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Errejón camina a cámara lenta por miedo a precipitarse

El portavoz regional de Más Madrid,Íñigo Errejón.
El portavoz regional de Más Madrid,Íñigo Errejón. (Photo by Europa Press News/Europa Press via Getty Images )

La candidatura de Íñigo Errejón a las próximas elecciones generales es una de esas cosas que, cuando se confirme en las próximas horas/días, todo el mundo dirá que "se veía venir" y que "estaba cantado". Pero lo cierto es que el líder de Más Madrid no ve tan claro que este sea su momento y no quiere dar un paso en falso. De ahí que esté midiendo todos y cada uno de sus movimientos. Por eso aún a día de hoy su participación en los comicios del 10-N no está del todo confirmada, por eso guarda silencio desde hace varios días, por eso se ha escapado unos días fuera de Madrid para reflexionar y decidir qué hace. Quiere evitar algunos de los errores de Podemos en sus inicios, darse a conocer con prisa y sin un proyecto sólido perfectamente empaquetado

De hecho, hace apenas una semana mantenía su negativa a dar el paso. El portavoz de Más Madrid en la Asamblea de Madrid señaló el pasado lunes que "sería precipitado" hablar de un salto a la política nacional de su partido que no tiene ni un año de vida. En realidad, el miedo de Errejón es el de quemarse él como candidato, no que Más Madrid fracase en las urnas, porque están convencidos de que no será así.

Para empezar porque las primeras críticas ya le han llovido desde PP y Cs en forma de “su compromiso con los madrileños era falso y nunca estuvo interesado en los problemas de la Comunidad”.

Y después porque a él se le va a exigir más que cualquier otro, incluido el hecho de lograr grupo parlamentario propio en el Congreso. Es decir, a él se le va a pedir más que a la marca. Si Más Madrid saca 5 diputados será visto como un éxito. Si Íñigo saca 5 diputados será visto como un fracaso. O así lo intentarán hacer ver sus enemigos comparando sus escaños con los de Pablo Iglesias. Porque en Podemos, por mucho que intenten minimizar los posibles daños, temen este movimiento.

Por eso el entorno del exnúmero dos de Podemos ha explorado más alternativas, incluida la de Manuela Carmena a quien han intentado hacer cambiar de idea hasta hace apenas 48 horas. ‘No descartéis a Manuela” repetían una y otra vez a los periodistas que les cuestionaban sobre ello.

Pero aún hay otro miedo más. Uno que comparten PSOE, Más Madrid y Podemos. El miedo a que la izquierda pierda posiciones y que la derecha logre formar Gobierno a partir del 11 de noviembre. Hasta ayer, este escenario le iba a ser recriminado en exclusiva al PSOE y a Podemos por no haber logrado encontrar puntos de unión para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Pero no fue así. Iglesias pensó que Sánchez iba de farol y mantuvo el órdago, y el segundo cedió a las presiones del Ibex35 para establecer un cordón sanitario al primero. Al final, fracaso absoluto, recelo de los votantes, crecimiento del desapego a la política y el fantasma de la abstención.

Ahora que Errejón apunta a tener papeleta propia en las urnas, ya se están repartiendo las culpas antes de celebrarse el partido. Es decir, ya hay miembros de Podemos que califican de despropósito esta división en tres de la izquierda. Un escenario idéntico al que hundió a la derecha en mayo con la aparición de Vox que restó más que sumó.

Por todo eso Errejón está espaciando sus decisiones. Por eso este fin de semana, como adelantó Lucía Méndez en El Mundo, ha tratado de alejarse del ruido reuniéndose con personas de círculo más íntimo para valorar los pros y los contras de su salto de fe. Porque sabe que cualquier traspiés será empleado por sus enemigos para atizarle sin cuartel. La suerte es que no habrá que esperar mucho para valorar si acertó o no. La noche del 10-N saldremos de dudas y se realizará el reparto oficial de culpas y logros.