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El secreto de la longevidad de los japoneses: ¿el miso?

Las personas que consumen con regularidad alimentos con miso, un condimento de la gastronomía japonesa cada vez más codiciado en los países occidentales, podrían tener menos probabilidades de sufrir una muerte prematura.

Según un estudio del Centro Nacional del Cáncer en Japón (NCC), comer productos elaborados a partir de frijoles de soya fermentados, como miso o natto, puede reducir hasta en un 10 por ciento los riesgos de una muerte temprana.

Sopa de miso y tofu (Getty Creative)
Sopa de miso y tofu (Getty Creative)

Para llegar a esa conclusión, el NCC investigó durante 15 años los hábitos alimenticios de casi 100,000 personas del país asiático, donde a menudo se empieza el día con una sopa caliente de miso y la expectativa de vida ronda los 84 años.

Miso es una pasta que se agrega al sushi, sopas y aderezos, mientras que el natto es un platillo fibroso y pegajoso compuesto por granos de soja fermentados. Otros productos de soya como el tofu, el preferido de los veganos, no fueron considerados por el estudio como decisivos para la mortalidad.

El equipo del NCC investigó los vínculos entre varios tipos de productos de soya y la muerte por cualquier causa y por cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias y lesiones.

Los datos de 42,750 hombres y 50,165 mujeres de 45 a 74 años se obtuvieron de un estudio realizado en 11 áreas de centros de salud pública de Japón.

El informe de la investigación, que fue publicado por el British Medical Journal esta semana, apunta que una mayor ingesta de soya fermentada está relacionada con un riesgo significativamente menor de mortalidad por todas las causas en un 10%.

Las personas encuestadas que dijeron comer natto con frecuencia tenían además un menor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares.

Los beneficios de la soya

Esto se debe, según los autores, a que los productos de soya fermentada son más ricos en fibra, potasio y componentes bioactivos como la isoflavona. La fibra de soya reduce el colesterol y mantiene el peso estable, mientras que los compuestos de isoflavona pueden reducir la presión arterial.

La dieta es un determinante de las enfermedades no transmisibles, que son responsables de más del 70% de las muertes a nivel mundial. Un factor de riesgo para tales enfermedades es el cambio de la ingesta de alimentos tradicionales basados en plantas a dietas ricas en grasas y altas en energía”, señala el informe.

De acuerdo con los investigadores, los productos de soya que se consumen en grandes cantidades en países asiáticos “podrían mejorar los niveles de ingesta de nutrientes en personas con un bajo consumo de alimentos a base de plantas”.

No obstante, los autores advierten que se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede descartar la posibilidad de que parte del riesgo observado se deba a otros factores no medidos.

El factor de la sal

Por ejemplo, el miso contiene 12.4 g de sal por cada 100 g de miso, y la sal en ese condimento fue mayor entre 1995 y 1998, cuando se iniciaron las encuestas. Debido a que los especialistas no ajustaron la ingesta de sal, que es un fuerte factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, la asociación entre una mayor ingesta de miso y una menor mortalidad “podría confundirse y posiblemente subestimarse”.

En otro estudio sobre la ingesta de soya vinculado al del NCC, científicos del Instituto Nacional de Innovación Biomédica, Salud y Nutrición de Tokio, señalan que algunos componentes de la soya se han asociado con efectos beneficiosos sobre trastornos metabólicos como la colesterolemia y la obesidad.

Este último informe también indica que se necesitan estudios futuros para evaluar los efectos sobre la salud de los productos de miso a los que recientemente les redujeron la sal.