En defensa del murciélago, el mamífero más calumniado de la naturaleza

Los murciélagos son animales gregarios que viven en grupos. El tamaño de las colonias varía según la especie. Algunas tienen una docena y otras miles de individuos. (Getty Images)
Los murciélagos son animales gregarios que viven en grupos. El tamaño de las colonias varía según la especie. Algunas tienen una docena y otras miles de individuos. (Getty Images)

Los murciélagos tienen mala fama sin merecerlo. En los felices y cálidos veranos de mi infancia en la costa venezolana, sentía temor al escuchar el aleteo de decenas de extraños bichos alados que abandonaban el follaje del gigantesco árbol del patio para iniciar sus recorridos cuando llegaba la noche.

Y la realidad es que en esos días de intenso calor y playa me picaron los mosquitos y las hormigas, estuve a punto de pisar cangrejos y rozar medusas, me fastidiaron cientos de moscas y hasta se me subió por las piernas alguna cucaracha, pero nunca, nunca, tuve una mala experiencia con un murciélago.

Nadie me sabía explicar bien por qué había que temerles, más allá de su peculiar fisionomía y la creencia de que un murciélago era un vampiro que realizaba excursiones nocturnas para chupar sangre.

Son los mamíferos más numerosos

Si esa leyenda urbana fuera cierta y todos los murciélagos se alimentaran de sangre humana la mayoría de nosotros ya nos hubiésemos topado con ellos porque estamos hablando de la segunda especie más numerosa del planeta, sólo superado por los roedores.

Por el contrario, los murciélagos son animales tan discretos que no notamos que representan casi el 22% de las 6.400 especies de mamíferos que hay sobre la Tierra. Se han descrito 1.386 especies de murciélagos a nivel mundial.

Ahora no me extraña haber visto tantos volar en Venezuela porque los quirópteros son el orden de mamíferos placentarios más numerosos en mi país natal, con 167 especies agrupadas en 9 familias y 66 géneros. Esa cifra representa el 14% de la quiropterofauna mundial y cerca al 61% de la suramericana.

Los únicos mamíferos voladores

Sus hábitos de salir a volar a la puesta y la salida del sol les han permitido evitar la competencia ecológica con las aves y lo hacen gracias al desarrollo de un sistema de ecolocalización que les permite volar incluso en la más completa oscuridad. También son los únicos mamíferos capaces de mantenerse con sus movimientos musculares en el aire.

Pero sus sorprendentes habilidades han sido incomprendidas por los humanos. Mientras las coloridas aves como las guacamayas acaparan elogios, los murciélagos acumulan injusticias desde la antigüedad. La propia palabra murciélago tiene su origen en el latín "mus caecus", que literalmente significa ratón ciego. Los científicos creen que el origen de los murciélagos está mucho más relacionado con los primates que con los roedores.

Los murciélagos son claves en el bienestar de los ecosistemas porque tienen funciones específicas en el control biológico y en la polinización.

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La mayoría come insectos y lame el néctar de las flores

Los humanos debemos agradecerles por mantener a los mosquitos a raya, porque muchos se agrupan en especies insectívoras capaces de devorar a unos 3.000 insectos en una noche. Otros son nectarívoros y tienen un especializado sistema sonoro para detectar el néctar de las flores en plena oscuridad. En esa alianza entre los murciélagos y las flores, ellos lamen el néctar y quedan cubiertos del polen que luego esparcen en otras flores, facilitando el proceso de polinización de incontables plantas. Una de ellas es el agave azul, la planta mexicana que sirve de materia prima para elaborar el tequila. Así que sin murciélagos tampoco existiría la popular bebida alcohólica.

Otra calumnia que cargan los murciélagos a cuesta es que son chupadores de sangre.

Sólo 3 especies se alimentan de sangre

Los científicos aseguran que los murciélagos tienen una alimentación variada que depende de su especie. Ya hemos mencionado que la mayoría se la pasa comiendo insectos o saboreando néctares de flores. Sólo nueve especies son carnívoras y se alimentan de pequeños anímales como ratones, lagartijas, sapos es un grupo muy pequeño de murciélagos.

Y apenas 3, de mas 1300 especies de murciélago, son hematófagas, es decir, que se alimentan de sangre.

Los científicos creen que hay pocos murciélagos “vampiros” porque es difícil sobrevivir a base de sangre en la naturaleza. El 80% de la sangre es pura agua y gran parte de los pocos nutrientes están compuestos de proteínas que son difíciles de metabolizar para su organismo.

Y ni hablar de lo problemático que es trepar por sus presas cuadrúpedas en para clavar sus dientes afilados para que brote la sangre. Un dato inexacto es pensar que los murciélagos “chupan” la sangre como lo haría el persona de la leyenda del conde Drácula. Ellos deben esperar que la sangre brote y la lamen con la lengua.

Otro aspecto que juega en su contra es su incapacidad de permanecer en ayuna en las épocas malas. Los murciélagos hematófagos pueden morir de hambre si dejan de comer dos noches.

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El falso vampiro es inofensivo para los humanos

Pero de todos las calumnias que se ciernen sobre los murciélagos, el más vilipendiado es el falso murciélago vampiro. El aspecto del Vampyrum spectrum, o murciélago espectral, causa temor porque se trata de un animal enorme, cuyas alas se extienden más de un metro. Ciertamente tienen colmillos y cara de pocos amigos pero no es un vampiro porque no se alimenta de sangre.

El murciélago espectral es americano. Se encuentra desde el sur de México hasta Brasil y sobrevive sobrevolando los cielos nocturnos en busca de aves y pequeños roedores. Son verdaderos depredadores que se abalanzan sobre su presa y las envuelven con sus poderosas alas para inmovilizarlos antes de aniquilarlos con una mordida en la cabeza o la nuca.

Son animales muy reservados

Pero te aseguro que difícilmente te toparas con ese peculiar animal. Los investigadores deben pagar grandes sumas a lugareños de zonas selváticas apartadas para que los guíen a sus contados niños. Son mamíferos nocturnos que han desarrollado un sofisticado sistema de seguridad para sobrevivir. Hasta desactivan su sistema de ecolocalización cuando van de cacería porque ese ultrasonido podría alertar a otros murciélagos y a algunos roedores de sus planes.

En definitiva, no le temas a ningún murciélago porque no son peligrosos para los humanos. Eso no significa que debas tocarlos o interactuar con ellos porque, como cualquier otro animal salvaje, puedes afectar su ecosistema o puede transmitirte enfermedades como la rabia.

Lo que hay que tener en mente es que los murciélagos tienen una función primordial para mantener el equilibrio de los ecosistemas del mundo: polinizan plantas, esparcen semillas, controlan las plagas y su estudio ha aportado el desarrollo de medicamentos y la creación de equipos de navegación para personas invidentes.

La tarea pendiente es comprenderlos para eliminar nuestros temores infundados y aprender a coexistir con ellos.

Fuentes: National Geographic, Smithsonian, TvGlobo, CDC, UCV.