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El otro 'covid' que amenaza a América Latina: un hongo pone en riego los bananos de la región

Una mujer trabaja en una finca bananera en Carepa, Colombia, 17 de marzo de 2017. Foto tomada el 17 de marzo de 2017. REUTERS/Jaime Saldarriaga
Una mujer trabaja en una finca bananera en Carepa, Colombia, 17 de marzo de 2017. Foto tomada el 17 de marzo de 2017. REUTERS/Jaime Saldarriaga
  • De momento, permanece contenido en trece fincas del norte de Colombia

  • Pero el Fosarium Raza 4 Tropical (R4T) mantiene en ciernes a otros países productores de banano en América y el Caribe.

  • La enfermedad, que llegó a la región en 2019, puede mantenerse activa hasta por 30 años y, por ahora, no hay cura disponible.

Andrés Pachón | Colombia

América Latina y el Caribe mantienen en alerta ante la denominada “pandemia del banano”, un hongo que, guardando las proporciones, se propaga en la fruta de manera tan virulenta como el covid-19 en los humanos, con el agravante de que aún no existe cura para la enfermedad, que puede amenazar buena parte de la seguridad alimentaria del planeta.

El hongo, denominado Fusarium Raza 4 Tropical (R4T), “puede sobrevivir en el suelo hasta por 20 y 30 años y reactivarse”, por lo que el riesgo de propagación puede mantenerse durante décadas, dijo a Yahoo! Jorge Hernán Palacino, director de Sanidad Vegetal del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), adscrito al Ministerio de Agricultura de Colombia.

La enfermedad llegó a ese país en 2019 de un modo que aún no se ha podido establecer, luego de que también se registró en África y Pakistán en 2016, aunque sus orígenes datan de la década de 1960, cuando se descubrió por primera vez en el sudeste asiático.

"En Colombia, la enfermedad inició con una sospecha en julio de 2019, pero dos meses después, el 8 de agosto de ese año, fue confirmada por laboratorios locales y universidades extranjeras", indicó Palacino.

Hoy en día el Fusarium Raza 4 Tropical permanece confinado en trece fincas de los departamentos de La Guajira y Magdalena, en el norte de Colombia, donde se implementó una cuarentena y se siguen estrictas medidas de bioseguridad, que comprenden la fumigación de camiones y calzado con amonio cuaternario, así como lavado de manos y cambio de vestuario bajo el lema 'entre limpio, salga limpio'.

Vista aérea del campo bananero en el municipio de Apartado, en el departamento de Antioquia, Colombia, el 22 de junio de 2022. En este pueblo, ubicado en la región de Urabá de Antioquia, viven alrededor de 20,000 familias gracias a la gran producción de plátanos. Alrededor de 45.000 hectáreas de cultivos rodean a la población de Apartadó, lo que hace del banano su principal producto de comercialización y exportación. (Foto de Juan David Moreno Gallego/Agencia Anadolu vía Getty Images)

Cultivadores, en riesgo

Aunque en Colombia la enfermedad permanece concentrada en dicha zona norte, otras regiones como el eje bananero de Urabá —que comprende los municipios de Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó, en el noroeste del país— se ven seriamente amenazados.

“En el país, cerca de 51.454 hectáreas están sembradas con banano de exportación, las cuales son el medio de sustento de 150.000 familias, por lo que el TR4 es una verdadera amenaza”, dijo también a este medio Emerson Aguirre, presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura).

De esas 51.454 hectáreas sembradas, Urabá representa la principal zona productora de banano de exportación en Colombia y abarca aproximadamente 35.000 hectáreas, por lo que la agroindustria del banano para esa región representa el 75% de su economía local.

“En Colombia y todos los países que tienen cultivos de banano y plátano estamos trabajando fuertemente en el control, contención y prevención de esta enfermedad, que además de poner en riesgo la sanidad de los cultivos afecta la producción y exportación de fruta, causando fuertes afectaciones socioeconómicas en las regiones productoras (…). Por esto, los actores de la agroindustria realizamos permanentemente acciones de control y prevención”, aseguró Sebastián Zapata Henao, director del Centro de Investigaciones del Banano (Cenibanano), según un comunicado reciente del ICA.

Una eventual pandemia del hongo en el planeta significaría la afectación para 400 millones de personas que dependen del banano como alimento o fuente de ingresos, según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que subraya que la fruta se cultiva en 135 países de los cinco continentes y no sólo cumple un rol central en la seguridad alimentaria a nivel global, sino que también es medio de vida para quienes trabajan en su cultivo, transporte y comercialización

Dicho hongo “es la mayor amenaza en más de medio siglo para un cultivo que resulta especialmente importante para las poblaciones vulnerables, que obtienen del banano hasta la cuarta parte de las calorías que ingieren diariamente”, agrega el instituto.

Los hombres trabajan en una finca bananera en Carepa, Colombia. Foto tomada el 17 de marzo de 2017. REUTERS/Jaime Saldarriaga
Los hombres trabajan en una finca bananera en Carepa, Colombia. Foto tomada el 17 de marzo de 2017. REUTERS/Jaime Saldarriaga

Cavendish, variedad en riesgo

El Fusarium Raza 4 Tropical ataca en especial a los bananos tipo cavendish, una de las variedades más comunes y cultivadas, la cual constituye la mitad de la producción mundial y es la de mayor participación de mercado en América Latina y el Caribe, por lo que el riesgo para la industria bananera de la región es inminente.

En mayor escala, una pandemia del hongo significaría cambios drásticos en el mercado internacional del banano, ya que la participación de la fruta en el comercio mundial se calcula en más de 36.000 millones de dólares, lo que la convierte en la más popular de todas, según una publicación del diario alemán Die Welt.

Años atrás Colombia, Ecuador, Guatemala, Filipinas y Costa Rica cultivaban la variedad Gros Michel, que resultaba más resistente a la manipulación pero que terminó afectada por una enfermedad denominada el Mal de Panamá, otro tipo de hongo que prácticamente la llevó a desaparecer.

Ante ese hecho, los bananeros optaron por cultivar la variedad cavendish, la cual es la predominante mundial en la actualidad, pero que requiere mayor cuidado en su manipulación, por lo que debe transportarse en cajas de 20 kilos para no afectar su aspecto. Esa variedad, justamente, es la que ahora está amenazada por el Fusarium Raza 4 Tropical.

Cultivos de banano en el municipio de Apartado, en el departamento de Antioquia, Colombia, el 22 de junio de 2022. (Foto de Juan David Moreno Gallego/Agencia Anadolu vía Getty Images)
Cultivos de banano en el municipio de Apartado, en el departamento de Antioquia, Colombia, el 22 de junio de 2022. (Foto de Juan David Moreno Gallego/Agencia Anadolu vía Getty Images)

La enfermedad produce marchitamiento y muerte de las plantaciones de banano una vez que ha entrado en contacto con el suelo por diferentes vías de propagación, como el agua, transporte de sembradíos de una región a otra e incluso a través de la suela de los zapatos o los neumáticos de los vehículos.

Hasta abril de 2021 diez fincas del norte de Colombia registraban presencia del hongo, pero pese a los controles y las medidas sanitarias la enfermedad se ha extendido a otras tres en la actualidad, razón por la cual la situación que atraviesa Colombia inquieta a sus vecinos, en particular a Ecuador y Brasil, los mayores productores de banano y plátano en América.

Preocupación justificada

Los antecedentes en otras regiones del planeta justifican las preocupaciones, pues la presencia del hongo en Asia -donde India, China y Filipinas son los mayores productores mundiales de banano- puso en riesgo el modo de vida de productores de países como Filipinas y Malasia, según un reporte de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés).

El organismo también sostiene que en las regiones tropicales de América existen alrededor de 2,23 millones de hectáreas de plantaciones comerciales de banano, lo que representa el 28% de la producción mundial de la fruta y el 80% de las exportaciones mundiales de la misma.

Ante la falta de una cura para la enfermedad, por ahora Ecuador ha afincado sus esperanzas en la Formosana CGTCV-218, una variedad que ha resultado resistente al Fusarium Raza 4 Tropical y de la cual el país importó 4.620 plantas originarias de Sudáfrica en abril último. La estrategia es parte de una alternativa ante un eventual ingreso del hongo al país, que por ahora se mantiene al margen de sus plantaciones, al igual que en otras naciones de América y el Caribe en las que, no obstante, el nerviosismo crece con virulencia.

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