El PSOE quiere arrinconar y enmudecer a Vox en el Congreso

Santiago Abascal toma posesión de su acta de diputado ante la presencia de Pedro Sánchez.
Los diputados de Vox madrugaron en la sesión constitutiva en el Congreso para situarse en la bancada posterior a la del presidente del Gobierno. (ANGEL NAVARRETE/AFP/Getty Images)

No es que la relación entre el PSOE y Vox fuera de 'vino y rosas', pero las polémicas declaraciones de algunos dirigentes de la formación de ultraderecha tras la sentencia de La Manada han acabado reafirmando a los socialistas en su postura de arrinconarles en la vida parlamentaria. Y así va a ser.

Después de que el portavoz de Vox en la Asamblea Regional de Murcia, Juan José Liarte, llamara ayer "puta" y "tiparraca" a la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, y de que el presidente de Vox en el Parlamento andaluz, Francisco Serrano, manifestara su contrariedad con el texto inculpatorio con un "hasta un gatillazo podría terminar con el impotente en prisión", los socialistas han comenzado un plan que silencie a los ultraderechistas en su día a día en el Congreso de los Diputados. ¿Cómo? Negándoles cualquier puesto de representación en las diferentes Comisiones de la Cámara Baja.

Para ello el PSOE cuenta con dos vías. Una colaborativa y otra expeditiva. En las últimas legislaturas, las diferentes Comisiones -cerca de la veintena- se han creado mediante la fórmula del consenso parlamentario, de forma que tanto Ciudadanos como Unidos Podemos -los últimos en llegar- obtuvieron, sin resistencia alguna, cierto grado de representación mediante puestos de presidencia, vicepresidencia o secretaría. Incluso PNV o ERC, con menos diputados que los 24 que Vox obtuvo en las últimas elecciones, han disfrutado de presencia significativa en varias comisiones. Pero, como adelanta Irene Castro en Eldiario.es, para la legislatura que está aún por arrancar el PSOE ha solicitado a PP y Cs su colaboración para arrinconar a Vox dejándoles fuera de todas ellas.

Eso obliga a ambos a darle un portazo a sus socios de gobierno en Andalucía o Madrid capital. Si Pablo Casado o Albert Rivera se lavan las manos y no aceptan la propuesta, el PSOE propondrá conformar las diferentes Comisiones mediante votaciones. Y ahí el bloque de izquierdas tiene una mayoría lo suficientemente amplia como para borrar a Vox del mapa.

La apuesta del PSOE va en serio. No piensa contribuir a blanquear a una formación de ultraderecha. El castigo del PSOE incluye un agravante económico en forma de extra, dado que los presidentes de comisiones perciben complementos de 1.400 euros al mes; los vicepresidentes, 1.000 euros; y los secretarios, 700 euros.

De momento Ciudadanos ya se ha negado a hacerlo, aunque también es verdad que esta negociación se estaba llevando en secreto. Puede que ahora, una vez hecha pública, Albert Rivera tenga más reticencias a defender a Vox para evitar más problemas y dimisiones internas como la que hoy mismo ha protagonizado el ya exportavoz económico de Ciudadanos en el Congreso, Toni Roldán, quien ha anunciado dejará el partido y su escaño en la Cámara Baja tras el acercamiento del partido a la derecha más radical.