Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

El sabotaje a las fresas con agujas de coser dentro se extiende a otras frutas en Australia

Todo comenzó con la aparición de agujas de coser en el interior de varias fresas hace unos días. La alarma que generó este hallazgo no ha hecho más que aumentar debido a nuevos casos de contaminación de este fruto, pero también a otros recientes de al menos una manzana y un plátano en dos tiendas distintas de Sidney. Mientras los productores de fresas del país hablan del daño que se está ocasionando al sector, las autoridades policiales advierten a quienes meten agujas en la fruta que están cometiendo un delito condenado con hasta 10 años de prisión.

La policía de Nueva Gales del Sur (Australia) investiga al menos seis casos en los que se han encontrado agujas de coser dentro de las fresas. (Foto: AFP Photo/Daniel LEAL-OLIVAS)
La policía de Nueva Gales del Sur (Australia) investiga al menos seis casos en los que se han encontrado agujas de coser dentro de las fresas. (Foto: AFP Photo/Daniel LEAL-OLIVAS)

La alarma es real. Comer fresas en Australia se ha convertido en un acto arriesgado después de que se hayan detectado diversos casos de bandejas de este fruto que incluían agujas de coser en su interior. Según informa The Guardian, la policía de Nueva Gales del Sur investiga actualmente al menos 20 casos. La mayoría de ellos, en fresas, pero también se han dado en una manzana y un plátano.

El detective Danny Doherty, encargado de la investigación, ha sido muy duro en sus declaraciones a los medios. Habla de la “histeria” que los responsables de estos hechos están causando en los consumidores y les advierte de que se enfrentan a 10 años de cárcel por un delito de contaminación alimentaria. Además, añade que quienes inserten agujas en sus propias piezas de fruta denunciando un hallazgo falso recibirán la misma acusación.

De momento, la autoría es un misterio sin resolver y fuentes policiales hablan de la posibilidad de que haya imitadores, dado que se han encontrado agujas en fresas de los seis estados del país. A Doherty se le escapa quien puede querer hacer algo así tiendo en cuenta que estos alimentos llegan incluso a colegios. Que no haya habido un caso grave aún por ello es “fortuito”, reconoce el detective, que añade que “el motivo no parece claro, me refiero a quién pone agujas en fresas sabiendo que va a niños y familias”.

Por ahora es difícil dictaminar cuáles son los originales y cuales las imitaciones. Los primeros de los que se tuvo noticia ocurrieron en Queensland. A partir de ahí se fueron propagando por el resto del país encendiendo la alarma, para perjuicio de unos productores que ven como su negocio se resiente. The Guardian recoge testimonios de agricultores que han tenido que despedir gente o de uno que ha llegado a quemar la cosecha porque le salía más económico que recogerla.

Lo que parece claro por ahora es que las agujas no son colocadas en origen. Por seguridad, algunos productores han colocado detectores de mentales en sus instalaciones con el objetivo de cerciorarse de que la fruta sale intacta de allí. Sin embargo, una vez que comienza la cadena de distribución la mercancía escapa a su control.

La mayoría de hallazgos se han hecho en fresas, pero parece que el fenómeno se está extendiendo. Seven News informaba hoy que una clienta de un supermercado Woolworths en Kellyville Ridge decía haber encontrado una aguja en una manzana y mostraba la imagen de esta pelada con el utensilio de costura asomando.

Las autoridades han ofrecido una recompensa de 100.000 dólares (algo más de 60.000 euros al cambio) para quien proporciones información útil que ayude a descubrir al culpable o los culpables de lo que está ocurriendo.

Desde la Strawberry Association WA, su vicepresindente Paul Da Silva, ha asegurado que el problema no está en origen y que parece obra de “imitadores”. De hecho, el pasado lunes una mujer de 62 años con supuestamente problemas de salud mental fue detenida al detectar que estaba introduciendo una aguja en un plátano en una tienda.