En coma al ir a una operación estética de glúteos

Entró en consulta para someterse a una operación de cirugía estética y salió en coma tras un paro cardíaco producido nada más anestesiarla. Es lo que le ha ocurrido a una mujer de 38 años en Monza, en Italia. El diario La Repubblica informa de que actualmente hay una investigación abierta para aclarar qué sucedió y qué fue mal.

Se iba a realizar una operación de cirugía estética y en cuanto le inyectaron la anestesia entró en parada cardíaca. (Foto: Getty Images)
Se iba a realizar una operación de cirugía estética y en cuanto le inyectaron la anestesia entró en parada cardíaca. (Foto: Getty Images)

La mujer, de la que no ha trascendido su identidad, se encuentra ingresada en el hospital San Genaro de Monza con un pronóstico reservado y un estado “extremadamente grave” debido a la falta de oxigeno que sufrió durante un tiempo que no ha sido especificado.

Según relata el citado diario italiano, la paciente, de 38 años, acudió a la consulta que Maurizio Cananzi, doctor de reconocido prestigio, tiene en Seregno para realizarse una cirugía estética en los glúteos. A la espera de que se esclarezca lo ocurrido, lo único que se sabe por el momento es que sufrió un paro cardíaco una vez le inyectaron la anestesia y que en ese momento estaban solos el cirujano y la paciente.

La policía ha cerrado la clínica e incautado el material usado para la cirugía que no se llegó a realizar. La hipótesis principal que se baraja, según Il Corriere della Sera, es que lo ocurrido podría deberse a una reacción alérgica a algún medicamento.

Cuando los servicios de emergencia se personaron en el lugar la mujer ya estaba en paro cardíaco e intentaron reanimarla allí mismo hasta que fue trasladada al hospital media hora después.

En una entrevista publicada hace aproximadamente un año Jesús Benito Ruiz, presidente de la Asociación de Cirugía Estética Plástica (AECEP), explica que “aunque nadie está a salvo de la muerte en un quirófano, en cirugía estética los fallecimientos son hechos excepcionales y suelen deberse a alguna enfermedad o una malformación desconocida del paciente que da la cara en esa situación”.

No hay registros oficiales que lleven la cuenta de los pacientes que han muerto como consecuencia de una operación de este tipo, pero sí hay casos que han servido para dar a concienciar de que aunque mínimo, el riesgo existe. No hay más que leer el documento que se da a los pacientes antes de una operación (estética o no) para que firmen el consentimiento para la misma y para la anestesia.

A finales del pasado año hubo un caso que despertó cierto revuelo en la prensa internacional. Fue el de la estadounidense Laura Ávila, que decidió viajar hasta Ciudad Juarez (México) para someterse a una operación para retocarse la nariz y cambiar sus implantes mamarios. Iba a casarse y quería hacerse unos ‘retoques’, como suele decirse. Pero nada salió como tenían previsto y entró en coma falleciendo varias semanas después en Estados Unidos.

En España el caso más conocido es el de Antonio Meño, un joven madrileño que en julio de 1989, cuando tenía 21, ingresó en la Clínica Nuestra Señora de América para someterse a una rinoplastia. Aquel día entró en coma vegetativo y murió 23 años después.