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El (buen) sexo con tu pareja tiene fecha de caducidad

Los científicos saben la fecha exacta en la que perderéis la pasión

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La confianza y la comunicación son la llave de la pasión, y nunca nunca debes despreciar el factor emocional. (Foto: Getty Images)

Ni la convivencia, ni que hayáis pasado por el altar ni tampoco la llegada de esas adorables criaturas que absorben todo vuestro tiempo tendrían, según un estudio reciente, la culpa de que el sexo desenfrenado, apasionado y lascivo se haya esfumado.

La auténtica razón es el paso del tiempo. Así lo confirma un estudio realizado por la Universidad Ludwig Maximilian de Munich (Alemania) que ha revelado que el pico de satisfacción sexual en una pareja se alcanza después de un año de relación y luego decrece.

La explicación es qué necesitamos ese periodo de tiempo para conocer a una persona por completo (en el aspecto físico) y también en acoplarnos el uno al otro. Aunque, por otro lado, podría tener algo que ver que los amantes tienden a dejar de interesarse por las necesidades (sexuales) del otro sólo doce meses después de haber tenido relaciones por primera vez. ¡OMG! Pues sí que nos cansamos pronto, ¿no? Menudas perspectivas.

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En fin, sigamos con el estudio. Para dar con el dato exacto los investigadores encuestaron a 3.000 personas de entre 25 y 41 años en diferentes etapas de sus relaciones de pareja, a las que pidieron que evaluaran su vida sexual.

Además de descubrir que las ganas de tener sexo empiezan a descender a partir de los doce meses, el estudio develó que, en contra de la creencia popular, los niños no son un obstáculo para la vida sexual de las parejas.

Tener hijos sí influye en la frecuencia de los encuentros sexuales, pero no en la calidad.

“No se encontró que tener hijos jugara un papel importante en la satisfacción sexual de la pareja. Lo que la investigación así ha demostrado es que la frecuencia sexual está fuertemente influenciada por la existencia y la edad de los niños”, cuenta al Telegraph la doctora Claudia Schmiedeberg, autora del estudio.

En realidad, lo que de verdad repercute en la calidad del sexo son las discusiones. “Muchas de las parejas consultadas admitieron que las disputas estaban ligadas estrechamente a una disminución de la actividad sexual”, añade Schmiedeberg.

Por tanto, se puede concluir que la pérdida o disminución de la satisfacción sexual está ligada a los desacuerdos internos de los amantes.

“Muchas parejas admitieron que las disputas estaban ligadas estrechamente a una disminución de la actividad sexual”, agregó Schmiedeber.

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Si hay escollos que salvar es mejor no presionar demasiado al otro y tomarse las cosas con humor y desdramatizar, ¡tiempo al tiempo! (Foto: Getty Images)

Así que aunque este estudio diga que el paso de los años mata la pasión, también tiene sus ventajas ya que, en las relaciones duraderas, las parejas se llegan a conocer mucho mejor, y esto hace que haya armonía y complicidad (en todo).

De hecho, otras investigaciones han demostrado que una relación a largo plazo tiene repercusiones positivas para la salud. Así que merece la pena hacer un esfuerzo por mantener esa relación que empezó siendo ‘física y química’ y convertirla en algo duradero, sostenible y feliz. ¡Se puede! Quieres saber cómo, ¿verdad?

Pues lo principal es que haya chispa, sí, el sexo une pero además es importante que compartáis valores e intereses y después, todo lo que te cuento a continuación.

No hay una fórmula exacta, aunque sí indicios de que ciertas prácticas contribuyen a que una pareja sea más feliz y esté más compenetrada sexualmente. Entre las cosas que pueden ayudaros a mantener encendida la chispa de la pasión están cosas tan sencillas como dar las gracias, compartir las tareas del hogar, tener pequeños detalles el uno con el otro como preparar el café, pasarle la toalla al salir de la ducha, ponerle la pasta en el cepillo, ir a recogerle al trabajo, esperarle con la música puesta y su plato favorito en la mesa…

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No cometáis el error de faltaros al respeto y no prestar a vuestra relación la atención y los mimos que se merece. (Foto: Getty Images)

Aún hay más: Haceros reír mutuamente, no perder nunca el sentido del humor (incluso en las situaciones más tensas y difíciles de afrontar), mantener la comunicación y no dejar de contarle historias por muy chorras que te parezcan o muy cansado que estés, preguntar a menudo “¿Cómo estás o cómo te ha ido?”, esforzarse por escuchar, no menospreciar sus sentimientos ni juzgarle por sus arrebatos emocionales… Y tantas y tantas cosas. Son muchas, pero si haces algunas, tanto tu pareja como tú os sentiréis queridos, respetados y cuidados y eso se traduce en caricias, besos, abrazos y ganas, muchas ganas de entregarse al otro. ¡Ya me entiendes!

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