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El problema de la infiltración de ideologías de extrema derecha en las fuerzas armadas de EEUU

La capital de Estados Unidos, Washington DC, es actualmente vigilada por cerca de 25,000 militares como una medida de severa precaución ante la posibilidad de que grupos extremistas traten de cometer actos violentos durante la toma de posesión de Joe Biden, este miércoles 20 de enero.

Entre esos miles de soldados, miembros de la Guardia Nacional, las autoridades identificaron a 12 que fueron retirados de las labores de seguridad en Washington. Todo ello en el contexto de una revisión interna de esos militares realizada para identificar individuos que pudiesen implicar algún tipo de riesgo o amenaza, de acuerdo a CNN.

Seguidores de Donald Trump en traje de estilo militar y con máscaras antigás recorren el Capitolio luego de haber irrumpido violentamente en él el pasado 6 de enero de 2021. Aunque no se sabe cuántas, personas con vínculos con las Fuerzas Armadas habrían participado en ese ataque y podrían ser parte de grupos extremistas. (Photo by SAUL LOEB/AFP via Getty Images)

Las autoridades han indicado que no se ha identificado ningún plan o acción específica que amenace la toma de posesión de Biden, pero se encuentran en alerta. Y, de acuerdo al Daily Mail, dos de los guardias nacionales retirados de su asignación tenían ligas con milicias de extrema derecha, pero ni la Guardia Nacional ni el Servicio Secreto han hecho clarificaciones al respecto.

Ciertamente, se trata de una cantidad muy pequeña de casos en un universo de 25,000 militares, pero eso no significa que el problema de soldados con vínculos, o incluso con participación directa, con grupos extremistas sea insignificante o soslayable.

En realidad, de acuerdo a The New York Times, el Pentágono “ha intensificado sus esfuerzos para identificar y combatir el supremacismo blanco y otros extremismos de extrema derecha entre sus filas”. Era una tarea que ya se realizaba, pero que el asalto al Capitolio por parte de seguidores trumpistas, muchos de ellos vinculados a grupos racistas, supremacistas y neofascistas, la ha acelerado.

The Military Times informó que un funcionario del Pentágono dijo que “claramente reconocemos la amenaza de extremistas domésticos, particularmente los que siguen ideologías de supremacismo blanco y nacionalismo blanco… Estamos siempre activamente involucrados en tratar de mejorar nuestro entendimiento sobre de dónde vienen esas amenazas como un medio para entenderlas y actuar”.

Investigaciones en marcha

De acuerdo a The New York Times, entre las más de 100 personas que han sido arrestadas por su participación en la violenta irrupción en el Capitolio el pasado 6 de enero, al menos seis tienen relación con las fuerzas armadas estadounidenses, y una es un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea, otro es un oficial del Ejército y otro un reservista del Ejército. Y una de las personas que murió durante esa irrupción violenta era una veterana de la Fuerza Aérea.

Desde el Pentágono se ha indicado que esos individuos “no son representativos de los militares de nuestro país”, según dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Millery, pero la preocupación existe. El propio Milley indicó que hay indicaciones de que una “cantidad no identificada de veteranos estuvieron asociados con la insurrección” de trumpistas que atacaron el Capitolio.

Militares de la Guardia Nacional patrullan  el 19 de enero de 2021 las calles de Washington DC luego del ataque contra el Capitolio del pasado 6 de enero. (Photo by Stephanie Keith/Getty Images)
Militares de la Guardia Nacional patrullan el 19 de enero de 2021 las calles de Washington DC luego del ataque contra el Capitolio del pasado 6 de enero. (Photo by Stephanie Keith/Getty Images)

Y se afirma que insignias, banderas y otros símbolos del Ejército, los Marines y fuerzas especiales fueron portados por algunos de los atacantes de la sede del Congreso.

Para cualquier gobierno, que existan intregrantes de las fuerzas armadas con contacto o implicación con grupos extremistas resulta especialmente inquietante, y es algo ante lo que hay que reaccionar para neutralizar amenazas. Y, en el presente contexto, el hecho de que dentro de esos grupos violentos de extrema derecha persiste la noción, falsa pero arraigada, de que Biden no ganó la elección de modo legítimo, resulta plausible que esos grupos persistan en su rechazo, incluso con nuevas acciones amenazantes, en contra de la nueva administración.

Ello es ampliamente comprendido por las autoridades, pero hasta el momento no se ha reportado que exista ninguna amenaza concreta.

“No hay datos de inteligencia que indiquen una amenaza interna” para la inauguración de Biden, dijo el secretario de Defensa en funciones, Christopher Miller, de acuerdo a CNN.

Por lo pronto, a todos los militares que custodian o custodiarán Washington DC y los eventos de la investidura de Biden como presidente se les aplicaron revisiones de antecedentes, algo que también se realizó en el caso de los militares que custodiaron la toma de posesión de Trump en 2017. En 2021, con todo, hay decenas de miles de militares vigilando Washington DC, en agudo contraste con el pasado.

El Pentágono también realiza, de acuerdo al Times, revisiones de las redes sociales de militares para identificar posibles vínculos o filiaciones con grupos extremistas.

Esas indagaciones serían realizadas en coordinación con el FBI pues, de acuerdo a The Washington Post, aunque el Ejército está consciente de la posibilidad de que se den amenazas, no recaba directamente información de inteligencia doméstica.

Guardias Nacionales del estado de Georgia custodian las inmediaciones del Capitolio en Washington DC, el 19 de enero de 2021, el día anterior a la inauguración de la presidencia  de Joe Biden. (AP Photo/J. Scott Applewhite)
Guardias Nacionales del estado de Georgia custodian las inmediaciones del Capitolio en Washington DC, el 19 de enero de 2021, el día anterior a la inauguración de la presidencia de Joe Biden. (AP Photo/J. Scott Applewhite)

Casos identificados

Por ejemplo, dos de los arrestos se realizaron luego de que veteranos publicaron en redes sociales fotos en las que se les ve portando uniforme militar y diciendo que participaron en la irrupción en el Capitolio. Al menos en un caso, agentes federales señalaron que un reservista arrestado, de nombre Timothy Hale-Cusanelli, es un neonazi que trabajaba en una estación de la Marina en Nueva Jersey.

Y, de acuerdo al Times, una capitana del Ejército es investigada por haber transportado a 100 personas al mítin de Trump en Washington DC que luego dio pie al ataque al Capitolio.

Las autoridades militares estarían conscientes, de acuerdo al Military Times, de que en años recientes ha habido un incremento de la actividad de extremistas de derecha dentro del Ejército, por ejemplo el caso de un miembro de la fuerza aérea, vinculado al grupo extremista Boogaloo Boys y acusado de homicidio de un agente federal.

Y el pasado otoño, una encuesta de ese medio halló que un tercio de los militares en activo que respondieron su cuestionario dijo haber visto signos de supremacismo blanco e ideología racista entre las filas militares.

El Pentágono prohíbe a los militares participar en grupos extremistas o supremacistas y también les prohíbe promover sus actividades, pero se teme que aunque se trate de una minoría muy pequeña, personas con esas filiaciones son o fueron parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses, al parecer en números crecientes durante el gobierno de Trump.

De acuerdo a datos del FBI citados por Times, en 2020 se abrieron investigaciones criminales a 143 militares en activo o retirados y de ellos 68 estaban relacionados con casos de extremistas domésticos. La mayoría de ellos, se indica, serían militares retirados que fueron separados de las fuerzas armadas con expedientes desfavorables.

“Esto debe ser desenraizado de nuestras fuerzas armadas”, dijo la senadora Tammy Duckworth, quien es veterana y participó en la Guerra de Irak, de acuerdo al Times.

“No hay lugar para el extremismo en las Fuerzas Armadas e investigaremos todo reporte de modo individual y tomaremos las acciones apropiadas”, indica un comunicado del Ejército citado por el Post.