Boca Chica, el pueblito texano donde Elon Musk planea despegar a Marte

Una pequeña localidad en el extremo más sur de Texas, a unos pasos de la frontera con México y de la desembocadura del Río Bravo (Grande), podría ser la puerta de partida para futuros viajes privados a Marte.

Se trata del poblado de Boca Chica, Texas, en cuyas inmediaciones se localiza el puerto espacial de la empresa SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk y líder en el ámbito privado de los lanzamientos de cohetes y cápsulas a la órbita terrestre.

Un vistazo al puerto espacial de SpaceX en Boca Chica, Texas, localidad en el extremo sur de ese estado y a escasa distancia de México. (Facebook / SpaceX Boca Chica Group)
Un vistazo al puerto espacial de SpaceX en Boca Chica, Texas, localidad en el extremo sur de ese estado y a escasa distancia de México. (Facebook / SpaceX Boca Chica Group)

El gran plan de Musk es llevar seres humanos al planeta Marte y aunque algunos lo consideran incierto e incluso improbable, por sus inmensas dificultades técnicas, su costo y su plazo inminente (a principios de la próxima década para el arribo de la primera misión y hacia 2050 para establecer una base autosostenible), la actividad en Boca Chica al respecto estaría en auge.

Para un espectador, como narra el periódico Business Insider, que visite Boca Chica y las instalaciones de SpaceX salta a la vista el enorme prototipo de acero inoxidable de la gran nave espacial, bautizada Starhopper, que esa empresa ha diseñado con miras a llegar al planeta rojo.

La nave final, impulsada por cohetes propulsores, podría llevar 100 personas y 150 toneladas de material a Marte, según Musk, pero aún queda un trecho considerable antes de llegar a ello. Por lo pronto, en el complejo de Boca Chica se trabaja ya poco a poco rumbo a ese objetivo.

Un gran prototipo de acero inoxidable de lo que podría ser la nave de SpaceX para misiones a Marte se alza en el puerto espacial de esa empresa en Boca Chica, Texas. (Facebook / SpaceX Boca Chica Group)
Un gran prototipo de acero inoxidable de lo que podría ser la nave de SpaceX para misiones a Marte se alza en el puerto espacial de esa empresa en Boca Chica, Texas. (Facebook / SpaceX Boca Chica Group)

Pero, ¿por qué ubicar ese puerto espacial en la esquina más sur de Estados Unidos y qué piensan los habitantes de esa región de la actividad, presente y futura, de SpaceX allí?

La elección geográfica no es misterio alguno: mientras más cerca del Ecuador los cohetes pueden aprovechar el impulso adicional de la velocidad de la rotación de la Tierra y por ende ganar en la cuestión de gasto de combustible y peso de la carga. Y dado que el valor de los terrenos en Boca Chica es presumiblemente mucho más bajo que, en comparación, en California o Florida, la elección suma un componente económico. Y el relativo aislamiento del lugar (que con todo está comunicado gracias a carreteras y el canal del puerto de la cercana ciudad de Brownsville) le da a SpaceX un grado de flexibilidad y privacidad importante.

La población del lugar es muy escasa pero la veintena de personas que viven en Boca Chica no están necesariamente fascinadas por tener como vecino a un puerto para el lanzamiento de cohetes espaciales. Algo similar podría decirse de los residentes de la no lejana y muy turística Isla South Padre. Y eso que, en comparación a lo que podría suceder si en efecto SpaceX comenzara un programa de viajes a Marte, la actividad actual es aún reducida.

Un video en YouTube permite conocer un poco cómo es la zona de Boca Chica: espacios mayormente rurales, de vegetación baja y con casas esparcidas y no muy grandes, a un paso del río que es frontera con México y de las áreas de dunas de la costa del Golfo de México. Sus cielos son ciertamente muy abiertos.

Por lo pronto, como comenta Sam Clauson, residente de Boca Chica a Business Insider, la quietud del lugar se ha roto, una parte significativa de la región se está transformando en una zona de playa más bien desolada en un entorno de tipo industrial y las pruebas de algunos de los cohetes, entre ellos el Starhopper, han causado estruendos importantes. Y eso que se trató de la prueba de un solo motor de un sistema que tendría 31. Y qué decir del caso, ciertamente posible, de que algo salga mal y se registren estallidos u otros fallos en esos cohetes.

En ese sentido, se comenta que mientras en Cabo Cañaveral hay tres millas (casi 5 kilómetros) de distancia entre las instalaciones de cohetes y residencias privadas, en Boca Chica hay casas a 1.5 millas de las instalaciones de SpaceX. El nivel de riesgo y la posibilidad de que quienes vivan en las cercanías del puerto espacial podrían ser desplazados ha causado malestar en esa comunidad. Pero no habría, hasta ahora, respuestas claras de parte de la empresa ni, es de suponer, de las autoridades.

Otros en cambio aspiran a que el desarrollo de un puerto espacial en Boca Chica traiga desarrollo económico a la región, una de las más pobres de Estados Unidos.

En su momento, Musk dijo que invertiría 100 millones de dólares en el desarrollo de ese puerto espacial para que, en 2017, comenzaran a lanzarse desde allí con frecuencia cohetes comerciales de SpaceX.

Pero eso no ha sido posible aún por varios factores. Uno es que la zona de Boca Chica, y en especial el lugar muy cerca del Golfo de México, es de suelo arenoso y simplemente la pesada infraestructura necesaria para el puerto espacial no cuenta con tierra firme donde sustentarse, por lo que ha sido necesario intervenciones de importancia para consolidar ese suelo. Eso junto a problemas con los cohetes que tuvo SpaceX hace algunos años alteraron los planes de Musk, al grado de que optó por dedicar ese sitio al desarrollo de la nave para el viaje a Marte y no tanto, al menos por ahora, al lanzamiento de cohetes comerciales.

Boca Chica, por añadidura, se encuentra en una zona susceptible de enfrentar fuertes huracanes, algo que también afecta a Cabo Cañaveral, en Florida. Con todo, en 1967 un fuerte huracán devastó la región y en 1889 otro ciclón arrasó la ciudad de Puerto Bagdad, ubicada en México a pocas millas de lo que hoy es Boca Chica.

Pero los riesgos no solo se dan por grandes ciclones: la zona también es un lugar de intensos vientos recurrentes, lo que ya ha causado problema a las instalaciones actuales y podría ser un factor en las futuras. Ya no se diga si cambios climáticos intensificasen esos factores.

Y se ha también criticado que lanzamientos desde Boca Chica deberán evitar cruzar por encima de Cuba o la Península de Yucatán (México) y que en por la zona cruzan varias rutas de aviones comerciales. No es claro cómo podrá resolverse esas incompatibilidades.

Sea como sea, el esquema de convertir al puerto espacial de Boca Chica en el punto de despegue de misiones privadas a Marte de SpaceX prosigue y, de cristalizarse, ciertamente revolucionará la existencia de esa pequeña localidad fronteriza y, también, de lo que será la nueva e inmensa frontera de la humanidad: la exploración y colonización del planeta rojo.