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Encuentran unos perros abandonados en una zona afectada por el huracán Florence

El socorrista Ryan Nichols observa a unos perros abandonados enjaulados tras el paso del huracán Florence por Longview, EEUU, 16 de septiembre de 2018. REUTERS/Jonathan Drake

Por Jonathan Drake

LELAND, EEUU (Reuters) - Tres días después de que el huracán Florence aterrizara en Carolina del Norte, mientras documentaba los daños en la localidad de Wilmington me avisaron de que un grupo de voluntarios se dirigía a una iglesia de Leland donde se encontraban personas aisladas a causa de las inundaciones.

Llegar a estos lugares aislados en coche no es fácil, puesto que incluso conducir con camionetas altas sin ver las señales de tráfico y en medio de grandes caudales supone un gran desafío.

No obstante, Ryan Nichols y David Rebollar encontraron otra forma de llegar al lugar donde personas y animales estaban atrapados por las inundaciones: un bote que trasladan desde su hogar en Texas hasta zonas de desastre. En el caso de Carolina del Norte, la distancia es de unos 1.600 kilómetros.

Tras soportar el paso del huracán Harvey, que sacudió Houston el año pasado, los exmarines se han propuesto ayudar cada vez que ocurre un desastre.

Mientras Nichols hablaba con la gente en la iglesia, escuchamos ladridos persistentes en la parte trasera de una propiedad cercana. Fue a investigar y luego volvió diciendo que "ellos" estaban atrapados y que debíamos darnos prisa.

Con el agua hasta las rodillas, fuimos con él hasta que vimos tres perros en una jaula. Dos nos miraban sentados sobre sus patas traseras, mientras que el otro apenas tenía la cabeza por encima del agua. Estaban temblando, aterrorizados y desesperados por salir.

Nichols intentó calmarlos mientras intentaba abrir la jaula. Cuando lo hizo, saltaron no tres, sino seis perros que se dirigieron a través del agua hacia un terreno seco cercano.

Un vecino de la calle encontró algo de comida, que los perros devoraron.

Habiendo cada vez más personas cerca de la zona esperando ayuda, los voluntarios y residentes locales decidieron dejar comida para los perros y dejarlos deambular por el terreno más alto al que tenían acceso para avisar a las autoridades locales después.

Las aguas de la inundación subieron en las horas siguientes, aunque empezaron a bajar al día siguiente, cuando Nichols regresó para poner a los animales a salvo.

Allí se encontró con su dueño, quien dijo que tuvo que evacuar la casa rápidamente con sus niños pequeños y que envió a una persona para que se hiciera cargo de los perros, pero le fue negada la entrada a causa de las inundaciones.

Para ver la galería de imágenes: https://reut.rs/2QIcnAj

(Editado en español por Javier Leira y Alba Calejero)