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El caso de un adolescente británico que contrajo una enfermedad típica del siglo XVIII

Hace unos meses, un adolescente británico acudió a su médico con unas llagas en brazos, pies y manos que no dolían, pero sí picaban. Lo que más le preocupaba, tanto a él como su familia, era el mal aspecto que tenían y la repentina aparición de las mismas. Tras examinarle y hacerle algunas pruebas, el diagnóstico sorprendió a los médicos. El chico había contraído la viruela bovina, una enfermedad muy común en el siglo XVIII pero en el que apenas hay casos en la actualidad.

La viruela bovina es una enfermedad que era muy común en el siglo XVIII entre las mujeres que se dedicaban a ordeñar a las vacas. (Foto: Morris MacMatzen/Getty Images)
La viruela bovina es una enfermedad que era muy común en el siglo XVIII entre las mujeres que se dedicaban a ordeñar a las vacas. (Foto: Morris MacMatzen/Getty Images)

La identidad del enfermo ha permanecido bajo el anonimato ya que, como ha reconocido su madre a la BBC, el chico se siente algo avergonzado por lo ocurrido. Al parecer, este habría contraído la enfermedad obsoleta después de ser mordisqueado por algunos terneros en las manos cuando procedía a su ordeño. De hecho, el nombre de la enfermedad, viruela bovina, proviene de ahí y era común que lo padeciesen las conocidas como ‘criadas de ordeño’, mujeres que se ganaban la vida extrayendo la leche de las vacas.

Con el paso de las décadas y la automatización de los sistemas de ordeño, esta es una enfermedad que prácticamente ha desaparecido. De ahí lo noticioso de su aparición en un pueblo galés. Aunque ocurrió hace tres meses, el chico, de 15 años, aún tiene algunas marcas de las úlceras en sus brazos, manos y pies,. Su caso se ha conocido ahora en el marco de un congreso médico.

La viruela bovina es un virus que no se puede contagiar de humano a humano y que no es especialmente peligroso en personas sanas. Actualmente es anecdótico que se den casos tanto en humanos como en animales. Según la Public Health Wales, el último contagio sufrido por una persona del que tienen conocimiento en Gales, hasta el de este adolescente, se dio hace década o década y media.

Por eso extrañó tanto al principio el diagnóstico. El médico de cabecera, al verle, le envió directamente al hospital del condado para que lo evaluasen. Fue allí donde pusieron nombre a la enfermedad. “Realmente no sabía lo que era, así que estaba bastante preocupado. Lo primero que haces es buscar en Internet y fue entonces cuando descubrí que era bastante raro”, ha declarado su madre a la BBC.

Para la doctora Aysha Javed, que fue quien identificó que le ocurría al chico, también fue una sorpresa. El primer caso de viruela bovina con el que se encontraba. “Creo que le picaba mucho pero no fue particularmente doloroso”, ha explicado.

La viruela bovina juega un papel protagonista en la aparición de la vacuna para la viruela. Fue a finales del siglo XVIII cuando el doctor Edward Jenner se percató del hecho de que las ‘criadas de ordeño’, que convivían con frecuencia con este virus, eran menos propensas a sufrir el otro tipo de viruela. Así que el médico decidió extraer parte del pus que emanaba de las úlceras para inyectárselo a un niño de ocho años para demostrar su teoría. Funcionó y el pequeño quedó inmunizado.

Aunque no hay ningún temor de que la enfermedad haya sufrido un repunte o un renacimiento, los expertos coinciden en señalar, según la BBC, la necesidad de informarse entre ellos para estar al tanto de este tipo de sucesos.