El BCE para las máquinas de imprimir dinero pese a la inquietud por el crecimiento

Un Santa Claus inflable cerca de la sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania, 13 de diciembre de 2018. REUTERS / Kai Pfaffenbach

MADRID (Reuters) - El Banco Central Europeo decidió el jueves poner fin a su extenso programa de compra de activos, pero mantuvo sin cambios el resto de instrumentos de política monetaria, prometiendo un estímulo prolongado para una economía que se enfrenta a una desaceleración inesperada y a turbulencias políticas.

Tras haber estado dando indicaciones durante meses de que se acercaba el fin de su programa de flexibilización cuantitativa, al BCE no le quedaban muchas alternativas. Pero es probable que, tras poner fin a las compras de deuda, se tome su tiempo antes de restringir aún más el resto de herramientas, teniendo en cuenta la ralentización del crecimiento en la región, la guerra comercial, la perspectiva de un Brexit desordenado y las tensiones presupuestarias en Italia y Francia.

Todo esto deja al presidente del BCE, Mario Draghi, ante un delicado equilibrio: proyectar una confianza que justifique el fin del programa de bonos, que en cuatro años ha inyectado 2,6 billones de euros en la economía, pero mostrar al mismo tiempo un grado de preocupación tal que le permita enfriar las expectativas de un mayor endurecimiento monetario.

Con la esperanza de tranquilizar a los mercados, el BCE reiteró su promesa de que los tipos de interés se mantengan en sus mínimos históricos actuales al menos hasta pasado el próximo verano, y que mantendrá indefinido el horizonte temporal para la reinversión del efectivo de los bonos que venzan.

"El Consejo de Gobierno tiene la intención de continuar reinvirtiendo, en su totalidad, las devoluciones del principal de los títulos vencidos que adquirió bajo el programa de compra de activos durante un período prolongado posterior a la fecha en que comience a elevar los tipos de interés de referencia del BCE", dijo el organismo, modificando ligeramente su mensaje, que antes había indicado que seguría reinvirtiendo por un "período prolongado" después del final de las compras de bonos.

Con la decisión del jueves, el tipo del BCE para los depósitos a corto plazo, en la actualidad su principal herramienta de referencia para los tipos, permanece en el -0,40 por ciento, mientras que el tipo principal de refinanciación, que establece el coste del crédito a la economía, se mantuvo en el 0,00 por ciento.

Ahora la atención estará en la rueda de prensa a las 1330 horas GMT que ofrecerá Draghi, en la que presentará nuevas proyecciones económicas, abordará la evaluación de riesgos del banco y detallará su política de reinversión.

EDULCORANTES

El problema del BCE es que el crecimiento es más débil de lo que pensaban sus dirigentes incluso hace unas semanas, a lo que se suma que el aumento previsto en la inflación subyacente no se ha materializado, poniendo en duda algunas de las suposiciones del banco sobre la economía.

Aunque el dato principal de inflación esté cerca del objetivo, la caída de los precios del petróleo sugiere una caída en los próximos meses y el aumento de los salarios no se está trasladando a los precios, lo que plantea una desconexión inexplicable para el BCE.

Ante esta cuestión, es probable que el BCE reduzca las proyecciones de crecimiento y de inflación subyacente y puede que ofrezca una perspectiva más cautelosa sobre los riesgos, al tiempo que Draghi reitera su argumentación de que la ralentización se debe simplemente a un regreso a la normalidad tras la fuerte evolución reciente.

En el plano positivo, Italia dio pasos esta semana para llegar a un acuerdo que permita salvar el estancamiento en materia presupuestaria, mientras Estados Unidos y China están avanzando para reducir las tensiones comerciales.

Para contrarrestar las malas noticias, Draghi también podría insinuar algunos edulcorantes futuros.

Uno de ellos sería aplazar las expectativas del primer aumento de los tipos de interés, ya que sería una forma fácil de mantener bajos los costes de los préstamos. Otra propuesta sencilla sería ofrecer nuevos préstamos bancarios a largo plazo.

También se espera que Draghi detalle cómo reinvertirá el banco el efectivo, unos 200.000 millones de euros el próximo año. Si bien se espera que la mayoría de estas decisiones sean técnicas, deberían dar al BCE la flexibilidad suficiente para estimular la economía y la inflación.

(Información de Balazs Koranyi y Francesco Canepa; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)