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El desastre del fútbol cubano: tres derrotas, ningún gol a favor, 17 en contra... y cuatro desertados

CHARLOTTE, NORTH CAROLINA - JUNE 23: Luis Paradela #23 of Cuba flips as he dives to intercept a pass against Canada during the second half of their Group A 2019 CONCACAF Gold Cup match at Bank of America Stadium on June 23, 2019 in Charlotte, North Carolina. Canada won 7-0. (Photo by Grant Halverson/Getty Images)
Jugadores cubanos en el partido contra Canadá. Foto: Grant Halverson/Getty Images

La relación de Cuba con el fútbol nunca ha sido demasiado fluida. Pese a que tiene presencia desde hace más de un siglo, el noble arte del balompié es un deporte minoritario en la isla; está relegado a un segundo plano por la gran pasión nacional, el béisbol, y por los éxitos de muchos representantes nacionales en disciplinas como el atletismo, el boxeo o el judo. El juego del balón tiene mucha menos fuerza. El campeonato nacional es débil (y, por motivos políticos, los equipos no participan en competiciones internacionales), los estadios son pequeños, la afición escasea, no hay ningún jugador originario de esta parte del mundo que destaque especialmente.

La situación se refleja en la selección nacional, que pese a tener su relevancia histórica (no en vano fue el primer país caribeño en clasificarse para un Mundial, el de Francia 1938, aunque desde entonces no ha vuelto a participar) actualmente se mueve en la mediocridad más absoluta. En el ranking FIFA está en la posición 175ª, por debajo de otras islas vecinas de mucho menor tamaño y potencial como Santa Lucía, Granada o Bermudas. Por eso se vio como toda una proeza meterse en la Copa de Oro de la CONCACAF, el torneo continental más importante de Norteamérica, tras haberse ausentado en la edición anterior.

En otras ocasiones Cuba había hecho un papel digno y había logrado alcanzar los cuartos de final. Sin embargo, en la edición de 2019, que tiene como sede tres países aunque el grueso de los partidos se está disputando en Estados Unidos, el sueño de repetir los éxitos anteriores se ha convertido en una pesadilla. Los “Leones del Caribe” ya han quedado eliminados, como era previsible teniendo en cuenta que estaban encuadrados en el grupo A con dos pesos pesados como Canadá y México.

Pero una cosa es caer y otra muy diferente hacer el ridículo. En los partidos contra las dos grandes potencias Cuba se llevó sendas goleadas por 7-0. El otro rival del grupo, Martinica (que ni siquiera es una nación independiente sino una “región ultraperiférica” de Francia), también la derrotó, por un 3-0 ligeramente más suave. En total Cuba acumula, en tres partidos, ni más ni menos que diecisiete goles en contra y ninguno a favor.

Uno de los motivos que pueden explicar la mala actuación del conjunto cubano es que hasta cuatro jugadores han desertado, aprovechando que sus partidos se disputaban en territorio estadounidense. Uno de ellos fue el capitán del equipo, Yasmani López, que se escapó de la concentración tras el partido contra México en la primera jornada. Daniel Luis Sáez, Reinaldo Pérez y Luismel Morris se marcharon sin decir adiós antes del último encuentro contra Canadá, en el que ya no figuraban como inscritos en el acta oficial.

La fuga de cubanos en cuanto tienen ocasión es un fenómeno habitual, dado el ambiente represivo que se vive en el país. Cuba está gobernada por una dictadura militar que oficialmente se define como “socialista”, donde hay enormes dificultades económicas (debidas, en parte, al bloqueo impuesto por Estados Unidos) y en la que derechos humanos básicos como el de expresión están limitados, según informes de entidades como Amnistía Internacional. Se estima que desde 1958 ha salido del país tal cantidad de personas que unos dos millones y medio de cubanos viven en el exterior, mientras que la población de la isla es de poco más de once millones.

Para los deportistas la situación es especialmente difícil ya que desde 1961 el régimen cubano prohíbe el profesionalismo, por lo que los ingresos de los competidores de élite son significativamente menores que en cualquier otro país de su entorno. De hecho, no es ni mucho menos la primera vez que ocurre algo así; el diario mexicano El Informador cifra en 15 los futbolistas de la selección cubana que han huido desde 2004 en las distintas participaciones de la selección en la Copa de Oro en territorio estadounidense. El gobierno que desde abril de 2018 preside Miguel Díaz-Canel no suele hacer declaraciones al respecto, y cuando lo hace se refiere a ellos con abierta hostilidad. La ley migratoria vigente prohíbe a los desertores de misiones médicas o deportivas volver a Cuba antes de ocho años.

En lo puramente futbolístico, la competición en la Copa de Oro continúa. Los grupos A y B ya se han terminado de jugar: se han clasificado para cuartos de final las selecciones de México, Canadá, Haití y Costa Rica. En el grupo D falta una jornada, pero ya se sabe que avanzarán Estados Unidos y Panamá, habrá que ver cuál de las dos como primera de grupo. Lo más interesante está en el grupo C, que se resolverá esta misma tarde; con Honduras ya sin opciones, Jamaica, El Salvador y Curazao se disputan las dos plazas restantes. El torneo continuará hasta el 7 de julio, cuando se disputará la final en Chicago.

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