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La imagen del regreso a las aulas que avergüenza en Italia: niños con sillas como pupitres

ROMA.- Emotivo, muy raro y caótico. Así ha sido esta semana el retorno a clases de 5,6 millones de alumnos de 13 regiones de Italia, que debieron adaptarse a los nuevos protocolos de seguridad anti-coronavirus decretados por el gobierno de Giuseppe Conte, difíciles de cumplir y envueltos en fuertes polémicas. Entre ellas, la de un colegio en Génova donde los niños han vuelto a clase y han tenido que emplear sillas como pupitres. La imagen se ha hecho viral.

Después de una inédita parálisis de seis meses debido a la pandemia, sólo 3 de 4 alumnos pudieron volver a clases debido a ausencia de espacios aptos para el distanciamientos social, falta de bancos y de maestros.

Pese a que resultan prohibidas las aglomeraciones, aunque hubo horarios escalonados y se advirtió que sólo uno de los dos padres podía acompañar a su hijo al colegio, usando por supuesto barbijo, frente a los institutos se crearon "assembramenti" de chicos y adultos tanto a la hora de la entrada, como de la salida.

"Fue un caos. Además, cuando llegamos no había bancos para todos los 29 alumnos de mi curso porque habían calculado mal, así que tuvimos que pedir sillas y como los bancos individuales recién llegarán en octubre, a partir de mañana todos estaremos en clase en sillas, sin nada para poder apoyarnos y escribir", contó a LA NACIÓN Gianpaolo, alumno del prestigioso Liceo Visconti, el más antiguo de la capital, en el centro histórico. "Aunque lo peor es que faltaron profesores y tuvimos dos horas con suplentes que nos dejaron charlar entre nosotros, algo que estuvo bueno porque hace mucho que no nos veíamos", agregó.

A los alumnos del Liceo Visconti les fue mejor que a muchos otros de todo el país, que se quedaron en sus casas, como los de otro secundario de esta capital, el Nicoló Machiavelli y se vieron obligados a comenzaron el nuevo año virtualmente, como concluyeron en junio el anterior. "Casi me pongo a llorar cuando mi hijo me contó que empezaba las clases en remoto, me parece muy feo, después de seis meses", lamentó Federica.

"Mi hija me contó que en su curso hicieron el recreo sentados en sus bancos", se quejó por otra parte Gianna, mamá de una chica de 13 años de otra escuela de Roma, en medio de un clima emotivo, por un primer día de clases de gran perplejidad e incertidumbre. Todos los institutos de la península, en efecto, intentaron aplicar las normas de seguridad a su modo, como mejor se podía, organizando espacios alternativos y poniendo en marcha clases en parques, capillas, teatros, parroquias y demás

En una jornada considerada histórica después de una pandemia que provocó más de 35.600 muertos y mientras comenzaron a detectarse los primeros casos positivos en algunos colegios, como se esperaba, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, inauguró el año escolar en el pueblo de Vó, en la región del Véneto, un sitio de lo más simbólico.

Vó saltó a la fama mundial por ser uno de los primeros focos del contagio y donde se registró la primera muerte por coronavirus de Italia. Desde una escuela de este lugar, Mattarella agradeció la labor de los docentes, que de marzo a junio le dieron continuidad a la enseñanza con una didáctica a distancia, en condiciones muy difíciles. Llamó a que todos se comprometan con una reapertura que está bajo los reflectores de todos y aludió al clima al rojo vivo que la rodeó.

Muchas regiones y especialmente la oposición, en efecto, criticaron duramente los protocolos de seguridad puestos a punto por el gobierno para la reapertura, así como la desorganización, la carencia de bancos y de personal docente y la evidente falta de preparación demostrada por la ministra de Educación, Lucia Azzolina, para una empresa muy difícil por cierto, considerada una prioridad. "El país no puede dividirse sobre la exigencia de sostener y promover su escuela. Hoy la reapertura de la escuela es una prueba para la República, para todos, nadie excluido", dijo Mattarella.

Pese a este llamado a un clima más sereno, el gobernador de Liguria, Giovanni Toti, causó revuelo al postear en Twitter la foto de unos niños de una escuela de Génova arrodillados, escribiendo sobre sillas, por falta de pupitres. "¿Querida Azzolina dónde están los bancos que habían prometido? Una imagen como esta no es digna de un país civilizado como Italia", denunció.

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