Encargada de negocios de EE.UU. en Cuba deja su puesto con quejas sobre DDHH

Washington, 7 ago (EFE News).- La hasta hace poco encargada de negocios de EE.UU. en Cuba Mara Tekach abandonó La Habana el viernes pasado y se despidió del Gobierno cubano con una nota diplomática en la que se quejaba de la situación de los derechos humanos en la isla.

"Yo me fui de Cuba el viernes pasado. En mis últimos trabajos con el Gobierno cubano entregué una nota diplomática y expliqué que su sistema de presión no era aceptable. Fue una queja sobre el estado de derechos humanos en Cuba", explicó Tekach en una llamada con la prensa organizada por el Departamento de Estado.

Tekach, encarga de negocios entre 2018 y 2020, ya había denunciado anteriormente presiones de La Habana a su trabajo y su defensa de los "presos políticos" en Cuba, mientras que las autoridades de la isla la habían acusado de promover y dirigir a disidentes.

En los últimos días en su cargo, Tekach explicó que también ayudó a organizar vuelos de repatriación para evacuar a los estadounidenses y residentes permanentes que se habían quedado en la isla y no podían regresar al país debido a la pandemia.

Según datos del Departamento de Estado, entre el 27 de enero y el 10 de junio se repatrió a 1.551 ciudadanos desde Cuba en nueve vuelos.

De regreso en EE.UU., Tekach seguirá trabajando en la política de Washington hacia La Habana como coordinadora de Asuntos Cubanos de la oficina para Latinoamérica del Departamento de Estado.

Será sustituida como encargada de negocios por Timothy Zúñiga-Brown, que trabajó a final de la década de los 90 en la sección de intereses de EE.UU. en la embajada suiza en La Habana, la institución que representa los intereses estadounidenses en la isla antes del restablecimiento de las relaciones diplomáticas en 2015.

Zúñiga-Brown también trabajó en la oficina de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado y desempeñó diferentes cargos en Ecuador, Bahamas y México.

La Habana y Washington viven hoy una de las etapas más tensas en su complicada relación, tras la distensión protagonizada por los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro entre 2014 y 2016, etapa conocida como el "deshielo", que motivó la reapertura de las embajadas.

Sin embargo, la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump en 2017 provocó un viraje de la política estadounidense hacia Cuba, en parte debido al interés del mandatario de presumir de mano dura con la isla para retener el estado clave de Florida en las próximas elecciones de noviembre, en las que opta a la reelección.

En los últimos años, EE.UU. ha endurecido el embargo que mantiene desde 1962, ha aumentado sus sanciones, ha expulsado a diplomáticos cubanos de su territorio y ha prohibido el atraque de embarcaciones estadounidenses en costas cubanas, además de limitar los vuelos solo al aeropuerto de La Habana.

El Gobierno estadounidense también decidió cerrar su consulado en la isla y ordenó la salida de la mayoría del personal de su embajada tras los misteriosos incidentes de salud que afectaron a una veintena de sus diplomáticos, por causas aún sin explicar.

Actualmente la misión de EE.UU. en Cuba funciona a nivel de encargado de negocios debido a que el presidente Donald Trump no ha designado embajador. Cuba sí mantiene un embajador en Washington.

(c) Agencia EFE