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Las empresas chinas se preparan contra una ola de contagios de COVID tras la desescalada

Un camarero guía a un cliente para escanear un código QR de salud fuera de un restaurante mientras continúan los brotes de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en Shanghái

Por Siyi Liu y Josh Horwitz

PEKÍN/SHANGHÁI, 8 dic (Reuters) - Fabricantes y restaurantes deseosos de seguir abiertos en China prefieren pecar de precavidos y mantener las restricciones de COVID-19 hasta que tengan una idea más clara de cómo afectará a los lugares de trabajo la relajación de las estrictas medidas.

La segunda economía mundial se prepara para una oleada de infecciones al relajar su política de "cero COVID", poniendo fin a una campaña de búsqueda y aislamiento de infecciones y devolviendo a los individuos la mayor parte de la responsabilidad de las tareas de detección y tratamiento.

Sin embargo, en sus escasos comentarios sobre las condiciones en el lugar de trabajo, los dirigentes nacionales de sanidad han instado a que las zonas de alto riesgo se delimiten mucho más, mientras la producción o las operaciones comerciales continúan en otros lugares.

"Seguimos sometidos a una gestión de circuito cerrado en la que los trabajadores no pueden salir de la fábrica", afirma Dai, directivo de una importante fábrica de acero inoxidable del este de China.

Este directivo añade: "No vamos a relajarnos pronto", ya que la fábrica quiere contener al máximo las infecciones con un sistema en el que los trabajadores viven y trabajan en el centro, aislados del resto del mundo.

Los comentarios se produjeron cuando las empresas dijeron a Reuters que estaban evaluando la nueva incertidumbre y que esperaban tener que hacer frente a largos periodos de ausencia de los trabajadores enfermos que podrían paralizar las operaciones, quizá durante meses.

Aunque las autoridades han suprimido las pruebas como requisito previo para muchas actividades, la cadena de comida rápida Haidilao declaró que seguiría exigiendo pruebas diarias de PCR al personal que trabaja en sus restaurantes de Pekín, la capital.

Muchos países que han abandonado las restricciones de COVID han superado retos similares para restablecer la actividad empresarial, pero la lucha de las empresas chinas pone de manifiesto las dificultades que se avecinan para reactivar una economía en desaceleración que se ha convertido en un caso atípico a escala mundial debido al enfoque de 'cero COVID'.

"Muchos de mis trabajadores con pesadas cargas hipotecarias quieren ganar más dinero para pasar un buen Año Nuevo Lunar", dijo Yang Bingben, cuya fábrica en la ciudad oriental de Wenzhou fabrica válvulas para uso industrial.

Yang, que se refería a la fiesta más importante de China, que tendrá lugar en enero del año que viene, añadió que las autoridades le habían dado pocas orientaciones sobre qué hacer si su planta, con una plantilla de más de 30 trabajadores, se veía afectada por infecciones masivas.

Al tiempo que hace acopio de medicinas, Yang ha pedido a sus empleados que sigan las nuevas directrices y se queden en casa si se infectan, en cuyo caso les pagará la mitad del sueldo.

Para evitar los trastornos derivados de cualquier infección, Yang consideró inicialmente la posibilidad de cerrar la fábrica antes del Año Nuevo Lunar, pero finalmente descartó esa opción.

En Pekín, algunas empresas estatales y bancos están agrupando al personal en equipos para garantizar la continuidad del trabajo a pesar de cualquier brote, según informaron fuentes a Reuters.

Andy Chen, empleado de una empresa estatal, dijo que la medida se tomó después de que alguien de su oficina diera positivo, y añadió: "El personal se divide ahora por la mitad y se turna semanalmente para trabajar en la oficina".

En la ciudad meridional de Dongguan, Agilian Technology, fabricante por contrato de productos electrónicos de consumo, seguirá exigiendo a los trabajadores que lleguen que muestren los códigos sanitarios, al tiempo que elabora un plan más exhaustivo contra un brote de grandes dimensiones.

"Estoy seguro de que habrá lío durante unos 3 meses", dijo Renaud Anjoran, vicepresidente ejecutivo de la empresa. "Ya veremos".

(Reporte de Siyi Liu en Pekín y Josh Horwitz en Shanghái; información adicional de Ellen Zhang, Sophie Yu y Ziyi Tang en Pekín; redacción de Brenda Goh; editado en español por Tomás Cobos)