Dunkin' Donuts de Baltimore ofrece cupones a sus clientes si reportan a los empleados que no hablen inglés

Las donas son famosas por su sabor y por su singular forma. Pero algunos de quienes las comercializan parecen tener, como ese panecillo, un notorio vacío en el centro.

Al parecer hay una ola de intolerancia, racismo y xenofobia en ciertos comercios de Estados Unidos. En un caso, prejuicios contra afroamericanos produjeron inadmisibles abusos y sacudieron a la cadena Starbucks. En otro, un vociferante sujeto pretendió dictar el idioma en el que pueden hablar los empleados y clientes de un restaurante neoyorquino. En ambas situaciones la indignación social ante ello fue enorme y tanto la citada empresa como el individuo sufrieron descrédito.

Ahora, como narró la televisora WBAL, un nuevo y peculiar caso se dio en un restaurante Dunkin’ Donuts en Baltimore. Allí, el lunes pasado un letrero apareció sobre el mostrador de ese local, colocado allí por su gerente. Rezaba:

“Si usted escucha a cualquiera de nuestro empleados gritando en un idioma diferente al inglés, por favor llame inmediatamente al 443-415-7775 con el nombre del empleado para recibir un cupón para un café y un pastelillo”.

La reacción ante lo que parecía tanto una forma de intimidación contra los trabajadores de ese sitio como un nuevo ejemplo de xenofobia fue intensa. Como reportó la citada televisora, hubo personas que exigieron que se permitiera a los empleados de ese local de Dunkin’ Donuts hablar el idioma que prefirieran. Un cliente entrevistado dijo: “es horrible, es el tipo de cosas que uno espera en este clima, cosas horribles como esa”. El clima, es de suponer, es la punzante animadversión xenófoba y racista que se experimenta con inquietante frecuencia en Estados Unidos.

Otros, por ejemplo, comentaron lo extraño de que al gerente de esa tienda le pareciera mal que sus empleados gritaran en otro idioma diferente del inglés, pero no que lo hicieran en ese idioma ni que lo hicieran en sí.

Por añadidura, el gerente de esa local no solo parece tener problemas con lenguas diferentes al inglés, sino que tampoco parece estar muy actualizado en su labor. La televisora WBAL llamó al teléfono colocado en el anuncio y quien les contestó dijo que ya no era el gerente de esa tienda y que ese cartel era antiguo, aunque él aceptó haber colocado uno similar en el pasado y haber enfrentado también por ello críticas de sus clientes.

Y por lo que el dueño de otra franquicia de Dunkin’ Donuts dijo a la WBAL 11, colocar esa clase de letreros no es precisamente inusual, pues él reconoció haber colocado uno similar en su tienda años atrás “para complacer a sus clientes”.

En todo caso, el vendaval por el presente letrero ha sido considerable y ante la crítica la corporación Dunkin Donuts señaló en un comunicado que “Dunkin’ Donuts y nuestras franquicias compartimos el objetivo de crear un ambiente de bienvenida y hospitalario para todos nuestros huéspedes. El dueño de la franquicia nos informó que el letrero colocado por su gerente general con base en su juicio personal para asegurar que esos estándares eran cumplidos. Aunque su intención fue atender un asunto de servicio y satisfacción del cliente, el franquiciatario determinó que su enfoque fue inapropiado y confirmó que el letrero fue retirado”.

No queda claro, con todo, cuáles eran tales estándares ni el servicio al cliente que se pensaba otorgar. Y aunque puede entenderse que escuchar gritos en un idioma que no se comprende puede resultar molesto para algunas personas, llamar a la clientela a participar en una suerte de caza de brujas con una dulce recompensa añadida acabó siendo una decisión errada y contraproducente.

Entre las donas, allí, también se cocieron habas.

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