El nuevo vicepresidente de Yemen espera evitar una invasión de Arabia Saudí

Por Angus McDowall y Mohamed Mukashaf RIAD/ADÉN (Reuters) - El nuevo vicepresidente de Yemen, Khaled Bahah, una figura ampliamente respetada que fue designada esta semana para apuntalar la legitimidad del Gobierno exiliado, dijo el jueves que esperaba evitar una invasión liderada por Arabia Saudí. Las maniobras militares planeadas por Arabia Saudí han generado especulaciones sobre la posibilidad de que Riad esté considerando iniciar operaciones terrestres en Yemen, después del fracaso de los ataques aéreos que han llevado a cabo durante tres semanas para detener los avances de los combatientes chiíes que controlan la mayor parte del país. El mandatario Abd-Rabbu Mansour Hadi nombró esta semana a Bahah, ex primer ministro y diplomático, como vicepresidente en un intento por ampliar el apoyo a su gobierno, exiliado en Arabia Saudí desde que los combatientes hutíes respaldados por Irán tomaron la capital y realizaron un rápido avance por el sur. Bahah es una de las pocas figuras en Yemen cuya popularidad atraviesa divisiones sectarias y regionales. En declaraciones en Riad en su primera conferencia de prensa desde que asumió el puesto, afirmó: "Aún esperamos que no haya una campaña terrestre junto con la campaña aérea". Los hutíes, que han formado un alianza con unidades del Ejército leales al ex presidente yemení Ali Abdullah Saleh, tomaron en septiembre la capital Saná y luego avanzaron hacia la ciudad portuaria de Adén, en el sur del país. Establecer la legitimidad del gobierno es clave para una campaña liderada por los saudíes y dirigida a expulsar a los hutíes y evitar que Irán gane influencia en la región. Teherán niega las voces que le acusan de proveer apoyo militar directo y financiación a los hutíes. Frente al continuo avance de los hutíes, aumenta la perspectiva de que Arabia Saudí y sus aliados árabes inicien una ofensiva terrestre en Yemen, el país más pobre en la Península Arábiga. Naciones Unidas dice que el último conflicto en Yemen ha dejado unos 600 muertos, 2.200 heridos y 100.000 personas desplazadas.