Elvis Crespo sigue al ritmo del merengue

El boom del reguetón ha hecho palidecer a la música tropical convencional pero hay figuras que mantienen el brillo, que parecieran estar más allá de modas. Es el caso del merenguero Elvis Crespo, que lleva casi tres décadas en un nivel alto. El cantante de “Suavemente” conversó en estos días con la prensa, para promover su nuevo tema, una versión en merengue de “Solo pienso en ti”, balada que fuera popularizada en la década de los 80 por el venezolano Guillermo Dávila. “Le hice una respetuosa intervención a esa canción, como hizo Picasso con Velásquez”, comentó en entrevista con el Nuevo Herald, aludiendo a la variación del cuadro “Las Meninas”, del genial Diego Velásquez, que en su momento realizó el maestro del Cubismo.

Elvis asegura que eligió grabar su variación de “Solo pienso en ti” porque le encanta desde pequeño y ahora que toma clases de guitarra aprendió a tocarla. El tema fue escrito por el español Rodrigo García y habla de un hombre enamorado de una mujer a la que va a retratar. Elvis se toma con humor la observación de que “Solo pienso en ti” toca la temática de la pintura al igual que uno de sus mayores hits, “Píntame”. “Alguien puso en las redes sociales que estoy obsesionado con la pintura”, contó, relajado. El cantante manifiesta que posee ciertos conocimientos sobre esa disciplina artística. Además de Picasso y Velásquez, a lo largo de la charla nombra a otro imprescindible, Marc Chagall. “Si voy a un museo me doy cuenta cuando una pintura es de Chagall’, como cuando uno reconoce una música que le gusta”, jura.

Elvis es un gran conversador, una delicia para cualquier entrevistador. Humilde, pero consciente de su vida extraordinaria; lleno de anécdotas e inquietudes. “Estoy defendiendo a ‘Solo pienso en ti’ con mucha pasión”, asegura. El artista, padre de cinco hijos, no para. Viene de realizar una gira internacional de conciertos en conmemoración del 25 aniversario de “Suavemente”. Luego proseguirá con sus presentaciones y a fines de año lanzará el primer “disco navideño” de su trayectoria.

Elvis es hijo de puertorriqueños, pero nació en Nueva York, el 30 de julio de 1971. Creció en el poblado de Guaynabo, en la Isla del Encanto. Debutó profesionalmente en 1988. “El escenario y yo somos uno, allí no hay futuro ni hay pasado y cuando escucho los aplausos me siento feliz”, cuenta.

Elvis reconoce no obstante que tanta entrega comienza a fatigarlo. “Me siento joven, sigo disfrutando de mi carrera, pero estoy cansado, debo hacer otras cosas dentro de mi crecimiento espiritual y profesional”, declara, con desusada franqueza. Así como de adulto ya ha aprendido sobre artes plásticas y la ejecución de la guitarra ahora quiere enfocarse en la literatura. “Me gustaría aprender a escribir historias”, apunta con sencillez, y cuenta que a modo de iniciación está leyendo “El Quijote”.

Con la misma simpatía hace una metáfora gastronómica para analizar su carrera, destacando sus canciones más exitosas. “Tengo mi negocio como cantante y hago de cuenta que es como un buen restaurante de hamburguesas: en el menú tengo el combo número uno que es ‘Suavemente’; el dos sería ‘Píntame’ y ‘Tu sonrisa’; el tres, ‘Nuestra canción’; y el cuatro, ‘Tatuaje’”.

La intensidad natural le deja a Elvis poco tiempo para el ocio. Apenas tiene espacio en la agenda sale a trotar. Y el resultado está a la vista. No tiene la delgadez de 1988, cuando este cronista lo entrevistó por primera vez, pero Elvis luce en plena forma física. “El deporte me ha ayudado a comunicarme y a desarrollar un liderazgo para dirigir a mi orquesta”, teoriza. Luego cuenta que es capaz de correr más de cuatro horas y que planea participar en la Maratón de Nueva York 2023 el próximo 5 de noviembre.