El “asteroide perdido” que pasó inusualmente cerca de la Tierra

El tema ha sido abordado en singulares películas de ficción y sobrevivencia ante una megacatástrofe y, con mayor rigor, es objeto de estudio e investigación continua por parte de científicos de muchos países. ¿Cuál es el riesgo de que un asteroide o cometa de gran tamaño choque con la Tierra y provoque devastación sustantiva? ¿Podría suceder algo así en el futuro?

El riesgo existe y, definitivamente, un evento destructivo de esa naturaleza sucederá algún día. Ya ha sucedido y volverá a suceder, si bien hasta donde se conoce la probabilidad de que un impacto mayor suceda en el futuro cercano es muy reducida. Por ejemplo, el centro CNEOS de la NASA, dedicado a rastrear objetos que puedan pasar cerca de la órbita terrestre y a medir su riesgo de impacto, señala que actualmente ha identificado dos posibles riesgos de colisión entre 2050 y 2075, pero en ambos casos la probabilidad de que esos asteroides no choquen con la Tierra es hasta el momento 99.999%.

Esta imagen suministrada por NASA/JPL-Caltech muestra la interpretación artística de la aproximación de un asteroide a la Tierra el 15 de febrero del 2013. (AP Foto/NASA/JPL-Caltech)
Esta imagen suministrada por NASA/JPL-Caltech muestra la interpretación artística de la aproximación de un asteroide a la Tierra el 15 de febrero del 2013. (AP Foto/NASA/JPL-Caltech)

Así, aunque no habría catástrofes en puerta, sí han sucedido recientemente encuentros singulares y cercanos con asteroides. Uno de ellos es el caso del “asteroide perdido”, denominado 2010 WC9, que fue por primera vez detectado en 2010 pero luego se le perdió la pista. Como relata el portal Space, el asteroide tiene entre 38 y 119 metros de diámetro y pasó cerca de la Tierra, a la mitad de la distancia entre el planeta y la Luna (203,000 kilómetros), el pasado 15 de mayo.

No implicó por ello ningún riesgo de colisión, pero ha llamado la atención que tras ser detectado a finales de 2010 se le siguió la pista durante 11 días y luego ya no fue posible seguir su rastro hasta que, el pasado 8 de mayo, fue detectado de nuevo. Por ello se le ha denominado el “asteroide perdido” y esa peculiaridad suscitó comentarios sobre la posibilidad de que objetos que pudieran impactar la Tierra pudieran ser detectados solo cuando ya están muy cerca y, por ende, cuando su potencial efecto destructor sería inminente y demasiado próximo para poder evitarlo.

No estaba perdido del todo

Ciertamente se han dado casos en que asteroides son detectados únicamente a poco de que pasen cerca de la Tierra, como fue por ejemplo el asteroide 2018 GE3, del tamaño de un campo de futbol y que fue identificado solo unas horas antes de que cruzara cerca, a la mitad de la distancia entre el planeta y la Luna, el pasado 15 de abril, de acuerdo al portal LiveScience.

Pero el “asteroide perdido” en realidad no lo estaba, pues las observaciones realizadas en 2010 permitieron calcular que volvería a las cercanías de la Tierra alrededor del 14 mayo de 2018 y que no colisionaría con el planeta. Así, la predicción fue certera y por ello, aunque no resultó visible por bastante tiempo, al final el 2010 WC9 volvió a las inmediaciones de la Tierra como se había previsto, sin haberse realmente “perdido” o causar sorpresa con su llegada.

En todo caso, dado que no es muy común que asteroides de cierto tamaño pasen cerca de la Tierra, la llegada de objetos como los citados (con o sin sorpresa incluida) causa mucho interés y fascinación entre los científicos y los aficionados a la astronomía. Por ello, visitar sitios como Minor Planet Center, de la Unión Astronómica Internacional, el apartado sobre asteroides y cometas del sitio de la NASA y el citado CNEOS provee información actualizada y fascinante para quien desee seguir el tema.

Y quien quiera, además, ponderar escenarios de hipotéticos choques con la Tierra, el simulador ImpactEarth de la Universidad de Purdue es una herramienta interesante que incluso calcula los potenciales daños que un impacto de cierta magnitud (el usuario puede aportar los valores) podría producir en el planeta.

En todo caso, actualmente no existe riesgo conocido que requiera llamar a Bruce Willis como en la popular cinta ‘Armageddon’ y, en realidad, lo que se muestra en esa película en realidad no resultaría muy efectivo para proteger de la devastación a la Tierra en el caso de que un asteroide mayor avanzara hacia ella. En cambio, sí existen esquemas como la misión de la nave DART, que será lanzada a finales de 2020 con el objetivo de impactar contra un pequeño asteroide y medir el efecto de ello en su órbita, o el proyecto conceptual Hammer que propone también desviar la trayectoria de un satélite mayor con un impacto de una nave mayor o con la detonación de un dispositivo nuclear.

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