El BCE, incómodo con tener que liderar el drama de financiación de Grecia

Las autoridades del Banco Central Europeo partirán el miércoles rumbo a Chipre acechadas por la incómoda sensación de que podrían tener la llave de la permanencia de Grecia en el euro. En la imagen, un jardinero en el tempolo de Zeus de Atenas, el 4 de febrero de 2015. REUTERS/Kostas Tsironis

Por Paul Carrel y John O'Donnell FRÁNCFORT (Reuters) - Las autoridades del Banco Central Europeo partirán el miércoles rumbo a Chipre acechadas por la incómoda sensación de que podrían tener la llave de la permanencia de Grecia en el euro. Reacio a apoyar un modelo en el que los países más ricos subsidiarían a Grecia, el BCE destaca como una de las principales opciones para impedir una inminente restricción del crédito en Atenas. Es una situación extraña para el BCE, una entidad independiente que quiere permanecer fuera del debate político sobre el futuro de Grecia, pero cuya función de prestamista de último recurso podría dejarle como la única institución capaz de detener el colapso económico allí. "El BCE tiene justificación para ser cauto debido a la alta exposición política", dijo Richard Portes, profesor de economía en la London Business School, destacando que el banco acaba de cerrar un debate político sensible: el programa de compra de bonos soberanos. Tras el debate, el BCE intentó retirarse de la primera línea de fuego político. Cumpliendo sus reglas de forma estricta, cortó la financiación a los bancos griegos después de que Atenas abandonó su programa de rescate, una condición para acceder a los fondos de la institución. La decisión obligó a las entidades helenas a recurrir a la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) de su banco central nacional, un recurso temporal que aumentó la presión sobre los gobiernos para hallar una solución política antes de que el sector bancario entrase en crisis. El presidente del BCE, Mario Draghi, defendió la decisión la semana pasada en el Parlamento Europeo, en una sesión a ratos acalorada: "El BCE no tenía otra opción", dijo. Ahora, una nueva amenaza de restricción de la financiación, esta vez para el Gobierno griego, significa que los 25 miembros del Consejo de Gobierno del BCE no tendrán más remedio que entrar a la arena política debido al peso de su opinión sobre operaciones de financiación claves. El Consejo se reúne en Chipre el miércoles y jueves. Sin acceso a los mercados de deuda y enfrentado a una fuerte caída de los ingresos por impuestos, se espera que Atenas se quede sin dinero a mediados o finales de marzo. Si no recibe los fondos de rescate tras completar -o, al menos, comenzar- las reformas a las que se ha opuesto públicamente, el Gobierno heleno se enfrenta a la perspectiva de un impago en pocas semanas. Aunque pretenden evitar tener que jugar un papel decisivo en el destino de Grecia, los responsables del BCE temen que el país acabe saliendo de la zona euro al caer en una suspensión de pagos sin un plan de contingencia. (Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Edición de Emma Pinedo)