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El contrabandista que alegra a los niños de Siria

Sacudido por el conflicto en su Siria natal, Rami Adham, quien reside en Finlandia, estaba decidido a ayudar, sólo que no sabía cómo.

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Foto: Zoomin Tv

Su hija Yasmeen, entonces de 3 años, le dio la idea.

“Ella dijo, ‘Tengo juguetes, puedo darte un poco’”, recordó Adham en declaraciones a NBC, y la niña le llevó muñecas hasta su habitación.

De modo que en su primer viaje, junto con comida y $ 5.500 en efectivo de sus ahorros Adham llevó una bolsa de plástico llena de Barbies y una maleta de juguetes de peluche, todo donado por sus seis hijos.

En autos, aviones y en ocasiones sobre su propia espalda, cubrió las casi 3.000 millas desde Helsinki, donde vive, a un campo de refugiados en Siria.

Los niños no estaban muy impresionados por la comida y dinero, pero cuando vieron a los juguetes, “sus ojos eran grandes, todo el mundo estaba sonriendo”, rememoró.

Desde entonces, Adham ha viajado a Siria 28 veces y en cada viaje logró contrabandear más de 80 kilogramos en juguetes.

“Me han apodado como el contrabandista de juguetes de Alepo porque todas las fronteras en Siria han sido cerradas oficialmente, pero es algo que tengo que hacer por los niños”, declaró al diario británico The Telegraph.

La singular misión de Adham ha convertido en una organización benéfica llamada Asociación de la Comunidad Siria en Finlandia, que recoge donaciones de juguetes de los niños en toda Europa y patrocina 420 huérfanos en Siria.

“Los niños han perdido su infancia, y no sólo por un año: este es el sexto año [de la guerra siria] y parece que todo el mundo se olvidó de ellos”, agregó Adham.

La organización también ha comenzado la construcción de su cuarta escuela en los campos de refugiados de Siria, dando a más de 2.000 niños desplazados un lugar donde aprender.

A pesar de que administra una operación mayor, el hombre de 44 años disfruta llevar juguetes a los pequeños

“Usted sabe, yo le he dado a un niño un billete de $ 10 y que no sabe muy bien qué hacer con él”, dijo. “Pero les das una pelota o un juguete de peluche, y hay mil cosas que puede hacer. Esa es su terapia mental”.