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El dilema de EEUU: no tiene suficientes médicos y depende de profesionales extranjeros

El muy alto costo de la atención médica y de los seguros al respecto en Estados Unidos impone una severa carga a la población y la economía del país, y es materia de tensión y polarización en el ámbito político. Pero al margen de todo ello existe un factor objetivo adicional de gran peso: el sistema de salud estadounidense carece de suficientes médicos y depende de modo considerable de extranjeros para cubrir sus necesidades al respecto.

Por añadidura, la situación no es algo meramente coyuntural o transitorio. Como se comenta en The New York Times, Estados Unidos simplemente no prepara suficientes médicos en sus universidades para satisfacer las necesidades. Según cifras de 2015 de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, la cantidad de médicos que se gradúan cada año en Estados Unidos es de las más bajas entre sus países miembros: 7.5 por cada 100,000 habitantes en 2015. En contraste, Irlanda graduó en ese año 23.7 médicos por cada 100,000 habitantes, España 13 y México 10.7.

Estados Unidos depende en buena medida de médicos extranjeros: casi un cuarto de todos los doctores en el país fueorn formados en otros países. (Archivo Yahoo)
Estados Unidos depende en buena medida de médicos extranjeros: casi un cuarto de todos los doctores en el país fueorn formados en otros países. (Archivo Yahoo)

Por ello, añade el Times, Estados Unidos depende de médicos extranjeros –unos 213,000 en 2015– para atender sus necesidades y, por ejemplo, cerca de un cuarto de todas las residencias médicas son cubiertas por personas formadas en otros países, según datos de la Comisión Educativa sobre Médicos Graduados en el Extranjero, y el 24.2% de todos los médicos acticos en el país se graduaron en universidades extranjeras, de acuerdo a la Asociación Americana de Escuelas de Medicina.

Otro factor es que los médicos formados en el extranjero son más proclives a trabajar en áreas con escasa presencia de otros profesionales de la salud, zonas rurales o áreas urbanas deprimidas, y son de gran importancia para atender a la población de bajos recursos.

Por añadidura, como señala el Times, los médicos extranjeros aportan una proporción importante de la enseñanza médica y de la investigación. Y, en lo cualitativo, se ha citado que los índices de mortalidad de pacientes estadounidenses con ciertos problemas cardiacos y de los de mayor edad en general son menores cuando son atendidos por médicos formados en el extranjero.

El problema es que, pese a la escasez local de médicos y a la dependencia en el flujo de profesionales extranjeros, el sistema de salud estadounidense tiene frente a sí nuevos obstáculos potenciales resultantes de la política de inmigración del presidente Donald Trump.

Las restricciones de viaje establecidas por el gobierno de Trump han afectado, y podrían hacerlo en el futuro, a médicos extranjeros de ciertos países que planeaban realizar residencias médicas en EEUU. (Archivo Yahoo)
Las restricciones de viaje establecidas por el gobierno de Trump han afectado, y podrían hacerlo en el futuro, a médicos extranjeros de ciertos países que planeaban realizar residencias médicas en EEUU. (Archivo Yahoo)

Por ejemplo, de los médicos extranjeros que en 2015 recibieron certificación para participar en programas de residencia en Estados Unidos 242 eran originarios de Irán, 133 de Siria y 93 de Venezuela, países que fueron incluidos en la más reciente orden de ‘prohibición de viaje’ de Trump.

Y unos 260 médicos originarios de los siete países incluidos en la primera orden ejecutiva de Trump en relación a la prohibición de inmigración de extranjeros fueron entonces afectados en sus planes de viajar para formarse en programas de residencia en Estados Unidos, como narró The Atlantic.

Además, la administración indicó su intención de reevaluar (y quizá eliminar o restringir de modo importante) el programa de visas J-1, que permite a extranjeros residir en el país para tareas de intercambio cultural y formación educativa. Y aunque se ha dicho, según indicó The Wall Street Journal, que las posibles restricciones afectarían solo el componente de trabajadores temporales de las visas J-1 y no el relacionado con la formación universitaria, la incertidumbre está allí.

En todo caso, la necesidad de médicos extranjeros para atender a la población estadounidense es considerable, y la calidad del servicio de los profesionales de la salud originarios de otros países que ya laboran en Estados Unidos es de gran valor. Por ello, antes que restringir ese flujo, se ha afirmado que debe potenciarse, dentro de los estándares exigidos, no solo para propiciar una atención médica oportuna y suficiente sino para mantener y acrecentar la diversidad de los profesionales de la medicina en Estados Unidos, una de sus fortalezas a escala global.

En cierto sentido, es realmente una cuestión de vida o muerte.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro