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El Papa ataca la avaricia consumista que amenaza a los indígenas del Amazonas

Por Philip Pullella y Mitra Taj

PUERTO MALDONADO, Perú (Reuters) - El Papa Francisco hizo el viernes una encendida defensa de los pueblos amazónicos y del medio ambiente que los alberga al afirmar que los grandes negocios y "la avidez del consumo" no deben destruir su hábitat natural, clave para todo el planeta.

En una reunión con nativos amazónicos de la región Madre de Dios, en Puerto Maldonado, el Sumo Pontífice invocó respeto por las tierras del Amazonas, duramente afectadas por la minería y la tala de árboles, muchas de ellas de forma ilegal, que están minando la selva y su prístina biodiversidad.

"Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora", dijo a una multitud de más de 20 grupos nativos, entre ellos Harakbut, Esse-ejas, Shipibos, Asháninkas y Juni Kuin.

En esta zona fronteriza con Brasil y Bolivia, el Papa denunció la "fuerte presión de grandes intereses económicos" en busca de petróleo, gas, madera y oro. "Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de los estados sin tener en cuenta a sus habitantes".

Cerca de la zona, en la región vecina del Cuzco, se encuentra la reserva de gas Camisea, la mayor de Perú. Y por el norte, más de una docena de derrames de petróleo de un oleoducto operado por el Estado han contaminado las tierras nativas.

"No podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez del consumo. Es necesario que existan límites que nos ayuden a preservarnos de todo intento de destrucción masiva del hábitat que nos constituye", afirmó el religioso argentino.

Francisco llegó a Perú el jueves para una visita de cuatro días, en su última escala tras viajar a Chile.

FIESTA Y DOLOR EN LA AMAZONÍA

Desde la noche anterior se vivía un ambiente festivo a la espera del Papa, con cientos de personas de la zona y nativos que llegaron a la calurosa ciudad, algunos con sus trajes típicos multicolores y plumas en la cabeza, incluso indígenas brasileños y bolivianos, danzando y rezando en la plaza central.

Muchos de los bosques donde viven nativos en la región amazónica de Madre de Dios han sido deforestados en los últimos años por la tala ilegal y por la fiebre del oro impulsada por los altos precios del metal precioso en los mercados mundiales.

La extracción ilegal, dragando en ríos y usando mercurio, contamina las aguas. Madre de Dios produce cerca del 10 por ciento del oro de Perú, el sexto productor mundial.

"Se nos pide un especial cuidado para no dejarnos atrapar por colonialismos ideológicos disfrazados de progreso que poco a poco ingresan dilapidando identidades culturales y estableciendo un pensamiento uniforme, único (...) y débil", dijo el Papa.

Si bien el pontífice ha denunciado antes la degradación ambiental, aún no lo había hecho en un lugar tan amenazado como Madre de Dios, donde las mafias mineras están forzando a los pueblos nativos a abandonar sus tierras ancestrales. Muchos sufren niveles peligrosos de mercurio en su sangre.

"Sufriremos mucho y moriremos cuando los foráneos perforen la tierra para sacar el agua negra metalizada, sufriremos cuando malogren y envenenen nuestros ríos convertidos en aguas negras de la muerte", dijo Yésica Patiachi, del pueblo Harakbut, en un discurso previo al Papa, quien lo escuchó con suma atención.

Representantes de los indígenas, algunos en su lengua nativa, presentaron sus reclamos ante Francisco y la mayoría coincidió en rechazar la explotación de sus tierras y la amenaza de desaparición de sus culturas.

La tribu Ese Ejja, una de las 14 etnias que habitan en la región, fue salvada hace un siglo por misioneros católicos tras sufrir la explotación de invasores durante el apogeo del caucho.

Pero a lo largo de los años han sido desplazados por las empresas de caucho, por la tala ilegal y las mineras de oro. La tribu acusa a los gobiernos de haber permitido esta situación.

CONDENA CORRUPCIÓN

Tras visitar Puerto Maldonado, a unos 860 kilómetros al sureste de Lima, el papa argentino regresó a la capital peruana para reunirse con el presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Antes, en un discurso en el patio de Palacio de Gobierno de Lima, Francisco exigió un mayor compromiso y transparencia entre el sector público y privado en Latinoamérica para combatir la corrupción, a la que calificó de "virus social" que infecta los cimientos de la democracia en la región.

El llamado se produce casi un mes después de que Kuczynski otorgara un polémico indulto humanitario al exmandatario Alberto Fujimori, que estuvo preso por abusos a los derechos humanos y corrupción.

En su turno, el mandatario peruano afirmó que Perú sufrió en las últimas tres décadas severos golpes como la insurgencia de grupos de izquierda y una aguda crisis económica.

"En estas tres décadas se han ido cicatrizando las heridas del pasado, pero es un proceso nada fácil, es un proceso que está en plena marcha y que esperamos que cada día se culmine aún más el dialogo y la paz que son fundamentales", dijo Kuczynski antes de pedirle al primer papa latinoamericano que de a Perú "un empujón" en busca de esa paz y diálogo.