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Ellen Burstyn reflexiona sobre su imparable carrera

NUEVA YORK (AP) — Que Ellen Burstyn interprete a una mujer que se retuerce ante la sola mención de una comunidad para ancianos en la película de próximo estreno “Queen Bees” es extremadamente apropiado.

Pocos actores han tenido una carrera tan buena y prolongada como Burstyn. Y, a sus 88 años, todavía es incansable; su vitalidad casi sobrenatural se mantiene intacta. Así de intensa como fue su carrera al principio — tras formarse en el Actors Studio de Lee Strasberg a fines de la década de 1960, apareció en clásicos de los 70 como “The Last Picture Show” (“La última película”), “The Exorcist” (“El exorcista”) y “Alice Doesn’t Live Here Anymore” (“Alicia ya no vive aquí”) — sus últimos años no han sido menos inquisitivos o desafiantes: “Requiem for a Dream” (“Réquiem para un sueño”), “Interstellar” (“Interestelar”), “Pieces of a Woman” (“Fragmentos de una mujer”) del año pasado.

Y tiene los premios para demostrarlo. Nominada a seis Oscar y ganadora de uno a mejor actriz por “Alice” (una película que pudo haber dirigido hasta que eligió a un joven cineasta, Martin Scorsese, para que lo hiciera), también tiene un Tony y dos Emmy. Y mientras “Queen Bees”, que se estrena en cines el viernes, es más una diversión, Burstyn sigue siendo una presencia magnífica y fiera en la pantalla. En este filme interpreta a una mujer mayor orgullosamente independiente que pasa un tiempo en una comunidad para ancianos que resulta estar tan plagada de camarillas cómicas y posibilidades románticas como “Mean Girls” (“Chicas pesadas”). El reparto incluye a James Caan, Ann-Margret, Jane Curtin, Loretta Devine y Christopher Lloyd.

Los propios planes de jubilación de Burstyn no sólo son inexistentes. Son insondables. Cuando cumplió 80 años, decidió mudarse del condado de Rockland a la ciudad de Nueva York. “Es hora de un poco de acción”, explicó en una entrevista telefónica reciente.

Desde entonces vive en un apartamento con vista a Central Park, donde pasea a diario. “Es mi jardín”, dice. Durante la pandemia, Burstyn se mantuvo un bajo perfil, pasando tiempo con amigos en los Catskills y en un condominio en la costa de Connecticut.

“De lo contrario, he estado en la ciudad. He estado en mi apartamento”, dice. “Soy una persona encerrada totalmente lista para salir a la carretera de nuevo”.

Las declaraciones fueron editadas para mayor brevedad y claridad.

AP: ¿A qué le atribuye su longevidad?

Burstyn: Debo tener buenos genes. Fui un poco salvaje en mis 20 y mis 30. Cuando cumplí los 40, comencé a dejar los malos hábitos lentamente. Primero dejé el licor fuerte, luego el vino, comencé a ejercitarme, cambié mi dieta y abandoné la carne. La marihuana también era parte de la mezcla. Simplemente lo dejé todo. Creo que realmente valió la pena.

AP: Me imagino que su personaje de “Queen Bees” no fue un viaje muy lejano, pues su actitud sobre la jubilación se alinea con la suya.

Burstyn: No puedo imaginarme jubilada (risas). No puedo imaginarme queriendo jubilarme. Lo único que puedo imaginar es que algún día me retire porque no me den trabajo. ¿Pero ofrecerse una como voluntaria para la jubilación? No me lo imagino.

AP: ¿Qué le atrajo de esta película?

Burstyn: Me encanta cuando la industria del cine muestra que las mujeres mayores de 60 años todavía tienen interés en la vida y no se jubilan. Leí tantos guiones desde que tenía 50 años que eran sobre: ¿Deberíamos poner a la abuela en el asilo de ancianos? ¿Y cómo se lo contamos? Siempre era cómo ponerla a pastar. Esto es muy diferente. Sucede en una casa de retiro, pero hay mucha vida allí, mucho apareamiento. Entonces me gustó. Es una historia sobre personas mayores lujuriosas, digamos.

AP: Vivió una era patriarcal en Hollywood. ¿Alguna vez se preguntó cómo habrían sido diferentes su vida y su carrera sin esos obstáculos?

Burstyn: He estudiado mucho sobre el patriarcado, que ha estado vigente durante miles de años. Sólo ahora se está desafiando realmente. Creo que eso es lo que le da tanto miedo a muchos colegas, que no sabrán cómo funcionar si comparten el puesto de poder con una mujer. Creo que afecta nuestra política. Creo que lo que está atravesando el país en este momento es el temor, para algunas personas, de que si el hombre blanco no está en el poder eso sería algo malo. No comparto esa opinión. Creo que en mi vida hemos ido abriendo lentamente el trono al otro sexo y al otro color y a la otra religión: al otro. No pienso en cómo mi vida habría sido diferente. Me alegro de haber podido hacer algunas películas como “Alice Doesn’t Live Here Anymore” que trata realmente de eso, y lo afectó de alguna manera.

AP: En su libro de memorias, “Lessons in Becoming”, escribió sobre cómo su tercer marido, después de separarse, irrumpió en su casa y la violó. Usted lleva su apellido. ¿Desearía no hacerlo?

Burstyn: (Risas) Bueno, trato de no perder tiempo deseando algo que no puedo cambiar. Ese es mi nombre, como quiera que llegué a él. Me sorprendió, pero eso es lo que hay. Sé que fui muy honesta cuando escribí ese libro. Cada vez que llegaba a un nuevo capítulo de mi vida, decía: “Bueno, no puedo escribir sobre eso”. Finalmente, dije: “Cariño, si vas a contar la historia, cuéntala”.

AP: Por el libro parece que ve su vida como un viaje espiritual continuo. ¿Dónde estaría ahora en ese viaje?

Burstyn: La forma en que entiendo la vida es que uno viene a la Tierra para aprender algo espiritualmente, y todo lo que sucede es una lección espiritual si lo ves de esa manera. Todavía estoy en el camino de tratar de ser lo más honesta, sensible, abierta y amable posible. Así que espero estar creciendo de esa manera.

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Jake Coyle está en Twitter como http://twitter.com/jakecoyleAP.