El nefasto mapa del odio en EEUU: el KKK, los supremacistas blancos y otros grupos racistas e intolerantes que pululan en el país

El odio contra el diferente y el afán de perseguirlo o exterminarlo son, trágicamente, fenómenos de larga data y ominosa recurrencia. En Estados Unidos han existido, literalmente, desde los orígenes de la nación (la esclavitud y la violencia contra los negros y los indígenas americanos son dos dolorosos ejemplos), pero fue tras la derrota de la Confederación en la Guerra Civil que comenzaron a brotar grupos con ideologías extremistas violentas y que incluso han recurrido al terrorismo contra personas y comunidades que son objeto de su prejuicio criminal.

El FBI señala que ha investigado y perseguido crímenes de odio desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial (a la que EEUU entró en 1917) y su rol se ha amplificado tras la aprobación de la Ley de Libertades Civiles de 1964.

Grupos de nacionalistas blancos realizaron una marcha de antorchas en Charlottesville, Virginia, el pasado 11 de agosto de 2017. (Reuters)
Grupos de nacionalistas blancos realizaron una marcha de antorchas en Charlottesville, Virginia, el pasado 11 de agosto de 2017. (Reuters)

Han existido literalmente miles de esos grupos a lo largo de las décadas, algunos de ellos más notorios y muchos especialmente infames.

Por ejemplo, a finales de la década de 1860, en estados del Sur que fueron parte de la derrotada Confederación surgió la primera versión del Ku Klux Klan, para combatir al gobierno federal (que ganó la Guerra Civil) y atacar a líderes afroamericanos. Ese grupo, con todo, decayó con el tiempo y fue suprimido por las autoridades hasta que, a partir de 1915 una nueva versión del KKK brotó con amplitud y virulencia en varias regiones del país, con su odio enfocado, a demás de hacia los afroamericanos, también contra católicos, judíos e inmigrantes como los italianos.

Este KKK logró un amplio arraigo y llegó a tener cientos de miles de miembros, pero su fuerza mermó en la década de 1930 (no sin practicar grave violencia en varias regiones del país). Tras la Segunda Guerra Mundial, el KKK ‘nacional’ decayó y otros grupos, muchos sin conexión con la formación anterior, brotaron sobre todo en el Sur, tomando el nombre y las prácticas del KKK y realizando extrema violencia contra minorías en los años 1950-1960, sobre todo contra los afroamericanos en un intento por mantener la segregación y suprimir la lucha por los derechos civiles.

Con todo, el KKK es solo una expresión de un selvático panorama de grupos de odio, racistas, xenófobos, antisemitas, supremacistas blancos, neonazis y otras agrupaciones que han brotado y desatado actividad violenta y criminal en el país.

Por ejemplo, el Southern Poverty Law Center (SPLC), institución que ha estudiado y documentado la actividad de esos grupos en Estados Unidos, identifica 18 modalidades de ideologías vinculadas al odio y que son profesadas, individualmente o varias a la vez, por diversas organizaciones extremistas.

Así, el SPLC ha identificado 917 grupos de odio en Estados Unidos, entre ellos los grupos de la derecha alternativa (que rechazan la multiculturalidad), los antiinmigrantes, los anti LGBT, los antimusulmanes, los antigobierno, los de identidad cristiana y negadores del holocausto (antisemitas), el KKK, los neoconfederados (que exaltan la secesión del Sur), los neonazis, los skinheads racistas, los católicos radicales tradicionales (antisemitas), los ciudadanos soberanistas (antigobierno y a favor de obedecer las leyes que les plazcan) y los nacionalistas blancos (racistas y supremacistas blancos). Por lo general, tales grupos suponen que la raza blanca es superior y rechazan a minorías, inmigrantes y en general a la diversidad sociocultural estadounidense.

Una manifestación de miembros del KKK en Charletosville, Virginia, en julio pasado. (AP)
Una manifestación de miembros del KKK en Charletosville, Virginia, en julio pasado. (AP)

Y aunque se afirma que ciertos nacionalistas blancos no recurren a la abierta ostentación de capuchas, swásticas y otros signos ominosamente vinculados a la violencia y el racismo como sí lo hacen el KKK y los neonazis, habría ideologías y creencias comunes a todos que incluyen el rechazo y el prejuicio por cuestiones raciales, religiosas y de origen nacional.

Pero también hay otros grupos activos que no parten de una identidad racial blanca, pues existen los separatistas negros que, como en el reverso de la moneda, son antiblancos, claman contra la integración, exigen la separación de las razas e, incluso, una nación diferente para los afroamericanos.

Ciertamente, aunque esos grupos han sido por décadas marginales están al alza tanto en cantidad como en membresía. El SPLC contabilizó 457 grupos de odio en 1999, cifra que llegó a 1018 en 2011, se redujo a 784 en 2014 y subió hasta los 917 en 2016.

Y aunque es difícil establecer la cantidad de personas que los integran, pues muchos de ellos son grupos pequeños y no necesariamente coordinados entre sí, el SPLC reportó en 2017 la existencia de 130 agrupaciones vinculadas al KKK, 99 grupos neonazis, 100 nacionalistas blancos, 78 skinheads racistas, 21 de identidad cristiana, 43 neoconfederados, 193 separatistas negros, 52 anti LGBT, 101 antimusulmanes y 100 que practican odio en general.

Una parte sustantiva se ubica en estados del sur y el medio oeste, pero hay presencia de grupos de odio prácticamente en todas las regiones de Estados Unidos. California, por ejemplo, el estado más poblado y de inclinación mayormente liberal, sería también el que cuenta con más grupos de odio con 79, seguido de Florida con 63, Texas con 55 y Nueva York con 47.

Otra forma de medir el alcance de esos grupos es por la extensión de su violencia. Por ejemplo, según datos del FBI, en 2015 se reportaron 5.850 casos de incidentes de crímenes de odio y 6.855 ofensas. 7.173 personas fueron víctimas en acciones cometidas por 5.493 agresores conocidos.

Cerca del 60% de los casos fueron casos de odio por cuestiones raciales o étnicas, alrededor del 20% por odio por cuestiones religiosas y en torno al 18% por odio por prejuicios relacionados la orientación sexual. En los casos en que los crímenes de odio fueron por prejuicios raciales, cerca del 53% se cometieron contra afroamericanos, 18.2% contra blancos y 9.4% contra hispanos.

El repudio a los grupos de odio ha sido amplio en Estados Unidos tras la marcha de racistas y neonazis en Virginia. (The Guardian)
El repudio a los grupos de odio ha sido amplio en Estados Unidos tras la marcha de racistas y neonazis en Virginia. (The Guardian)

EL SPLC ha diagnosticado que los grupos de la derecha radical, de los que abrevan las formaciones de odio, han crecido y se han dinamizado a partir de la postulación y victoria electoral de Donald Trump y al nombramiento en su entorno de gobierno de figuras, como Stephen Bannon, con nexos a la llamada “derecha alternativa”, un eufemismo para denominar a grupos supremacistas blancos.

Finalmente, otro indicador clave del auge de esos grupos es, en adición a su cantidad, la actividad que desarrollan en la esfera pública, sobre todo en Internet y las redes sociales, lo que les permite captar adeptos, organizar acciones y difundir mensajes de odio y amenazas. La marcha de racistas y neonazis en Charlottesville del pasado sábado, en la que una persona fue asesinada y 19 resultaron heridas, es un perturbador ejemplo de ello.

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