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El terror de ser repartidor de comida en México: que te roben la moto trabajando

Ser repartidor de comida por aplicación ya implica riesgos e incertidumbres, pero se vuelve peor cuando la delincuencia acecha para robarte la moto.

Repartidor de Uber realizando una entrega. (Getty Images)
Repartidor de Uber realizando una entrega. (Getty Images) (Anatolii Frolov via Getty Images)

Los repartidores de la ciudad de Toluca, Estado de México, están enfrentando un problema que atenta directamente contra su vía de trabajo, y también contra su integridad física. El pasado fin de semana, según han denunciado, diversos repartidores de servicios como DiDi, Rappi y Uber Eats padecieron el hurto de hasta siete motocicletas. Y uno de ellos recibió una herida de bala al resistirse a entregar su vehículo. La forma en la que se llevaron a cabo los robos deja claro que hay planes bien estructurados para ejecutarlos.

Incluso el grupo de delincuentes tiene un mote entre los repartidores: "Los Motorratones". Cansados de la situación, y de que ninguna autoridad ha hecho nada para garantizarles la seguridad en su trabajo, los conductores salieron a protestar en las calles mexiquenses. “Nos están robando las motos seguido, pedimos, de alguna manera, que las autoridades hagan algo para que trabajemos a gusto porque somos repartidores de plataforma”, explicó Cristian Joseph López para El Financiero.

Repartidor de Uber en el centro de Mérida, Yucatán, en febrero de 2022. (Artur Widak/NurPhoto via Getty Images)
Repartidor de Uber en el centro de Mérida, Yucatán, en febrero de 2022. (Artur Widak/NurPhoto via Getty Images) (NurPhoto via Getty Images)

Algunas de las zonas en las que más robos se han registrado son las siguientes: San Pedro Totoltepec, La Crespa, Santa María Totoltepec, Boulevard Aeropuerto, San Mateo Atenco, San Andrés Cuexcontitlán y San Cristóbal Huichochitlán. El presidente municipal de Toluca, Raymundo Martínez dijo a El Financiero que ha trabajado para retirar de circulación a motocicletas que presumiblemente tienen vínculos con el crimen organizado: un aproximado de mil 300 unidades. Sin embargo, no otorgó respuesta sobre cuántas personas han sido detenidas por este delito ni a qué estructura responden.

“Siempre se les ha dicho a las autoridades donde están las ratas y no nos han respondido, nos robaron seis motos entre sábado y domingo, estamos hartos y un compañero salió herido de bala y esto afecta a más de mil 500 compañeros que trabajamos por plataformas”, se quejaba Ernesto, otro trabajador de estas aplicaciones de reparto, para el mismo medio. Como protesta, los repartidores bloquearon la circulación de Paseo Tollocan.

La forma en la que actúan los ladrones es plenamente conocida por las víctimas. Generalmente, deambulan en una motocicleta con dos personas a bordo. Después identifican a un repartidor y esperan el momento oportuno. Por la lógica de su trabajo, los conductores deben observar de manera constante el celular, así que cuando lo hacen, los ladrones aprovechan para interceptarlos y despojarlos del vehículo, que es conducido por el otro tripulante de la primera motocicleta. Así emprenden la huida conjunta.

Repartidor de Rappi en Playa del Carmen, Quintana Roo, un sábado de noviembre de 2021. (Artur Widak/NurPhoto via Getty Images)
Repartidor de Rappi en Playa del Carmen, Quintana Roo, un sábado de noviembre de 2021. (Artur Widak/NurPhoto via Getty Images) (NurPhoto via Getty Images)

Este tema ahonda en la de por sí difícil situación que afrontan los repartidores de aplicación. Apenas en 2021 el IMSS les abrió la oportunidad de contar con Seguro Social por un monto de 40 pesos al día, que tiene que ser cubierto con sus gastos y no con dinero de las empresas empleadoras. Como se sabe, además, están los riesgos de un accidente. Al mismo tiempo, estas aplicaciones han abierto el debate sobre la jubilación y el retiro. Cuando se han viralizado casos de repartidores de la tercera edad, la idea popular ha sido una: no deberían estar trabajando a esa edad, sino viviendo un retiro digno.

Lastimosamente, esa realidad parece distante en México y convertirse en repartidor es la opción que queda, ya que muchas veces sólo encuentran una oportunidad laboral en estas aplicaciones. Y encima tienen que enfrentar todas las complejidades que el entorno plantea. Como este caso, en el que ni siquiera pueden hacer su trabajo de manera libre. Aunque se tratara de un solo robo, ya ameritaría indignación y una exigencia de soluciones. Ahora, con siete robos y un herido en un solo fin de semana, el problema es más que evidente.

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