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En Economía buscan evitar un efecto adverso si hay default

Se despegan de la suerte bonaerense, más allá de que trabajan en forma coordinada

Mientras Axel Kicillof les "muestra los dientes" a los bonistas de la deuda de la provincia y persiste en una postura dura -en medio de una negociación que hasta ahora solo logró un alargue de una semana-, en el Gobierno transitan la cuenta regresiva por un sendero estrecho que circula entre la sintonía con el gobernador bonaerense yel despegue ante un eventual escenario de default provincial.

En el Palacio de Hacienda aseguran tener "optimismo" en que la provincia llegará a un acuerdo con sus acreedores para extender los vencimientos de la deuda. Pero anticipan que en caso de que Buenos Aires caiga en un default "no tendría que haber efecto arrastre" para la deuda soberana. Afirman que el ministro de Economía, Martín Guzmán, trabaja "coordinado" con el gobernador bonaerense, pero repiten que, en el peor de los escenarios, no habrá un salvataje para la provincia con fondos nacionales saliendo en auxilio de La Plata.

"El Estado nacional no es corresponsable jurídicamente por las deudas provinciales. Desde el punto de vista jurídico son dos jurisdicciones distintas", insistieron en Economía en las últimas horas.

Para Wall Street la intransigencia que Kicillof exhibió a los bonistas de la provincia y la situación de la deuda soberana integran un único libreto. En los Estados Unidos, el caso bonaerense oficia de antecedente para la deuda que debe negociar Alberto Fernández.

En el Gobierno, sin embargo, intentan delimitar la frontera entre un caso y el otro. "En materia de deuda, la Nación y la provincia se están ahogando, pero están intentando llegar a la playa. La Nación está más cerca de la arena y le tiende la mano ahora a la provincia para que no se ahogue. No es que esperará a que se hunda para salir al salvataje después", graficó una fuente del equipo económico al tanto de los movimientos de Guzmán.

En la conferencia de prensa que otorgó esta semana, el ministro de Economía aseguró que ambos gobiernos están trabajando "coordinadamente", aunque no dio detalles de cómo asiste al gobernador bonaerense. Su solo mensaje público fue parte de ese trabajo en tándem, especialmente en el párrafo dirigido elípticamente a los acreedores de la provincia: advirtió que espera "que haya voluntad por parte de los bonistas para obtener una solución ordenada", porque "si la situación termina siendo desordenada se perjudican todas las partes".

"Se buscarán todas las estategias posibles. La única estrategia que no habrá es la de un salvataje", repitieron esta semana en Hacienda en diálogo con LA NACION.

Viaje

En la provincia lograron prorrogar hasta el 31 de enero la negociación para intentar lograr un consentimiento con los tenedores del bono BP21 que les permita postergar el vencimiento de la deuda bonaerense al 1º de mayo. En esa instancia -se presume- la situación de la deuda soberana debería estar más ordenada.

Guzmán podrá hacer una traducción más fina de la postura de la Argentina cuando aterrice mañana en Nueva York y se encuentre en el Consejo de las Américas con analistas, inversores y empresarios. También cuando se entreviste con Luis Cubeddu, jefe de misión para la Argentina del Fondo Monetario Internacional (FMI). En los Estados Unidos, además de señales, esperan conocer los lineamientos del programa económico de Fernández.

"No tienen Kicillof y su equipo antecedentes de defaulteadores seriales, todo lo contrario", señalaron en las últimas horas en el Gobierno, al recordar la negociación de la deuda con el Club de París de 2014. Destacaron que, aunque la formación de Guzmán -investigador asociado de la Universidad de Columbia- es más conservadora que la de Kicillof, ambos vienen mostrando buena sintonía en el trato. Kicillof visitó el Ministerio de Economía semanas atrás y abrazó a varios de los colaboradores que supieron escoltarlo durante su paso por la cartera nacional.

En el Palacio de Hacienda esta semana intentaban replicar el semblante sereno que caracteriza al titular de la cartera. El rebote del 5% (hasta los 1920 puntos) que tuvo el riesgo país el día después de la advertencia de Guzmán a los bonistas, aseguraron, no cambió la ecuación. "Hace tiempo que el riesgo país superó un límite que es peligroso", se sinceraron.