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El canadiense al que le han prohibido usar su apellido en la matrícula del auto porque promueve la violencia contra las mujeres

Un hombre de Canadá apelará al fallo de la corte que le prohibió usar una matrícula vehicular con el apellido de su familia, GRABHER (una combinación del verbo GRAB y el pronombre HER, que en español se traduce como agárrala), por riesgo a que se interprete como un mensaje ofensivo hacia las mujeres.

Lorne Grabher, de Nueva Escocia, usó su apellido en la matrícula durante casi tres décadas sin ningún incidente, pero en diciembre de 2016 una queja pública ocasionó que la Registradora de Vehículos Motorizados de la provincia se la revocara.

Canadiense apela por el derecho a usar una matrícula “ofensiva” en la era de Trump (CBC NEWS/YOUTUBE)
Canadiense apela por el derecho a usar una matrícula “ofensiva” en la era de Trump (CBC NEWS/YOUTUBE)

Fue ese mismo año, pero en octubre, cuando The Washington Post publicó una conversación “extremadamente obscena sobre las mujeres” que tuvo lugar en 2005 entre el entonces candidato presidencial Donald Trump y el expresentador televisivo Billy Bush.

En el audio, Trump presume de ser popular entre las mujeres e insta a tocar sus partes íntimas sin su consentimiento. “Cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa... Agárralas (grab them) por el *&^%#& . Puedes hacer cualquier cosa”.

Casi 30 años antes del escándalo de Trump, Lorne Grabher había solicitado con éxito la placa GRABHER para su padre, como celebración del apellido de su familia.

Cuando le revocaron la matrícula, se presentó en la corte para alegar que la decisión fue “discriminatoria” y una violación de la libertad de expresión, pero una jueza dictaminó que la Carta Canadiense de Derechos y Libertades no ampara la “libertad de expresión” en una placa de auto.

En enero, la Corte Suprema de Nueva Escocia estableció que las matrículas no son “espacios públicos” y que esta, en particular, fue retirada porque podría interpretarse como una declaración socialmente inaceptable sin el beneficio de un contexto adicional.

“La decisión no se trata de si el apellido del Sr. Grabher es ofensivo, no lo es”, explicó la jueza Darlene Jamieson. “La función principal de una matrícula no es la expresión, sino la identificación y regulación de la propiedad del vehículo. Una placa, por su propia naturaleza, es un espacio privado del gobierno”, añadió.

Los abogados del Centro de Justicia para las Libertades Constitucionales, que defienden a Grabher, afirmaron en un comunicado que la matrícula es “una expresión del orgullo familiar de Grabher durante tres generaciones, que refleja sus raíces y herencia germano-austriaca”.

“No hubo evidencia de que alguien, incluida la persona que hizo la denuncia anónima, hubiera sufrido ningún daño como resultado de la placa”, dijo en un comunicado Jay Cameron, quien representa a Grabher.

El abogado insistió en que “no existe evidencia alguna de que censurar el apellido de su cliente después de 27 años haga que alguien esté más seguro”.

La apelación también fue fundamentada en otros ocho posibles motivos, que incluyen la vaguedad y la arbitrariedad del poder de decisión de la registradora de vehículos, y cuestionan la determinación de la jueza de que la placa promueve la violencia sexualizada contra las mujeres y es potencialmente perjudicial para la comunidad.

El documento también alega que la magistrada se equivocó al no encontrar que suprimir el apellido austríaco de Grabher era una violación injustificada de su derecho a la igualdad.

También pide a la corte que ordene que se vuelva a emitir la placa GRABHER, y que se adjudique a su cliente los costos, tanto de la impugnación original de la corte como de la apelación propuesta.