Ernesto Cortés, editor jefe de El Tiempo: "La pandemia fue un laboratorio de aceleración para todas las redacciones del mundo"

Ernesto Cortés es uno de los periodistas más prestigiosos de Colombia. Su extenso currículum tiene como capítulos centrales el diario El Tiempo y el canal CityTV. Fue reportero político, editor de la sección Bogotá y subeditor de la sección Política, Jefe de Redacción de "Citynoticias", jefe de investigaciones del programa de televisión "Testimonio" y periodista político del noticiero "AM-PM", entre otros ciclos.

En 1996 fue galardonado junto con María Teresa Ronderos con el Premio de Periodismo Rey de España (por el trabajo titulado "El proceso a los medios de comunicación", publicado en el diario El Tiempo) y dos años después obtuvo el Premio Simón Bolívar. Tiene estudios de comunicación social en la Universidad Los Libertadores; de prensa, radio y TV, en Inpahu, y se graduó en la Maestría en Periodismo en la Universidad de Miami, Estados Unidos.

En una entrevista para la serie "Coronavirus y medios" de LA NACION, el también columnista del diario colombiano afirma que la pandemia deja numerosas enseñanzas a los medios y reafirma el vínculo entre la ciudadanía y las grandes marcas informativas.

- ¿Qué líneas estratégicas adoptó la Casa Editorial El Tiempo para hacer frente a este período de crisis sanitaria?

- La prioridad fue la salud de todo el staff y el garantizar el 100% de la operación para que el consumo de información no se viera afectado. Tuvimos claro desde el comienzo que el desafío era implementar algo que no habíamos hecho en más de 100 años de historia: hacer un periódico desde casa y mantener su calidad, tanto en el impreso como en lo digital. Y ello incluía redes sociales, otros portales y nuestro canal de televisión. La línea estratégica fue acompañar desde un punto de vista pedagógico y responsable la experiencia para los lectores y ciudadanos. Creo que lo más valioso es que todos los colaboradores de El Tiempo, sin excepción, asumieron ese desafío con el profesionalismo que nos caracteriza.

- ¿Qué impacto tuvieron a nivel audiencia y qué expectativas tienen con relación al modelo de suscripción que están por lanzar?

- Fue impresionante, sobre todo en el tema digital. Tuvimos cifras récord en usuarios reales y páginas vistas, como nunca antes las habíamos registrado. Ese fue un claro mensaje de que las audiencias, ante semejante crisis, buscaron medios tradicionales que les brindaran confianza con la información que recibían. Eso fue una ganancia, sin duda. También vimos un crecimiento asimétrico con varios picos durante los primeros 156 días de medidas de confinamiento y aislamiento social. El trabajo de métricas se enfocó en el seguimiento de los usuarios leales, el desarrollo de tácticas de recirculación, engagement y distribución. Hubo una explosión de creatividad e innovación para tratar de canalizar toda esa información que se estaba generando. Nuestra unidad de salud jugó y ha jugado un papel fundamental, gracias a que está orientada por un profesional de esa materia que supo balancear bien los contrapesos de la información que se iba generando. El impreso sufrió particularmente por distribución en calle. Tuvimos que cerrar durante la cuarentena cinco periódicos gratuitos muy exitosos y solo hasta hace pocas semanas volvimos a circular con ellos.

- ¿Qué contenidos publicados por El Tiempo lo sorprendieron más por calidad y nivel de respuesta de la audiencia?

- Fueron los elaborados por la unidad de datos, podcast, con el apoyo de nuestra unidad de salud y nuestros ingenieros, que lograron buena aceptación entre los usuarios leales. También la información de servicio que se desarrolló desde las secciones Salud, Bogotá Metropolitana y Economía. Creo que ante una situación tan delicada como la vivida, se hizo causa común entre audiencias y medios como el nuestro en donde sabíamos que todos teníamos que remar para el mismo lado y que mucho de ello iba a depender de la calidad de la información, los formatos y la profundidad y pedagogía como abordamos los especiales elaborados en impreso, digital y medios audiovisuales. Foros, entrevistas, análisis en todo tipo de formatos explotaron con esta situación.

La línea estratégica fue acompañar desde un punto de vista pedagógico y responsable la experiencia para los lectores y ciudadanos

- ¿Cómo evalúa la gestión de la crisis del coronavirus que lleva adelante el presidente colombiano Iván Duque?

- Ha sido acertada o por lo menos así lo muestran las encuestas. Duque venía en declive antes de todo esto, pero una vez asumió el tema desde el gobierno, esos indicadores se elevaron hasta casi un 64% de favorabilidad. Y también ha habido opiniones muy divididas. Instituyó un espacio televisivo diario de dos horas donde cuenta los pormenores de la emergencia y las medidas adoptadas por el gobierno. Eso creo que ha sido muy bien recibido, pero persiste la polarización frente a la opinión pública.

- ¿Qué políticas internas han adoptado para prevenir contagios en la Redacción de El Tiempo?

- Han sido muy estrictas. En nuestra planta principal, en Bogotá, donde también está la redacción, trabajan no menos de 1500 personas. Por lo tanto, los protocolos se han aplicado al 100%. La redacción trabaja de manera remota hace más de cinco meses. Solo los equipos del canal local CityTV van a las instalaciones del diario. Desarrollamos un sistema interno para la realización de encuestas diarias sobre el estado de salud de los colaboradores. A través de ellas podemos determinar cuál es el estado del equipo y si alguien requiere alguna atención especial. Ha habido seguimiento por secciones al estado de salud de cada trabajador y junto con una universidad se organizó una jornada de toma de pruebas de Covid-19 a la que asistieron alrededor de 200 periodistas. No hemos estado exentos de casos de contagio, pero por fortuna todos controlados y muy pocos.

Robustecimos el tema de redes sociales y de nuevos formatos digitales, lo mismo que el equipo audiovisual. Fue clave poner en marcha nuestra Mesa de Audiencias que incluye un editor de audiencias

- ¿Qué producciones editoriales de otros medios de comunicación durante la pandemia le han llamado la atención? ¿Puede mencionar algunos ejemplos?

- En general se ha notado un esfuerzo impresionante de todos los grandes medios de la región. Nos ha sorprendido, por ejemplo, la alianza de medios en Brasilpara poder informar de manera eficaz y objetiva sobre el coronavirus en el país. Y todos sin excepción montaron unidades de trabajo con base en data y desarrollos tecnológicos para el manejo de estadísticas y de mucha pedagogía, eso ha sido admirable. También hay que destacar los trabajos de visualización, crónicas y reportajes de medios que van más allá de nuestras fronteras como The Washington Post y The New York Times. La estrategia de La Conversación para aumentar el registro vía newsletter, por ejemplo. Pero insisto, el esfuerzo ha sido colectivo y creo que los medios tradicionales han podido demostrar la inmensa capacidad y el profesionalismo que tienen para asumir quizás el reto más grande que les haya tocado en el último siglo.

- ¿De qué manera se evidencia en la Redacción de El Tiempo la aceleración del proceso de prioridad digital?

- Digamos que de tiempo atrás El Tiempo venía preparándose con mucho rigor y con elevados estándares de calidad y eficiencia en dar un salto decisivo al modelo digital. Fortalecimos esa área como pocas, robustecimos el tema de redes sociales y de nuevos formatos digitales, lo mismo que el equipo audiovisual. Para eso también fue clave poner en marcha nuestra Mesa de Audiencias que incluye un editor de audiencias. Entonces cuando llega la pandemia lo que hicimos fue poner a prueba todo este engranaje y hoy lo flujos de generación de contenido, desde la deliberación, la comisión de las historias, su producción, edición y publicación hoy son 100 por ciento digitales. Hoy la presencia física no es necesaria o por lo menos no lo ha sido durante estos cinco o seis meses. Creo que también hemos evidenciado algunas debilidades menores y muchísimas otras oportunidades que ya estamos explorando y/o implementando para mantenerlas en la pospandemia. Pero en general ha sido una experiencia maravillosa porque hemos sabido responder y hemos aprendido mucho más del potencial que tenemos.

- ¿Qué objetivos persiguen con la sección "Tiempo en Casa" que tiene un lugar destacado en la oferta de contenidos de la pandemia?

- A los pocos días de comenzar las cuarentenas nos dimos cuenta de que estábamos ante una nueva realidad y ante un nuevo relacionamiento social, por lo tanto, teníamos el reto de satisfacer a esas audiencias en su nuevo entorno: la casa. El objetivo fue aprovechar el momento de consumo que se originó con el aislamiento social y el confinamiento, con temas relacionados con las nuevas necesidades de los lectores. Fue un espacio que, paulatinamente, se convirtió en un bloque de content marketing, es decir, que pudimos monetizar. Eso, por ejemplo, fue una oportunidad de hacerle frente a la crisis financiera -que también nos golpeó- y de inventar nuevos formatos de información y de entretenimiento para nuestras audiencias.

En general esta etapa ha sido una experiencia maravillosa porque hemos sabido responder y hemos aprendido mucho más del potencial que tenemos

- ¿Qué enseñanzas nos dejará este momento tan particular de la historia de la humanidad?

- Muchas. La primera de ellas es la confianza. Hay que seguir construyendo lazos de confianza entre medios de comunicación y ciudadanía, porque solo así conseguimos generar credibilidad, principal baluarte de un periódico o un portal. En segundo lugar, hemos confirmado que la gente sigue creyendo en medios con marcas reconocidas, porque le generan tranquilidad, porque saben que hay contrastes, porque la información se verifica, porque está hecha por periodistas profesionales y porque, como ha sido absolutamente evidente, coyunturas como estas también revelan que hay intereses de gobiernos, de movimientos sociales y políticos interesados en mentir, en llenar las redes sociales de falacias, de desinformación, y solo un medio acreditado puede ponerlo en evidencia. Eso que ganamos no se puede perder. Es un laboratorio de aceleración para todas las redacciones del mundo. Y para ello es importante mantener la idea de aumentar los niveles de apropiación digital.

- ¿Cómo vive la situación a nivel personal, familiar y profesional?

- Esa es una gran pregunta que por estar metidos en el día a día pocas veces nos detenemos a reflexionar. Pero te diría que es de constante aprendizaje, de valorar cada vez más lo que se tiene, y hablo en particular de la familia. Estar ausente de la oficina es duro para un periodista que se bate en la calle, pero tantos meses al lado de quienes te rodean ha significado un replanteamiento de muchas cosas y de valorar otras, como el oficio mismo. Ha sido un aprendizaje de doble vía, ahora somos más conscientes de las necesidades de quienes están a tu lado y también ha habido una mayor comprensión de la familia hacia el tipo de trabajo que desarrollamos. En lo profesional ha sido un desafío, pues jamás estuvo en nuestras cuentas trabajar permanentemente desde casa, aprender de nuevas tecnologías y nuevas narrativas. En fin, en medio de todo ha sido positivo y retador. Veremos qué sucede en adelante.