Presidente Biden, es hora de que usted presente un plan específico y detallado para el control de armas al Congreso. Declaraciones de condolencia y de buena voluntad no son suficiente, ni lo son algunas medida paliativas para calmar al público. Las masacres deben terminar, punto.

Nuestros representantes y senadores deben introducir legislación conducente a la modificación de la Segunda Enmienda. La Constitución no es la palabra de Dios. Es un contrato social que puede ser modificado según la voluntad del pueblo.

Quizás un referéndum sea la forma adecuada para saber cuál es la voluntad del pueblo. A la Asociación Nacional del Rifle (NRA) no se le debe permitir que compre la lealtad de algunos legisladores. Pero por supuesto para eso es necesario que estos tengan escrúpulos y eso no se puede imponer. En algún momento estos tendrán que escoger entre lo que es bueno para el pueblo y lo que es bueno para sus bolsillos. Los votantes debemos convencerlos de lo que es bueno para ellos.

Es muy improbable que si los Padres Fundadores hubiesen conocido de los rifles de asalto y semiautomáticos, habrían estado de acuerdo en que cualquiera los posea o utilice, como sucede hoy en día.

Para comprar o conducir un automóvil es necesario recibir entrenamiento y poseer una licencia válida. Es incomprensible como cualquiera puede ir a una armería y adquirir armas sin entrenamiento ni licencia, y con verificación de antecedentes y condición mental muy superficial. Por eso es que este país se ha convertido en la capital mundial de los asesinatos masivos.

Los ciudadanos de buena voluntad deben alzar sus voces y utilizar sus boletas electorales para terminar con estas masacres.

Raul Patterson, Miami