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El significado de la etiqueta de $1.05 que portaron los estudiantes de EEUU en la marcha por sus vidas

¿Cuánto vale la vida de un estudiante en una escuela de Estados Unidos? ¿Cuánto, específicamente, en una escuela de Florida? Ciertamente toda vida es invaluable y las de esos jóvenes, y la de todos en general, son el mayor tesoro de la nación.

Pero en el plano simbólico y de lucha por un cambio necesario, muchos estudiantes han postulado que, para ciertas entidades y personajes, parece que sus vidas no tendrían ese valor mayúsculo.

Por ello, durante la pasada y masiva Marcha por nuestras vidas (March for Our Lives), realizada el pasado 24 de marzo en Washington D.C. con eventos paralelos en decenas de ciudades, los estudiantes portaron una etiqueta que indicaba el ‘valor’ de su vida.

Muchos estudiantes portaron en la Marcha por Nuestras Vidas una etiqueta con el precio $1.05 dólares, como crítica al valor que según ellos el senador Marco Rubio da a la vida de un estudiante en Florida dado el dinero que la Asociación Nacional del Rifle ha gastado en sus campañas políticas. (Hello Giggles/Archivo Yahoo)
Muchos estudiantes portaron en la Marcha por Nuestras Vidas una etiqueta con el precio $1.05 dólares, como crítica al valor que según ellos el senador Marco Rubio da a la vida de un estudiante en Florida dado el dinero que la Asociación Nacional del Rifle ha gastado en sus campañas políticas. (Hello Giggles/Archivo Yahoo)

El valor económico que, según ellos, sus vidas tienen para algunos políticos y para la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en el estado de Florida es 1 dólar y 5 centavos.

Se trata de un mensaje crítico especialmente punzante pues, según cifras del Center for Responsive Politics citadas por Vox, esa cifra se obtuvo mediante una fórmula singular: la cantidad de dinero que la NRA habría desembolsado desde 2010 en apoyo del senador republicano por Florida Marco Rubio, 3,303,355 dólares, dividida entre la cantidad de estudiantes en Florida, 3,140,167.

1 dólar con 5 centavos.

Se trata de una declaración de fuerte peso humano y político. En principio, refleja la convicción de los jóvenes organizadores de la Marcha por Nuestras Vidas y del movimiento #NeverAgain, sobrevivientes de la masacre en la escuela Stoneman Douglas High en Parkland, Florida, y los de las muchas personas que los apoyan, de que la NRA ha neutralizado con sus donaciones económicas y su influencia política los esfuerzos por un mayor control de armas en el país y que el desempeño de los legisladores que han sido apoyados por esa entidad habría defendido no la vida de los estudiantes sino los intereses de la NRA.

Lo sucedido tras la masacre en la escuela de Parkland, afirman, es una muestra de ello pues a pesar al horror de esa tragedia el senador Rubio no se ha comprometido a dejar de aceptar dinero de la NRA.

Rubio por su parte reconoció el valor de la libertad de expresión de las citadas marchas, garantizada por la Primera Enmienda Constitucional, pero también dijo que hay quien las consideró una amenaza a la Segunda Enmienda Constitucional, que establece el derecho a poseer y portar armas, y llamó a buscar consenso.

Con todo, en ello también hay posiciones divergentes, pues para Rubio ese consenso se expresaría en la recientemente aprobada ley Stop School Violence Act, que provee fondos para entrenamiento de profesores, estudiantes y autoridades sobre cómo identificar y reportar señales de violencia por armas de fuego, pero no plantea medidas para un mayor control de éstas

En cambio, el movimiento #NeverAgain exige la prohibición de la venta de armas de asalto (como la usada en la masacre en la escuela de Parkland y en muchos otros tiroteos masivos en el país) y de los cargadores de balas de alta capacidad y el establecimiento de la obligación de realizar revisiones de antecedentes penales en todas las ventas de armas de fuego.

Son posiciones que la NRA y muchos políticos conservadores han rechazado sistemáticamente.

En contrapartida, análisis como el del The Washington Post clarifican que las donaciones directas de la NRA a las arcas de varias campañas políticas serían presumiblemente menores: por ejemplo, según ese medio la NRA solo ha dado a Rubio 4,950 dólares de 2010 a la fecha, y el senador ha devuelto 9,900 dólares. No es claro por qué Rubio habría devuelto más de lo que recibió pero, ha de señalarse, esas cifras serían únicamente las aportaciones específicas de la NRA a la campaña de Rubio y de los otros candidatos y no incluyen el dinero gastado de modo independiente por esa entidad en apoyo de esos candidatos y para atacar a sus rivales.

Así, en el contexto de la movilización de la Marcha por nuestras vidas de marzo, en las que muchos jóvenes llevaron puesta una etiqueta naranja con el muy visible $1.05, eso tiene ciertamente un poderoso sentido emotivo y crítico, pero también es una declaración política y una plataforma de acción electoral pues, como los propios estudiantes de #NeverAgain han señalado, su misión ahora y la de quienes los respaldan es promover una campaña de registro de votantes y promoción del voto a gran escala para, en las elecciones del próximo mes de noviembre, sean electos legisladores que avalen un mayor control de armas en el país y sean desplazados aquellos que no los apoyen.

Cientos de miles de personas participaron el 24 de marzo en la Marcha por Nuestras Vidas en Washington DC, para exigir mayor control de armas en Estados Unidos. (Archivo Yahoo/Mashable)
Cientos de miles de personas participaron el 24 de marzo en la Marcha por Nuestras Vidas en Washington DC, para exigir mayor control de armas en Estados Unidos. (Archivo Yahoo/Mashable)

La etiqueta de $1.05 es un directo rechazo a la NRA y a los políticos vinculados a ella y un llamado a que en las elecciones próximas se vote por alternativas diferentes. Su mensaje, aunque presumiblemente concita el firme rechazo de los aludidos y de quienes están en sintonía con ellos, es poderoso y ha sacudido a la opinión pública estadounidense.

Si se considera que en las pasadas marchas del 24 de marzo habrían participado, según conteos iniciales citados por Vox, al menos 1.2 millones de personas, y que tan solo a la de Washington D.C. habrían acudido entre 200,000 y 800,000 personas (una de las marchas de jóvenes más grandes desde la era de la lucha contra la Guerra de Vietnam), el eco de las demandas y las campañas de los jóvenes de #NeverAgain ciertamente podría ser un factor de peso en el resultado de las elecciones de noviembre.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro