinco a seis. Y el flanco por el que crecerá sería el de la izquierda.

Así lo empiezan a dejar caer algunos confidenciales madrileños que aseguran que Íñigo Errejón está planteándose seriamente dar el salto a la política nacional con su plataforma Más Madrid.

Voz Populi asegura, además que “personas de su máxima confianza, como Tania Sánchez, han trabajado a contrarreloj para extender la marca en Cataluña y Andalucía, además de en Valencia y entre los federalistas y ecologistas en toda España”.

La duda, según las mismas fuentes, sería el nombre del candidato o candidata, porque el exnúmero dos de Podemos habría tentado a la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para ficharla como cabeza de cartel. Ya lo ven, si Vox atomizó el voto de la derecha, Más Madrid podría hacerlo con el de la izquierda.

Obviamente son todo especulaciones. Ni siquiera hay un nombre para la marca nacional. ¿Más España? ¿Más país? Eso es lo de menos. Lo importante es fichar a la exjueza. "solo tendría sentido presentar otra candidatura a la izquierda del PSOE si es la exalcaldesa de Madrid la que se pone al frente de la misma", recoge El Confidencial.

Y a todo esto, ¿Errejón qué dice? Pues de momento niega que esté entre sus planes este movimiento político, pero también negó su salida de Podemos hasta que se fue. De hecho lo llevó tan en secreto que para cuando anunció su inclusiójn en Más Madrid aún no había dejado sus cargos en Podemos.

Las malas lenguas dicen que Errejón no quiere protagonizar esta aventura por los riesgos que implicaría para él. Primero por ser un blanco fácil de las críticas de su principal rival, su expartido Podemos, y por otro porque un mal resultado daría al traste con una carrera política que apenas tiene cinco años.

Por el contrario, el nombre de Carmena le sirve para matar dos pájaros de un tiro. La exalcaldesa de Madrid se retiró de la política en junio tras no lograr revalidar el cargo, por lo que un mal resultado apenas incidiría en sus planes personales. Y uno bueno simplemente retrasaría durante unos años su plan de jubilación. Y por otro lado Carmena suscita menos fobias en el electorado de izquierdas. A pesar de que Pablo Iglesias, en persona, le retiró su apoyo en la recta final de las elecciones municipales de mayo, nadie en Podemos puede acusar a Carmena de traidora como sí lo hacen con el exnúmero dos de Iglesias tras la guerra civil vivida en Vistalegre II.

El movimiento de Errejón, además, no solo serviría para reforzarse, sino para debilitar al PSOE, quien ya ha sido tentada por el propio Pedro Sánchez para engrosar su equipo. Es decir, para ser ministra, no para ser candidata. Pero la relación entre Carmena y Errejón se rompió tras las elecciones de mayo. Tras dar un paso a un lado al no retener la Alcaldía, la exjueza se molestó al entender que Errejón intentaba arrinconar a su equipo en la reestructuración del grupo municipal. A principios de mes firmaron la paz, habrá que ver si fue un pacto de sangre o si por el contrario se usó tinta borrable.