Sí, el dolor menstrual es una razón legítima para tomarnos un día libre

(Getty Creative)
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¿Cómo describir el dolor menstrual? Hay que empezar por decir que no es solo dolor en un lugar específico y no todas las mujeres lo sufren de la misma manera. Algunas comienzan con un dolor en la parte baja de la espalda, se puede confundir con lumbago, y se acompaña de hinchazón general. Las articulaciones puede que se sientan como apretadas, igual que el rostro y luego aparece inevitable el dolor en el vientre, que puede abarcar el espacio que hay entre la cintura y la parte baja del vientre.

Es una sensación punzante, va y viene, a veces se queda demasiado tiempo, empeora si comes algo que te ocasione gases o una digestión pesada, y puede que se alivie con una bolsa de agua caliente, una fomentera, medicamentos de venta libre, pero el malestar permanece. En algunas personas por dos días, otras por uno, otras más. Mientras escribo estas líneas trato de no parecer exagerada en la descripción, pero más bien creo que me faltan detalles.

Sin embargo, todas seguimos adelante. La mayoría de las mujeres calla su dismenorrea -el nombre oficial del dolor menstrual-, toma un par de píldoras y avanza en sus tareas cotidianas como ocultando nuestras fragilidades. Ir al trabajo o a la escuela, tomar el transporte público, cuidar a los hijos, cocinar, hacer una presentación, presentar un examen. Nada se aplaza, pero estoy segura de que todas quisiéramos no hacer nada durante -por lo menos- el primer día de la menstruación cada mes.

Up Worthy reseña la misión de un papá en el Reino Unido que ha empatizado profundamente con esta realidad, cuando su hija de 13 años recibió una marca de inasistencia por faltar a clases por este malestar.

Marcus Alleyne se motivó a visibilizar el dolor menstrual, normalizarlo, y ha hecho una petición formal al Departamento de Educación del Reino Unido que se acepte como una razón legítima para faltar al colegio y plantea que esta es una preocupación importante en torno, no solo al bienestar físico, emocional y social de sus hijas, sino de todas aquellas personas que tienen el periodo en ese país.

Alleyne, quien fue médico de la Royal Navy, menciona en su solicitud que la dismenorrea es una afección médica reconocida como tal en todo el mundo, y que además es tratada desde una amplia variedad de enfoques que incluso contemplan intervenciones quirúrgicas. "Al no permitir las ausencias por dismenorrea, considerándolas como no autorizadas, se están mostrando disparidades muy claras… Registrar estas ausencias como no autorizadas afecta a mujeres y personas que menstrúan".

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Adicionalmente, el médico manifiesta sentir una gran preocupación por la ignorancia en torno al tema y a la evidencia del gran impacto que tiene que las posiciones de liderazgo en el sistema educativo estén dominadas por hombres, lo que sostiene este enfoque arcaico que supone un riesgo para mujeres, personas trans, no binarios entre otros.

"Necesitamos hacer cambios significativos, no solo en las instituciones responsables de la crianza de nuestras mujeres jóvenes y futuras líderes femeninas, sino también debemos educar las mentalidades prehistóricas de los creadores de políticas y tomadores de decisiones", dijo enfático Alleyne, quien es padre de tres chicas.

"Ser padre de tres hijas me ha ayudado a entender mejor, además de que mi mamá estaba cerca y yo tenía hermanas, así que aprendí sobre el tema de esa manera. Para mí, era una parte muy importante de la norma mucho antes de conocer a mi primera novia y casarme. Tenemos acceso a la educación en la escuela, entonces, ¿por qué en 2021 la menstruación sigue siendo un estigma? ¿Por qué no se habla de ello? El mensaje que se transmite es ‘tú tienes que ir a trabajar cuando no te sientes bien, tienes que dar a luz, aguantar'".

Entre el 25% y el 60% de las mujeres padecen dismenorrea y de ellas entre el 1% y el 15% de los casos presentan dolor muy intenso calificado como severo, según cifras de una marca de productos de higiene íntima en España. Además, estas molestias suelen durar 24 y 48 horas y con el paso del tiempo comienzan a aliviarse. Es normal, es común, y está bien aceptar que en ese momento del mes nos sentimos mal, adoloridas, y vulnerables. Ojalá se replique la iniciativa de Marcus Alleyne, sea aceptada y se multiplique. Desde ya, quienes hemos sufrido de esto tan cotidiano y tan pesado a la vez, soñamos con ese momento en que podremos permitirnos sentirnos mal, y lo agradeceremos.

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