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Enrique Berruga explora la presencia de Lee Harvey Oswald en México

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 29 (EL UNIVERSAL).- El cazador de secretos. Un thriller sobre Lee Harvey Oswald en México (Espada, 2022), del escritor y diplomático Enrique Berruga, explora la presencia del asesino de John F. Kennedy en la capital del país, durante 1963, año del atentado. La novela se presenta este jueves a las 19:00 horas en el lobby del Club de Industriales Hotel Marriot (Andrés Bello 29, Polanco), donde al autor lo acompañará el periodista Javier Solórzano.

Al principio del libro, Oswald está en un puesto de comida.

Es en Tacubaya, frente a un Soriana. Fue documentado que Oswald se acercó a la Embajada Soviética en aquella época. Le tomaron una foto de la cual ya no hay evidencia. El hecho de que esté comiéndose unos tacos, lo evidencia: es lo que hay que hacer en este país.

-¿Desde dónde se acerca al género del thriller?

-En América Latina por alguna razón que desconozco, se explora poco el género del thriller, ya sea político, financiero, de espionaje o de asesinatos. Algo parecido a un thriller fue Crónica de una muerte anunciada, pero en general el thriller, la novela que devela un misterio, es poco común en América Latina. Ignoro por qué. El complot mongol, es un clásico porque es de las pocas grandes novelas en este género. Curiosamente hay una demanda grande de este tipo de libros en América Latina, aunque básicamente se trata de autores ingleses o estadounidenses.

-¿Por qué profundizó en el personaje de Oswald?

-Por la curiosidad propia de saber a qué vino él, siete semanas antes del asesinato de Kennedy. Oswald no era un viajero frecuente, y de repente apareció en la ciudad, desde Dallas, como un perfecto desconocido. Nunca antes había estado en la Ciudad de México y de pronto ya se encontraba en una cena con Elena Garro y la élite de la izquierda mexicana. ¿Qué tipo de conexiones tenía en México él para lograr eso? Porque era un absoluto nobody, un perfecto desconocido, sin conexiones; un hombre gregario, solitario, que toda su vida fue así.

-¿Hay conexión entre lo que vino a hacer en México y el asesinato de Kennedy?

-Me sorprende que siendo tan próximas las fechas no se haya investigado esto con más rigor. La conexión mexicana no está. Sé que en la comisión que hizo el senador Warren para investigar el asesinato hicieron un documento de mil 500 páginas en el que, curioso, sólo entrevistaron a una persona que estuvo en contacto con Oswald en México, la encargada de la sección consular cubana; ella llegó a ver tres veces a Oswald en el país y fue llamada tres veces a testificar. Yo fui investigando y me parece que ahí hay valor desde el punto de vista policíaco.