Elvira de Hidalgo, mucho más que la maestra de Maria Callas

Retrato de Elvira de Hidalgo. <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Elvira_De_Hidalgo_LCCN2014681315.jpg" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:Library of Congress;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">Library of Congress</a>
Retrato de Elvira de Hidalgo. Library of Congress

Desde la butaca, la voz y la persona escénica de María Callas hacían las delicias del público que admiraba a aquella diva como un todo, como un presente absoluto. Como en la contemplación de cualquier expresión artística, el proceso era eclipsado por el resultado y así lo previo quedaba en un segundo o tercer plano.

Pero, si diéramos la vuelta al prisma y nos preguntáramos qué había antes de que Callas fuera la reina de la escena, inmediatamente resonaría una cantinela que diría así: “pregúntale a Elvira de Hidalgo y hallarás la respuesta”.

La técnica de Hidalgo

Efectivamente, Callas no nació sabiendo cantar. Y aunque esto pueda parecer obvio, es la falta de reflexión sobre esas etapas previas lo que ha conducido al olvido de las enseñanzas e incluso de la vida de su tutora: Elvira de Hidalgo.

Elvira de Hidalgo (1891?-1980) afirmaba conocer y guardar con devoción el secreto del bel canto. Callas corroboraba que se transmitía por imitación, intentando emular los sonidos que proponía, en este caso, la maestra.

Vamos a ponernos técnicos por un momento para entender qué es lo que Hidalgo aportó realmente a la forma de cantar de Callas.

El núcleo del bel canto era dominar el pasaje, es decir, controlar el tránsito de un registro a otro de la voz. Eso se lograba mediante el dominio de la voz de pecho, que era el registro de partida, algo en lo que Hidalgo insistía mucho. Los registros de la voz son tres y son fácilmente audibles: la voz de pecho sería, grosso modo, aquella con la que hablamos, nuestra voz natural de base; la de cabeza podríamos identificarla con esa voz impostada de los cantantes de ópera y la mixta con una mezcla de ambas.

Ahora mismo se sabe que, aunque escuchemos tres timbres, la laringe en realidad solo tiene dos fases. Espero que los cantantes me perdonen por una explicación tan rápida y superficial.

Retrato de Elvira de Hidalgo. <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hidalgo_LCCN2014717934.jpg" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:Library of Congress;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">Library of Congress</a>
Retrato de Elvira de Hidalgo. Library of Congress

La voz de pecho para los papeles dramáticos es imprescindible, porque les da una profundidad y oscuridad impresionantes. Callas decía que, sin su maestra española, jamás hubiera aprendido a usar la voz de pecho y nunca hubiera sido tan expresiva en sus papeles más trágicos.

Hidalgo, sin duda, usó mucho la voz de pecho combinada con los otros registros vocales y eso fue una de sus señas de identidad, porque le aportaba una fuerza dramática portentosa cuando lo que estaba interpretando así lo requería.

¿Quién fue la maestra?

Elvira de Hidalgo nació en Valderrobres (Teruel). Su familia pronto se trasladó a Barcelona, donde ella estudió canto con la profesora Concepción Bordalba (1862-1910) y después, gracias a una beca, pudo ir a Milán a estudiar con Melchiore Vidal (1837-1911) (que fue profesor de otras grandes cantantes españolas de la época como Graziella Pareto o Lucrezia Bori, que sin duda merecen también ser recordadas en la actualidad).

El debut de Hidalgo se produciría en 1908 en el Teatro San Carlo de Nápoles con Il Barbiere di Siviglia de G. Rossini. Allí interpretaría el papel de “Rosina” que se convertiría en su rol estrella, por la vis cómica y la pericia vocal con que lo interpretaba.

Féodor Chaliapin la contrataría años después para ser Rosina en su gira por Estados Unidos, precisamente porque buscaba unas cualidades actorales a la altura de sus exigencias. Y si en algo destacaba Hidalgo era en eso: en ser una actriz-cantante fuera de serie cuya complicidad con el público era inigualable.

Su vida artística estuvo plagada de triunfos en La Scala de Milán, en el Metropolitan Opera House de Nueva York (donde fue la prima donna más joven en subir a escena con tan solo 17 años), en el Teatro Colón de Buenos Aires, en el Teatro Real de Madrid, en el Covent Garden de Londres, etc.

Artículo sobre Elvira de Hidalgo en el MET en <em>The Richmond Palladium and Sun-Telegram</em> del 2 de marzo de 1910. <a href="https://chroniclingamerica.loc.gov/lccn/sn86058226/1910-03-02/ed-1/seq-5/#date1=1770&sort=relevance&rows=20&words=de+Elvira+Hidalgo&searchType=basic&sequence=0&index=12&state=&date2=1963&proxtext=elvira+de+hidalgo&y=0&x=0&dateFilterType=yearRange&page=2" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:Indiana State Library/Library of Congress;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">Indiana State Library/Library of Congress</a>

Atenas y Maria Callas

Poco se sabe de su faceta personal, más allá de especulaciones que no aportan demasiado y que aquí no procede exponer. Lo que sí nos parece interesante es que siempre mantuviera su apellido a pesar de haberse casado dos veces (en la época las mujeres solían perder su apellido al casarse) y que lograra una independencia destacable en lo económico y en su modus vivendi.

Ganó grandes sumas de dinero por sus actuaciones y esto le permitió vivir holgadamente e incluso posicionarse como una mujer poderosa, admirada y que se codeaba con las clases altas gestionando su estatus a la perfección. En resumen: fue una celebridad operística cosmopolita cuya imagen pública destilaba glamour.

A su llegada al Conservatorio de Atenas, después de haberse retirado de escena para dedicarse a la docencia, descubrió a la joven María Callas. Y esa fue su oportunidad para demostrar su valía como tutora vocal: tenía delante una alumna con potencial pero ¿sería capaz de hacer aflorar todo ese talento incipiente?

Sin duda lo logró superlativamente. Fue una profesora entregada: además de las clases regladas, invitaba a sus alumnos a proseguir la docencia en clases particulares en su domicilio. Esta “academia” que impulsó en paralelo también sirvió para inculcar un sentimiento de camaradería entre sus alumnos, ya que Hidalgo organizaba excursiones en el tiempo libre, así como cenas y comidas en su casa, para que los alumnos crearan lazos de amistad y no tanto de competitividad.

Así Callas creó un vínculo con Hidalgo que se perpetuaría en el tiempo. En la tutora española vería una madrina artística pero también una confidente y una amiga hasta el final de sus días.

Elvira de Hidalgo en el futuro

Actualmente, la labor de la Fundación Valderrobres Patrimonial, que ha conservado su legado con esmero, capitaneada por su director Manuel Siurana, es imprescindible para que no se pierda la memoria de Elvira de Hidalgo, al igual que producciones como el fantástico documental de la directora aragonesa Vicky Calavia o el libro de Juan Villalba.

Igualmente, mi investigación sobre las sopranos de coloratura será próximamente publicada gracias al premio María Isidra de Guzmán y distribuida en las principales bibliotecas públicas y universitarias.

Este 2023 se cumple el aniversario de nacimiento de María Callas. Qué mejor manera de celebrarlo que recordando que en su recorrido artístico y vital tuvo mucho que ver una soberbia cantante española que merece ser recordada por derecho propio: Elvira de Hidalgo.