El PAN, el gran perdedor del México de los últimos tiempos

Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional / Foto: Cuartoscuro
Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional / Foto: Cuartoscuro

En México se llevaron a cabo elecciones en los estados de Puebla, Baja California, Durango, Aguascalientes, Quintana Roo y Tamaulipas. En todas las entidades la participación de los electores fue baja. Se eligieron gobernadores en dos estados y en cuatro diputados locales y presidentes municipales.

Los resultados electorales indican que el Partido Acción Nacional fue el gran perdedor al ser derrotado en Puebla donde se realizaron elecciones extraordinarias tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y Baja California, estado que dominó por 30 años, considerado como emblemático por el PAN, perdió la gubernatura y no logró ninguna otra posición electoral, lo que estaría indicando el rechazo de los ciudadanos al partido que logró ganar esta primera gubernatura en el tiempo en el que el PRI era el partido dominante en todo el país.

El dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, durante la jornada electoral denunció el uso de programas sociales y de recursos públicos de parte del gobierno Federal en apoyo a los candidatos de Morena, en todos los estados en donde se realizaron elecciones.

La denuncia de Marko Cortés, no parece tener fundamento cuando se observa que el PAN, solo o en alianza con otros partidos, ganó en Aguascalientes 5 municipios de los 11 en disputa; en Durango triunfó en 18 de los 39 municipios que se disputaron. En Tamaulipas se eligió un nuevo congreso estatal y el PAN obtuvo el triunfo en 21 de los 22 distritos electorales de la entidad.

El caso de Tamaulipas, cuyo gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, es militante del PAN, los resultados registrados estarían indicando la posibilidad de que en esa entidad hubiera intervenido en el proceso electoral el gobierno del estado en apoyo de los candidatos del PAN, lo que obviamente no es señalado por Marko Cortés como una violación a las “reglas” de la disputa por el poder.

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Los resultados electorales de 2018 ubicaron al PAN como segunda fuerza electoral en el país, pero en el transcurso de un año las disputas internas entre grupos que ambicionan su control lo han llevado a abandonar principios y prácticas de democracia interna que por muchos años fueron ejemplo para otras organizaciones políticas.

El triunfo del PAN en Baja California hace 30 años fue el mensaje para los partidos de oposición de aquella época de que acceder al poder si era posible y en el caso del PAN esta aspiración se cumplió 12 años después con el triunfo de Vicente Fox en el año 2000.

La derrota del PAN en Baja California y Puebla este 2019, también contiene el mensaje de que los partidos que han jugado un papel histórico en el siglo pasado están en el riesgo de disminuir en su influencia entre los ciudadanos y por tanto de perder su registro y eventualmente desaparecer. El aliado del PAN en estas elecciones, el partido de la Revolución Democrática ya esta perfilado en esta posibilidad.

Los años recientes nos enseñaron que no fallan los partidos, fallan sus dirigentes cuando les gana la ambición de poder, el egoísmo, son mediocres o dejan en el camino los principios y valores que les dieron origen.

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El PAN es el gran perdedor de las elecciones de 2019, pero también se puede decir que el presidente del partido Marko Cortés no supo ganar en Puebla y Baja California, los estados que debería haber retenido y que para su récord personal no cuenta la elección de estado que se puede acreditar al interés del gobernador de Tamaulipas. Obtuvo triunfos en otras entidades, pero los que mueven el orgullo de su militancia los dejó ir.

Los resultados electorales para el PAN este 2019 hacen previsible que la estructura y militancia del partido le pidan explicaciones a Marko Cortés y también hacen previsible su respuesta de culpar del retroceso a quienes le antecedieron en la presidencia y algo tendrá de razón.

Parece que el resultado, aunque es negativo para el PAN, al final del camino podría beneficiar el proyecto de la familia Calderón de registrar su partido para volver a disfrutar de los dineros públicos. Es posible que Felipe Calderón y Margarita Zavala ya estén afinando las estrategias y argumentos para sacar del PAN a los inconformes con el manejo equivocado del partido, les podrían prometer regresar a los valores y principios que aportaron los fundadores y si los convencen, el futuro del PAN será incierto.