El Airbus 320 de Germanwings tuvo un problema mecánico 24 horas antes de sufrir el accidente

24 horas después de la catástrofe de Germanwings lo que pudo ocurrir dentro del Airbus 320 sigue siendo un misterio. A la espera de que se haga pública la valiosa información almacenada en la caja negra del aparato, los máximos dirigentes de la compañía apenas han dado pistas sobre lo acaecido.

Uno de los pocos datos filtrados ha sido que el aparato, comprado por Lufthansa en 1991 y que tenía cerca de 58.000 de vuelo -la vida útil del modelo es de 60.000- tuvo una avería en el tren delantero de aterrizaje un día antes de que se produjera la catástrofe.



Según informa el diario alemán Der Spiegel, el Airbus de Germanwings tuvo un problema en la puerta del tren de aterrizaje en la jornada del lunes. Este fallo fue solucionado, y el aparato pudo cubrir las rutas de Dusseldorf a Berlín (ida y vuelta) y de Dusseldorf a Madrid (ida y vuelta) y finalmente, la ruta de la ciudad alemana a Barcelona. A la vuelta de la ciudad condal fue cuando se produjo el accidente.

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Según informa la agencia EFE, un portavoz de Lufthansa ha revelado que las trampillas delanteras del tren de aterrizaje del avión siniestrado hicieron ruidos porque no se cerraban herméticamente, pero que hacia las 10.00 horas del lunes se solucionó el problema y el avión estaba de nuevo listo para volar.

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, negó el martes que existiera una relación entre la reparación que se hizo el día anterior y el accidente.

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Der Spiegel señala que varios pilotos de Germanwings se han negado a volar tras el suceso. Según informa, muchos de ellos lo han hecho por una mezcla de miedo y de respeto a sus compañeros muertos.

30 vuelos supendidos
TVE informaba esta mañana que Germanwings había suspendido 30 vuelos en toda Europa durante la jornada de ayer, porque la compañía no fue capaz de reunir las tripulaciones suficientes como para llevarlos a cabo. Algunos tripulantes de cabina y pilotos se habrían negado a trabajar, una circunstancia única que no se ha dado en los últimos accidentes aéreos que se han producido: ningún piloto de Air France se negó a volar tras el accidente del AF447 o ningún trabajador de Spanair lo hizo después de la tragedia de Barajas.

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