Las entidades judías, divididas por su postura frente al Gobierno y a Cristina

Alberto Fernández y Ariel Eichbaum, presidente de la AMIA, se reunieron el viernes
Presidencia

El presidente de AMIA, Ariel Eichbaum, cerró el viernes su discurso en el acto virtual por los 27 años del atentado contra la sede de la mutual judía calificando como “salida improvisada” al juicio en ausencia, instancia sostenida por la DAIA como herramienta válida para juzgar a los seis exfuncionarios de Irán señalados por la Justicia como responsables. “Para usted y para AMIA el Tribunal de Núremberg aplicó una legislación inadecuada para juzgar al nazi Martin Bormann, que se había profugado, y consecuentemente su condena es por lo menos cuestionable”, le contestaron sin anestesia Luiz Czyzewski y Ana María Blugerman, padres de Paola, una de las 85 víctimas mortales de la AMIA y parte de uno de los grupos de familiares.

El fuerte contrapunto muestra una realidad comunitaria de divisiones internas entre las entidades centrales, posturas contrapuestas de las que también toman nota en la Casa Rosada . Hostil con la DAIA, entidad conducida por Jorge Knoblovits y que sostiene su querella en el juicio contra Cristina Kirchner y otros exfuncionarios por el pacto con Irán, y elogioso con la cúpula ortodoxa de la AMIA, con la que se reunió esta semana en la Casa Rosada, el Gobierno refuerza además su acercamiento al recientemente creado Llamamiento Argentino Judío , un revival de la OIA, pergeñada durante el primer gobierno peronista, y que pide sin rodeos el “cese de la persecución” judicial contra la vicepresidenta.

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Los días previos al nuevo aniversario evidenciaron las preferencias del Gobierno con relación a sus interlocutores. Mientras, con altas dosis de ironía, la DAIA tomó como “natural” la invitación presidencial a la AMIA para un homenaje previo a las víctimas, desde la representación política intentaron, con éxito parcial, postergar el alegato de la vicepresidenta en la causa por el memorándum, que coincidió con el homenaje comunitario. Finalmente, y una hora después de lo pactado originalmente, Cristina Kirchner hizo su defensa, aplaudida por el titular del Llamamiento, Jorge Elbaum, en medios cercanos a la Casa Rosada. “La causa fue armada para perseguir al proyecto político”, dijo Elbaum, habitual colaborador de El cohete a la Luna, que dirige Horacio Verbitsky, y citado por la vicepresidenta en su defensa.

“Lo peor es que Alberto Fernández los recibe, les da entidad”, se quejó otro experimentado dirigente comunitario con relación a la reunión del Presidente con el Llamamiento, el 23 de junio pasado. “Se la pasaron hablando mal de la DAIA”, agregó otro referente cercano al oficialismo comunitario, conocedor de las críticas que este grupo hizo ese día a “la derecha comunitaria”, como caracterizan a la conducción de la entidad fundada en 1936.

Más allá de los matices internos, la DAIA renovará sus autoridades en noviembre, y ya uno de los precandidatos, el exsecretario de Derechos Humanos de Cambiemos Claudio Avruj, expresó que, de llegar al poder, retiraría la querella contra la expresidenta. “No tiene apoyo, se quedó solo”, lo relativizan desde la actual conducción, al indicar que el Bloque Unido Religioso (BUR), que gobierna la AMIA desde 2008, difícilmente le dé su apoyo “a un candidato que viene del macrismo”. Lo más probable, aseguran en ámbitos comunitarios, es que Knoblovits –resistido por el sector del Gobierno más cercano a la vicepresidenta– continúe en su puesto.

Con críticas a la conducción de la AMIA –que se basa en preceptos judaicos para rechazar su participación en la querella por el memorándum y el juicio en ausencia–, desde la oposición tampoco lucen unidos: Alejandro Kladniew y el rabino Sergio Bergman, dos de sus referentes, dejaron el país en los últimos meses, el primero porque se radicó en Paraguay y el segundo, en los Estados Unidos.

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Otra de las postales del nuevo aniversario fue la continuidad de las distintas posturas de los familiares. Mientras un sector acompañó el acto virtual de AMIA-DAIA, Memoria Activa realizó ayer su propio acto, del que participaron dirigentes del CELS y en el que se escucharon duras críticas a la dirigencia comunitaria. Sin participación en ninguno de los dos actos, desde la agrupación de familiares Apemia sostienen que “no hay una sola prueba contra Irán” y denuncian que “los fiscales quieren cerrar la causa”.