El emotivo encuentro de una viuda con el hombre al que le trasplantaron el rostro de su difunto esposo

Una viuda ha tenido un encuentro muy emotivo con el hombre al que le trasplantaron el rostro de su difunto esposo.

Lilly Ross se reunió con Andy Sandness 16 meses después de una cirugía de 56 horas en la que participaron más de 60 profesionales de la salud y en la que le trasplantaron el rostro de quien había sido su novio desde el instituto, Calen “Rudy” Ross.

El encuentro fue organizado por la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, donde se llevó a cabo el procedimiento.

Emocionante: Lilly conoció al hombre al que le trasplantaron el rostro de su difunto esposo. (Fotos: Associated Press)
Emocionante: Lilly conoció al hombre al que le trasplantaron el rostro de su difunto esposo. (Fotos: Associated Press)

Calen se suicidó en 2016, a la edad de 21 años, una década después de que Andy, quien ahora tiene 32 años, se disparara en el rostro.

En aquel momento se sometió a una cirugía de reconstrucción facial, pero quedó con la boca muy pequeña y una prótesis nasal que se caía con frecuencia. Avergonzado por su apariencia, se fue aislando cada vez más del resto del mundo, hasta que se inscribió a un programa de trasplante de rostro en la Clínica Mayo.

En 2016, Lilly aceptó donar los pulmones, los riñones y otros órganos de su esposo a los pacientes que los necesitaran.

Sin embargo, cuando supo que la edad, el tipo de sangre, el color de la piel y la estructura facial de Andy y Calen eran tan similares, aceptó el trasplante a pesar de que tenía dudas sobre el impacto que supondría ver el rostro de su esposo en un extraño.

Pasar página: Lilly reveló que el encuentro con Andy le había ayudado a superar la muerte de su esposo.
Pasar página: Lilly reveló que el encuentro con Andy le había ayudado a superar la muerte de su esposo.

Lilly acudió a la reunión con Andy acompañada por Leonard, el hijo de su difunto esposo, un encuentro que según reveló, le ayudó a superar la muerte de su esposo.

“Conocer a Andy me ha permitido superar esa etapa”, dijo. “Todo sucedió muy rápido”.

Andy, quien toma a diario medicamentos inmunosupresores y entrena sus nervios para poder articular su nuevo rostro, comentó que el trasplante le había dado una segunda oportunidad.

“No solía salir. Odiaba ir a las grandes ciudades”, dijo. “Ahora estoy extendiendo mis alas y haciendo todo lo que me perdí: ir a restaurantes a comer, salir a bailar”.

Una pérdida: Calen se suicidó a los 21 años, una década después del intento de suicidio de Andy.
Una pérdida: Calen se suicidó a los 21 años, una década después del intento de suicidio de Andy.

Haciendo referencia al encuentro, le comentó a Lilly: “Quería mostrarte que no desperdiciaré tu regalo”.

Ahora ambos pretenden fortalecer su relación y Andy quiere contribuir a un fondo fiduciario para la educación de Leonard.

Ellen Manning