El poder ampliado de Xi pone a prueba el pacto tácito de China

En la imagen, agentes de seguridad junto al coche del presidente chino Xi Jinping (en el asiento trasero del coche) en Washington, 30 de marzo de 2016. REUTERS/Jonathan Ernst/File Photo

Por Philip Wen y John Ruwitch

BEIJING/SHANGÁI (Reuters) - El acuerdo tácito que ha anclado la relación entre el gobierno de China y su pueblo - si te mantienes al margen de la política, te ayudaremos a prosperar - se está poniendo a prueba como nunca antes por la decisión del presidente Xi Jinping de ampliar su poder.

La reciente decisión de abolir los límites a los mandatos presidenciales, que prepara el terreno para que Xi gobierne indefinidamente, ha provocado una inquietud generalizada y ha sacudido a una generación que se mantuvo en gran medida apática en materia política.

También dejó al descubierto un corolario sobre la relación entre el Estado y la sociedad: que muchos en China creían que su gobierno se volvería gradualmente más liberal y abierto, que no se desviaría hacia el autoritarismo o incluso al gobierno de un solo hombre fuerte, según los analistas.

Durante el primer mandato de cinco años de Xi, el líder se fue consolidando de manera constante en el poder a través de una campaña radical contra la corrupción, al tiempo que pulía sus credenciales como líder seguro que aboga por los intereses de China en el panorama internacional.

Pero incluso entre la gran cantidad de ciudadanos chinos que admiran a Xi y el trabajo que está haciendo, muchos sienten que modificar la Constitución fue ir demasiado lejos. Algunos están considerando por primera vez la conveniencia del formato político de partido único.

A pesar de que los medios estatales pregonaron el voto casi unánime del parlamento esta semana para poner fin a los límites del mandato como reflejo de la "voluntad del pueblo", un trasfondo de ira e incluso de desesperación online y en las ciudades refleja una aclamación no tan universal en la sociedad.

Mientras el parlamento de China aprobaba enmiendas constitucionales el domingo pasado que despejaban el camino para que Xi permanezca en el poder indefinidamente, los usuarios de las redes sociales se fijaban en una gran pantalla azul en el Gran Salón del Pueblo que contabilizaba los cerca de 3.000 votos.

Muchos simplemente publicaron capturas de pantallas sin comentarios. Algunos expresaron en broma el miedo por el número minúsculo de delegados que no se atrevieron a votar a favor.

En WeChat, un artículo que explicaba los motivos para abolir los límites del mandato presidencial se hizo viral el domingo, pero no por su contenido.

Líneas y líneas de emoticonos de caras sonrientes inundaron la sección de comentarios del artículo a modo de silenciosa protesta subversiva. La historia fue eliminada posteriormente.

"Yo solía confiar en que nuestro país se convertiría en un sitio cada vez más abierto", dijo Wendy Zang, una estudiante universitaria de segundo año.

"Pienso que es muy triste si esta enmienda constitucional solo se eleva a los límites de mandato, pero sin ningún tipo de medidas para restringir el poder".

La Oficina de Información del Consejo de Estado, que a su vez funciona como la oficina del portavoz del partido, no respondió a una solicitud de comentarios.

AUTORIDAD Y AQUIESCENCIA

Existe una gran aceptación y tolerancia hacia el autoritarismo en China, tanto por pragmatismo como por la idea de que se necesita un gobierno de hierro para administrar un país del tamaño de China.

Pero la rápida desaparición del control institucional sobre el poder que introdujo hace décadas el último líder supremo, Deng Xiaoping, a fin de evitar que regresaran los gobiernos de un solo hombre fuerte tras la muerte de Mao Zedong, ha despertado preocupación entre muchos chinos de que el país esté retrociendo en el tiempo.

"Quiere la China de Mao Zedong y lo único que falta es su rostro en la moneda", dijo un jubilado en Shangái a Reuters, descontento con que las enmiendas tuvieran lugar "demasiado rápido" y fuera de la vista pública.

Wu Qiang, un comentarista político independiente con sede en Beijing, dijo que la eliminación por parte de Xi del legado político de Deng era, para algunos chinos, el equivalente a resquebrajar la base política sobre la que se construyó el pacto entre Estado y sociedad.

Después de que se eliminaran los límites a los mandatos, dijo, había un "gran descontento", pero las últimas tres décadas de crecimiento económico habían dejado a la mayoría adormecida en una falsa sensación de seguridad, "sin saber cómo ofrecer resistencia".

"La clase media de China, apática ante la política, no se ha organizado, no ha aprendido expresión política ni cómo protestar, perdió la capacidad y la valentía para expresarse", dijo Wu en una entrevista telefónica.

Sin embargo, hay pocos indicios de que los grupos de disidentes silenciosos se conviertan en un movimiento público de resistencia, lo que indica el firme control que tiene el Partido Comunista de la sociedad civil, y el espacio cada vez más estrecho para la libre expresión bajo el mandato de Xi.

Un estudiante universitario de Shangái dijo que temía por el futuro de China y que estaba considerando mudarse al extranjero, pero era precavido al hablar del tema de límites al mandato con otras personas, y nunca mencionaba temas políticos en internet.

"Intento no dejar huellas digitales en estos tipos de conversación", dijo.

La mayoría de las personas entrevistadas por Reuters rechazaron ser citadas, incluso cuando expresaron opiniones relativamente benévolas sobre los dirigentes de China por temor a afrontar repercusiones.

"Si el Partido Comunista nos dice que el cielo es negro, entonces el cielo es negro", dijo un jubilado paseando por el Templo del Cielo de Pekín, declinando dar su nombre.

Zi Su, un profesor retirado, fue arrestado el año pasado después de escribir una carta abierta pidiendo a Xi que dimitiera, diciendo que se había equivocado gravemente al restaurar la ideología de la era Mao mientras le daba la espalda a las reformas de Deng.

Los partidarios temen que Zi, que previamente formó a mandos políticos en la escuela del Partido Comunista en la provincia sudoccidental de Yunnan, ahora podría enfrentarse a un castigo más severo para disuadir a aquellos que se planteen la disidencia pública.

"Ahora que la constitución ha sido modificada y dicen que Zi estaba intentando subvertir el poder del Estado, las posibilidades de un castigo severo son más altas", dijo a Reuters la hermana de Zi, Zi Ping.

Otro jubilado, Wu Beicheng, de 57 años, dijo que sus padres fueron perseguidos durante la Revolución Cultural de 1966-76 y que nació con desnutrición durante el Gran Salto Adelante, la desastrosa campaña de Mao para revolucionar la agricultura. Dijo que le preocupaba que el desmantelamiento "renegado" de Xi de las recientes normas de sucesión puede derivar en turbulencias cuando llegue el momento de transferir el poder.

"Como líder perspicaz que es, debería conducir gradualmente a la sociedad china hacia un sistema abierto y democrático", dijo Wu. "Lleva tiempo, pero está mal no llevar a la población a esa dirección solo porque lleve tiempo".

LA VÍA ONLINE

Aun así, Xi sigue siendo muy popular en China.

Una vendedora online dijo a Reuters que le daba la bienvenida a la eliminación de los límites del mandato si eso significaba la continuación del liderazgo de Xi.

Daniel Cao, un estudiante universitario de cuarto año en Shangái, dijo que inicialmente estaba "asombrado" de que la constitución pudiera "cambiarse tan fácilmente", y compartió en internet las preocupaciones de otros de que China volvería a una era de culto a la personalidad y al poder de un solo hombre.

"Sin embargo, si lo piensas de otra manera, cuando Deng Xiaoping propuso la reforma y la apertura e introdujo la economía de mercado, algunas personas se alzaron de la misma manera", dijo.

"Mientras Xi Jinping pueda llevar a China a ser fuerte, cualquiera que sea el método que use, puedo aceptarlo. En una palabra, hay que fijarse en los resultados, no en el proceso".

David Bandurski, codirector de China Media Project y miembro de la Academia Robert Bosch en Berlín, dijo que aunque era difícil cuantificar el grado de opiniones negativas, la intensidad de la censura online reflejaba el nivel de disidencia.

Los censores de Internet de China, que actúan a la mínima en el mejor de los casos, se están dedicando a tiemplo completo a suavizar la discusión pública de los cambios en los límites de mandato.

Los mensajes eliminados y bloqueados en Weibo, similar a Twitter en China, incluyen referencias a "toda la vida", "emigración" y emperadores "ascendiendo al trono", así como memes ampliamente compartidos de Winnie the Pooh, que algunos consideran que tiene un parecido con Xi, aferrándose a una olla de miel.

Incluso la letra 'n', que en chino coloquial puede significar "muchos" o "innumerables", también se bloqueó momentáneamente en Weibo.

"Esto muestra un nivel de absurdo y paranoia que parece sugerir que los propios líderes chinos entienden que la crítica está ahí, y que es lo suficientemente intensa como para ser una amenaza", dijo Bandurski.