Anís del Mono esconde en su etiqueta una grotesca burla que nunca llegó a confirmarse
Anís del Mono lleva más de un siglo y medio animando nuestras fiestas con sus características botellas de cristal adiamantado, que varias generaciones han utilizado como instrumento musical en la tradición navideña de “rascar el anís”.
La marca, que sigue empleando el mismo sistema tradicional de fabricación que hace 150 años, mantiene también una antiquísima etiqueta que esconde un par de curiosidades para los amantes de las anécdotas.
La fábrica de Anís del Mono fue fundada en Badalona en 1870 por los hermanos Vicente y José Bosch y Grau. La particular forma de la botella no fue un invento original: según cuentan, Vicente Bosch quedó prendado de una botella de perfume que encontró en París y, tras pedir al perfumista los derechos, lo registró en 1902 para comercializar su licor.
En cuanto a la etiqueta, su fabricación le fue encargada a una imprenta francesa, lo cual explica un detalle del que quizá no te hayas percatado: si te fijas, hay un error tipográfico y donde debería poner “destilación” pone “destillación”, con una ele extra. La marca nunca ha querido corregir esta errata y ha mantenido la etiqueta original como símbolo de tradición.
¿Y qué hay del propio mono que protagoniza la imagen? Aunque hay una teoría que afirma que había un mono de mascota en la fábrica, probablemente traído de las Américas -donde la familia Bosch tenía propiedades-, otros afirman que fue una estratagema comercial de los hermanos Bosch para publicitar su marca como “la más evolucionada”. Y es que en aquella época el debate que habían suscitado las teorías de Darwin sobre la evolución estaba en su punto álgido.
La propia empresa afirma que los rasgos humanoides del mono están basados en el rostro del propio Darwin, pero no se “mojan” a la hora de confirmar si la intención era desacreditar al científico o simplemente aprovechar un tema de moda para aumentar las ventas.
Sea como fuere, el éxito de Anís del Mono se mantuvo a lo largo de todo el siglo XX y ha llegado hasta nuestros días. A lo largo de la historia ha servido de inspiración a artistas del calibre de Picasso o Juan Gris, que utilizaron la conocida botella en sus obras, y más recientemente ha conquistado la gran pantalla con una aparición estelar en la película Donnie Brasco. ¿Te habías fijado en la botella que sale en esa escena?