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Durante un mes me alimenté con 2 dólares diarios pero lo más difícil del reto no fue la comida

En un mes aprendí muy bien cómo preparar harina de avena.

(Kathleen Elkins/Business Insider)

En enero decidí aceptar el “Desafío de Elon Musk” y me alimenté a diario con solo 2 dólares.

Antes de comenzar el experimento era una completa escéptica. La idea me parecía terrible e improbable pero, sorprendentemente, descubrí que comer a diario con un presupuesto de 2 dólares es posible.

Sin embargo, lo más sorprendente fue la parte más difícil del reto, al menos para mí. Lo más complicado no era enfrentar el dolor del hambre o sacrificar el chocolate, uno de los muchos lujos que estaba acostumbrada a darme. Tampoco era lidiar con la monotonía de comer los mismos nueve alimentos día tras día.

Sin duda, la parte más difícil e incómoda de ese mes fue aceptar los alimentos que otras personas me ofrecían gratis.

El desafío de Elon Musk, como lo interpreté yo, consiste en utilizar tus recursos y capacidad de resolución de problemas para sobrevivir con un presupuesto de 2 dólares al día. Por esa razón, decidí que estaba bien aceptar la comida que otros me ofrecieran y antes de empezar el reto establecí una regla: puedo aceptar comida o cualquier obsequio de otras personas.

Nunca había tenido que buscar comida gratis, así que algunos amigos muy generosos y preocupados por mi ingesta de proteínas y calorías me ayudaron durante ese mes ofreciéndome aperitivos y, en ocasiones, una comida completa. Además, ¿qué otra cosa podían hacer cuando iba con ellos a un restaurante o un bar y solo pedía una taza de agua porque no podía permitirme otra opción del menú?

Claro, también podría haber evitado ir con ellos a los restaurantes o bares, pero si deseas disfrutar y socializar con tus amigos también tienes que salir a comer y beber con ellos.

Mis amigos fueron lo suficientemente generosos como para incluirme en el plan comprándome algo o compartiendo conmigo lo que habían ordenado. Sin embargo, depender totalmente del dinero de otros es muy extraño, es incómodo cuando llega la cuenta y tú no puedes aportar.

Comida gratis

(Kathleen Elkins/Business Insider)

Durante ese mes, me invitaron a esta tortilla francesa esponjosa, un gran tazón de avena y una copa gigante de helado.

No me malinterpreten, fue delicioso comer una tortilla francesa esponjosa o una bola de helado copiosa para variar mi dieta, y no podría haber agradecido más a mis amigos, pero no acababa de sentirme a gusto. Es complicado determinar exactamente qué sentía, era una combinación de culpa, vergüenza e incompetencia.

Es muy incómodo que los demás tengan que pagarte.

Por muy deliciosas que fueran esas comidas, no estoy segura si valió la pena incluirlas en el reto.

Business Insider
Kathleen Elkins