'El Negro' Durazo: el temible policía al que ningún artista podía decirle que no en México

El exjefe de la policía de la Ciudad de México Arturo Durazo tras las rejas en el Reclusorio Oriente en 1986. HR/JP REUTERS
El exjefe de la policía de la Ciudad de México Arturo Durazo tras las rejas en el Reclusorio Oriente en 1986. HR/JP REUTERS

La reciente entrevista de Manuel 'el Flaco' Ibáñez con el conductor Yordi Rosado revivió el nombre de un personaje que se benefició de la corrupción policíaca y la política mexicana, tristemente famoso por sus excesos de violencia y brutalidad: favorecer a la delincuencia hacia finales de la década de 1970 y principios de la de 1980 y a quien también se le ha atribuido parte del estrellato del cantante Luis Miguel e, incluso, ser presunto responsable de la desaparición de su madre, Marcela Basteri.

Ibáñez se refería a Arturo 'el Negro' Durazo, jefe del Departamento de Policía y Tránsito (hoy Secretaría de Seguridad Ciudadana) del Distrito Federal (hoy Ciudad de México), durante el sexenio del presidente José López Portillo, y de quien sacó provecho cuando se encontraba en alguna situación comprometida por su exceso de drogas o alcohol.

Según lo narrado por el actor, Durazo era una especie de protector sin llegar a ser su íntimo, al que no le podía decir "no" cuando se le antojaba su compañía. "De repente estabas en una obra de teatro y a mitad de la obra entraban varios cuates de traje y ya sabías que venían por ti. Yo decía: 'déjame terminar el segundo acto', 'no, ahorita', entonces de repente era de 'pues déjame hablar a la casa', porque eran dos tres días que no te dejaban salir".

Arturo Durazo Moreno nació en Cumpas, Sonora, en 1924 en el seno de una familia pobre que al poco tiempo se mudó a Ciudad de México. Durante su infancia y adolescencia, el Negro vivió en la colonia Roma, donde conoció y entabló una amistad con López Portillo, a quien nunca abandonó y con el tiempo, lo nombró jefe de seguridad de su campaña presidencial.

Durante el mandato presidencial de López Portillo, Durazo tuvo vía libre para dominar la capital mexicana al frente de la Dirección General de Policía y Transito del Distrito Federal (DGPTDF), con la que planeó secuestros, detenciones ilegales, robos de bancos y matanzas, de acuerdo con uno de sus excolaboradores que plasmó estas vivencias en el libro 'Lo negro del Negro' y que después se convirtió en un documental.

José López Portillo, presidente de México (1976-1982). (Photo by Bernard CHARLON/Gamma-Rapho via Getty Images)
José López Portillo, presidente de México (1976-1982). (Photo by Bernard CHARLON/Gamma-Rapho via Getty Images)

Lo revelado por el actor icono del cine mexicano de ficheras se suma a lo que otras figuras han hablado al respecto, como Andrés García, quien incluso lo describió como un hermano.

"Era un hombre muy práctico, muy inteligente, que se crió en la calle y se fue empapando de sabiduría y cultura; era un gran conocedor del pueblo mexicano, por eso manejó tan bien todo el asunto de la delincuencia y los robos que había en las Lomas en aquellas épocas. A los que asaltaban con violencia y lastimaban a las familias de las casas que se metían a robar, a esos los desaparecía. Son los famosos muertos del río Tula, ahí los tiraban", dijo el también controvertido actor al periodista Gustavo Adolfo Infante en enero de 2021.

De este caso, registrado en 1981, se habló de una ejecución de 12 integrantes de una banda de asaltabancos por órdenes de Durazo. Los sucesos inspiraron al director de cine Ismael Rodríguez Ruelas​ para filmar una película, pero la censura por parte del gobierno obstaculizó su difusión en la época.

La hermandad entre García y Durazo, así como su eventual conexión con Luis Miguel, incluso quedó plasmada en la serie sobre la vida del cantante mexicano.

El ascenso a la fama de Micky

Para seguir entendiendo el poder que amasaba 'El Negro' Durazo, hay que hablar de dos de sus propiedades logradas por desvíos a las arcas de la institución que encabezaba: una fastuosa mansión en el Ajusco, con caballerizas e hipódromo privado, polígono de tiro, discoteca igual a la del Studio 54 de Nueva York, valuada en 250 mil dólares; y El Partenón de Zihuatanejo, edificada en el estilo griego clásico, de 20 mil metros cuadrados, y construida por sus propios policías en Guerrero.

El Partenón mexicano, el pintor Emiliano Gironella Parra y otros artistas buscaron convertirlo en un centro cultural para borrarle la imagen negativa y a su vez, sacarle provecho, "que sea un orgullo para todos los guerrerenses y que sea un receptáculo para los artistas que vienen a Guerrero". En 2019, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio carpetazo a uno de los conflictos que tenía con la familia que pretendían recuperar la residencia.

La mansión junto a un acantilado en Ixtapa Zihuatanejo, México, del exjefe de policía Arturo Durazo. (Vía Getty Images)
La mansión junto a un acantilado en Ixtapa Zihuatanejo, México, del exjefe de policía Arturo Durazo. (Vía Getty Images)

En esas residencias, Durazo organizaba las fastuosas y excesivas fiestas de las que Ibáñez habló con Yordi. En una -o ambas-, Luis Miguel con apenas 11 años animaba a los invitados del jefe de policía, invitado por la amistad de su padre Luis Rey con Andrés García. Gracias a esta cercanía, el funcionario habría recomendado al Sol de México para presentarse en la boda de Paulina López Portillo, una de las hijas del presidente y padrino político.

La oportunidad para el joven cantante, sin embargo, le habría salido muy cara, al menos para su madre, Marcela Basteri. Mario Gallego, tío paterno y exasistente personal de Luis Miguel, dijo en una ocasión que fue el propio Durazo quien financió el lanzamiento del primer disco del joven intérprete de '1+1= 2 enamorados' y presionó a Televisa para que saliera en televisión "a cambio de favores sexuales", según algunas biografías no autorizadas. La madre de Micky habría sido el pago y, que más adelante, causó los celos del padre y representante de la estrella en ascenso.

García aseguró en una entrevista de 2018 que Rey pidió ayuda a Durazo y a él mismo para "desaparecer" a su esposa, y que fue el propio jefe de la policía quien le confesó la petición: "Él (Luis Rey) se lo pidió a Durazo y Durazo me dijo 'oye, me está pidiendo que haga eso', y luego me lo pidió a mí, pero le dije que eso era una barbaridad. 'No puedes hacer eso', le dije", dijo el actor en una entrevista radiofónica con Maxine Woodside.

Hasta ahora, la desaparición o posible muerte de Basteri sigue siendo un misterio.

Sus romances con actrices

No solo la familia de Luis Miguel tuvo la desfortuna de estar en la vida de Durazo.

Otros personajes como Olga Breeskin o Verónica Castro habrían mantenido relaciones amorosas con el jefe policiaco, así como otras 'vedettes' de la llamada época de cine de ficheras, de acuerdo con un familiar del fallecido funcionario.

"Él tenía el poder y la manera de estar y salir con las mujeres más famosas del momento, ya fueran del medio artístico o de la más alta sociedad, Las mujeres famosas eran sus trofeos, y ellas estaban encantadas, porque era buen amante y muy espléndido", según la entrevista publicada en la revista 'TVNotas' en 2018.

La fama de Durazo también repercutió en la cultura popular mexicana después de su detención por diversas investigaciones por los delitos de evasión fiscal, contrabando, acopio de armas y abuso de autoridad.

A mediados de la década de 1980, la Sonora Dinamita estrenó la canción 'El africano', y en una de sus estrofas dice "¡ay, mamá, ¿qué será lo que quiere el negro?", y la respuesta es "¿no será que quiere otro Partenón?".​ La banda de rock Botellita de Jerez grabó el tema 'Negro's blues' haciendo alusión a los presuntos nexos con el narcotráfico de Durazo. Chico Che compuso la cumbia 'El sustazo del negrazo', donde habla de manera jocosa sobre las acusaciones de los delitos que se le imputaron ("se le acusa de robos grandes a la nación", "si no nos devuelves todo, por lo menos dinos el modo").

Pasó ocho años en la cárcel para después ser liberado en 1992 por buena conducta y por su delicado estado de salud a causa de un cáncer de colon. Vivió ocho años en libertad hasta el día de su muerte, el 5 de agosto de 2000, en Acapulco, Guerrero, pero lejos de su amado partenón.

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