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Todos los ejes de tensión que recalientan la "guerra fría" entre EE.UU. y China

El presidente norteamericano Donald Trump y su par chino Xi Jinping

China y Estados Unidos están "al borde una nueva Guerra Fría". Así resumió en mayo pasado la compleja y cada vez más tensa relación entre ambos países el ministro chino de Asuntos Extranjeros, Wang Yi. En su conferencia de prensa, Yi se refirió sobre todo a la pandemia del coronavirus, que enfrentó aún más a las potencias. Pero el origen del Covid-19 es tan solo uno de los puntos de fricción entre Pekín y Washington.

El último capítulo de tensión fue el cierre del consulado chino en Houston que ordenó hoy la Casa Blanca, argumentando la necesidad de proteger su propiedad intelectual e información nacional. Pero hay mucho más en juego. A continuación, los principales focos de conflicto entre las dos potencias.

1. El origen del virus

A medida que la crisis del Covid-19 dejó de parecer como un problema de salud confinado a China y se convirtió en una pandemia, las relaciones entre Washington y Pekín comenzaron a mostrar más grietas.

Ya a fin de marzo el presidente norteamericano, Donald Trump, empezó a usar el término "Kung Flu" ("gripe kung") y culpó al presidente chino, Xi Jinping, por no advertir al mundo del nuevo virus y por ocultar el alcance de su brote. El mandatario fue más allá al afirmar que había evidencia que vinculaba el Covid-19 con un laboratorio de alta seguridad en la ciudad china de Wuhan, donde el patógeno fue identificado a fines del año pasado.

Esta posibilidad ha sido rechazada por China y desestimada incluso por el director nacional de inteligencia de Estados Unidos, Richard Grenell, que descartó que se trate de un virus "artificial o modificado genéticamente".

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Desde China, la respuesta a estos ataques ha sido insinuar que el origen de la enfermedad podría estar en Estados Unidos.

En el juego de echarse culpas mutuamente, Trump arremetió duramente contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que acusa de estar influenciada por china. Este mes el presidente norteamericano comenzó el proceso formal de retirar a Estados Unidos de la organización. La retirada no entrará en vigor hasta el año que viene. China por su parte entregará a la OMS unos 2000 millones de dólares adicionales para responder a la pandemia.

Las acusaciones por el Covid-19 continuaron. Ayer Estados Unidos acusó a dos hackers chinos de robar datos sobre vacuna contra coronavirus y presentó cargos contra dos piratas informáticos.

La guerra comercial

Poco tiempo después de asumir, Trump imprimió un giro proteccionista a su gobierno y convirtió a China en su principal blanco. En julio de 2018, Estados Unidos empezó a aplicar aranceles millonarios a productos importados chinos, en particular de tecnología de punta. Para Trump, sus aranceles son un costo necesario a pagar para obligar a China a frenar lo que él califica de prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual. Pekín reaccionó de inmediato con aranceles a productos estadounidenses

El 15 enero de este año China y Estados Unidos firmaron un acuerdo comercial, considerado por ambos países como una tregua. China acordó importar 200.000 millones de dólares adicionales en productos estadounidenses durante dos años, por encima de los niveles adquiridos en 2017. En mayo pasado, a pesar de las tensiones, representantes de comercio de ambas potencias acordaron implementar el acuerdo.

La carrera tecnológica

La gran guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, las dos únicas superpotencias, recién empieza y sobrevivirá por décadas y décadas. El primer giro radical de esta guerra se dio a mediados de mayo de 2019 cuando Trump firmó una orden ejecutiva que prohibía vender componentes tecnológicos a Huawei y vetó sus equipos de las redes de telecomunicaciones del país por motivos de seguridad nacional.

Estados Unidos acusa a Huawei de estar vinculada al gobierno chino y ejerce un poderoso un poderoso lobby para que otros países, como Gran Bretaña, prohibían la participación de Huawei en la red 5G.

Pero la batalla con Huawei estalló en un conflicto más amplio que alteró casi todas las partes del sector tecnológico en las dos potencias. Huawei respondió tomando medidas para divorciar toda su cadena de suministro de Estados Unidos. China está fabricando semiconductores y productos electrónicos de consumo sin piezas de Estados Unidos.

En el ámbito de las redes sociales, Trump abrió en noviembre pasado una investigación a ByteDance Inc., con sede en Pekín, el creador de la exitosa aplicación TikTok, sobre las preocupaciones de seguridad nacional que rodean la recopilación de datos personales de los usuarios. Según expertos, las nuevas peleas se darán en el ámbito de la Inteligencia Artificial.

El avance de Pekín sobre Hong Kong y sobre los derechos humanos

Hong Kong se ha convertido en el último campo de batalla en la rivalidad entre China y Estados Unidos. Las tensiones comenzaron a fin de junio, luego de que China aprobó una polémica ley de seguridad nacional para Hong Kong, que, según opositores, busca amordazar a la oposición y socavar la autonomía del territorio autónomo. La ley se promulgó un año después de que empezaran las protestas prodemocracia en Hong Kong.

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Días después, Trump anunció el fin del trato preferencial para Hong Kong, abriendo la puerta a aranceles y otras medidas. A principios de julio, el Congreso aprobó nuevas sanciones a los funcionarios chinos involucrados en la represión de las protestas en Hong Kong. El secretario de Estado Mike Pompeo también anunció nuevas restricciones de visas para funcionarios chinos involucrados en "socavar el alto grado de autonomía de Hong Kong", lo que llevó a Pekín a amenazar con represalias contra los funcionarios estadounidenses

El conflicto en el mar del Sur de China

El control del mar de China Meridional, donde hay zonas cuya soberanía Pekín se disputa con otros países, también es un motivo de fricción entre Washington y Pekín.

A mediados de abril, los medios oficiales chinos anunciaron la creación de dos nuevos distritos como parte de la ciudad de Sansha, en la sureña isla de Hainan. La medida resultaba polémica pues entre las nuevas áreas que gestionará la ciudad están algunas que otros países como Vietnam y Filipinas reclaman como propias.

"El mundo no permitirá que China trate al Mar del Sur como su imperio marítimo", dijo Pompeo. Observadores señalan que esta es la primera vez que Estados Unidos toma partido. Después de la declaración de Pompeo, un destructor estadounidense navegó cerca de las Islas Spratly reclamadas por los chinos, desafiando a Pekín.

Agencias AFP y AP, BBC Mundo y The New York Times