El género y las relaciones de familia influyen en el estrés del cuidador

Por Kathryn Doyle (Reuters Health) - Los hombres y las mujeres que cuidan a su pareja o un hijo enfermos o con alguna discapacidad sienten que la situación es más estresante que cuidar a un padre, según indica un estudio de Canadá. En The Gerontologist, los autores publican que el trabajo de los cuidadores es difícil, pero poco se sabe sobre si lo es más para los hombres o las mujeres, o si este depende de la naturaleza de la relación entre quien cuida y es cuidado. La autora principal, Margaret J. Penning, del Departamento de Sociología de University of Victoria, dijo que, por ejemplo, cuidar a una esposa o a un hijo es más intenso que cuidar a un padre. "Aunque las mujeres tienden a percibir una carga mayor que los hombres, nuestros resultados sugieren que las cuidadoras no sólo tendrían el mismo estado de salud mental que los cuidadores, sino también que existirían unas pocas o ninguna diferencia en cómo la relación con la persona cuidada afecta la salud mental", dijo Penning. Con una encuesta nacional canadiense del 2007, el equipo identificó más de 6000 mayores de 45 que habían cuidado gratuitamente a una persona con una enfermedad crónica o una limitación física el año previo. Los participantes calificaron sus propios niveles de estrés y salud mental con escalas de cinco puntos. Más de la mitad de los cuidadores eran mujeres y más de un tercio cuidaba a uno de sus padres. Una de cada cuatro personas cuidaba a un amigo o un vecino. Casi el 17 por ciento dijo que cuidaba a otro familiar, mientras que el 10 por ciento se ocupaba de su pareja, casi el 6 por ciento lo hacía con un hermano y otro 6 por ciento cuidaba a un hijo. Una de cada cinco personas era la cuidadora primaria de la persona asistida. Las mujeres percibían más estrés que los hombres en todos los casos y el estrés aumentaba aún más cuando se trataba de cuidar a la pareja, un hijo o los padres, en ese orden. Aun así, las mujeres y los hombres tenían una buena salud mental. Los cuidadores primarios más jóvenes y con empleo tenían niveles de estrés más alto que los cuidados mayores y jubilados. Penning recomendó tener en cuenta que la planificación, el conocimiento de los cuidados a brindar y de la enfermedad, la aceptación de los sentimientos, la atención a las necesidades personales y la búsqueda de contención ayudan a contrarrestar el estrés del cuidador. "Existen distintos recursos disponibles para ayudar a los cuidadores en la mayoría de las comunidades". En otro estudio publicado en la misma revista, un equipo de Estados Unidos exploró la contención que los adultos de mediana edad les ofrecen a otras generaciones de la familia, no sólo de la enfermedad. Los autores observaron que era muy común la contención intergeneracional cotidiana con los hijos grandes y los padres, pero que el cuidado de un hijo grande estaba asociado con un estado de ánimo positivo y el cuidado de un padre estaba relacionado con un estado anímico negativo. FUENTE: The Gerontologist, online 17 de abril del 2015.