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El drama de miles de trabajadores temporales, la otra cara del "paraíso canadiense"

La muerte en una granja canadiense de César Ariel García, un trabajador agrícola guatemalteco, ilustra de manera trágica el destino de los inmigrantes temporales en este país norteamericano. García pereció aplastado por la techumbre nevada de un cobertizo, el invierno pasado. Las autoridades describieron el hecho como un raro accidente.

La agricultura canadiense necesita de mano de obra extranjera ante el desinterés de la fuerza de trabajo local por los empleos agrícolas (Jean-François Renaud – Flickr CC)
La agricultura canadiense necesita de mano de obra extranjera ante el desinterés de la fuerza de trabajo local por los empleos agrícolas (Jean-François Renaud – Flickr CC)

Sin embargo, el fatal derrumbe de ese viejo establo en el poblado de Saint-Tite, en la provincia de Quebec, dejó nuevamente al descubierto las grietas de un sistema que ha alimentado a la agricultura de Canadá durante medio siglo. Los programas de contratación de trabajadores temporales, en su mayoría provenientes de países del Sur, esconden mal el desprecio por una mano de obra que algunos analistas han calificado de “desechable”.

El aislamiento geográfico de las regiones agrícolas se suma en muchos casos al desconocimiento de la lengua (Franck Michel – Flickr CC)
El aislamiento geográfico de las regiones agrícolas se suma en muchos casos al desconocimiento de la lengua (Franck Michel – Flickr CC)

Como siervos en un remoto feudo

Canadá recibe cada año más de 50.000 inmigrantes temporales contratados bajo el Seasonal Agricultural Worker Program (SAWP) o como parte del apartado agrícola del Temporary Foreign Worker Program (TFWP), que incluye también otras ramas de la economía.

Los trabajadores que llegan por el TFWP laboran exclusivamente para un empleador predeterminado, quien decide si el empleado extranjero regresará o no al año siguiente. En la práctica, las empresas canadienses dejan la gestión de la mano de obra a agencias de reclutamiento, conectadas al mercado de trabajo en los países de origen.

La presión sobre estos jornaleros es enorme.

Desde el inicio del proceso para venir a Canadá, los reclutadores insisten en que la renovación del contrato dependerá del comportamiento y el rendimiento. Y el retorno a las granjas canadienses es casi una obligación cuando de ese trabajo depende la supervivencia de la familia en casa.

Un estudio realizado sobre el estado de salud de trabajadores temporales mexicanos y guatemaltecos en la Isla de Orleans, en Quebec, concluyó que muchos prefieren soportar en silencio dolencias físicas antes de solicitar una consulta médica. La amenaza de repatriación por razones de salud atiza este miedo.

Casos como el del jamaicano Sheldon McKenzie confirman los temores. Él había viajado a Canadá como trabajador temporal durante 12 años, hasta que sufrió una grave herida en enero de 2015. La agencia reclutadora presionó a una prima del joven, Marcia Barrett, por azar residente en la ciudad de Winnipeg, para que aceptara la repatriación inmediata. Solo la oposición de Barrett impidió que McKenzie fuera enviado de vuelta al país caribeño antes de recibir la atención médica necesaria. Finalmente murió en septiembre de aquel año.

Ottawa no hace seguimiento alguno sobre los trabajadores temporales heridos durante su estancia en Canadá, que son luego repatriados a sus países de origen. A pesar de la antigüedad del SAWP, apenas en 2014 se publicó la primera investigación sobre este tema.

La vulnerabilidad de este grupo de inmigrantes y la inacción de las autoridades han provocado fuertes condenas de organizaciones de defensa de sus derechos. En declaraciones a la prensa, Chris Ramsaroop, activista de Justicia for Migrant Workers, ha comparado el sistema con el apartheid sudafricano por el tratamiento discriminatorio a los trabajadores temporales.

“Este es el legado de la esclavitud y la servidumbre”, dijo Ramsaroop a The Toronto Star. “No es coincidencia que las mismas personas no blancas que sufrieron la esclavitud y la servidumbre estén pasando por esto hoy”, señaló.

Las condiciones de los trabajadores temporales han provocado protestas de organizaciones de defensa de derechos laborales (Tania Liu – Flickr CC)
Las condiciones de los trabajadores temporales han provocado protestas de organizaciones de defensa de derechos laborales (Tania Liu – Flickr CC)

Endeudarse para salir de la pobreza

Cierto, los salarios por trabajar en la agricultura de Canadá resultan muy tentadores para quienes no tienen otro horizonte que la pobreza. Pero alcanzar el “sueño canadiense” cuesta caro a muchos de los aspirantes. En ocasiones demasiado.

Un estudio de la Universidad de Quebec en Montreal (UQÀM), publicado en junio, reveló que muchos de los trabajadores guatemaltecos contratados bajo el TFWP “piden préstamos para cubrir los distintos gastos y honorarios, algunos exigidos por intermediarios de reclutamiento que operan en el extranjero en nombre del empleador.” En casos extremos, los intermediarios que prometen una contratación segura en una agencia de reclutamiento pueden solicitar hasta 2.600 dólares, o sea, el equivalente a medio año de trabajo al salario promedio en el país centroamericano.

Además, la mayoría de los entrevistados para la investigación no habían firmado una copia del contrato en español, sino en inglés o francés, una lengua que pocos entienden. El reporte concluye que ni las agencias de reclutamiento ni los empleadores se aseguran de que los trabajadores entiendan las condiciones legales de su trabajo en Canadá.

Temerosos de ser reenviados a casa, endeudados, ignorantes de sus derechos, aislados por la geografía y la lengua… la vida de miles de trabajadores temporales en la agricultura canadiense dista del oasis que muchos imaginan en el Sur. Pero cuando la pobreza y la violencia cierran los caminos, ¿qué importa arriesgarse si el premio podría ser cierto bienestar económico para la familia y hasta un futuro menos arduo para los hijos?