Dulces magnolias: una celebración de la amistad un poco empalagosa

Dulces magnolias (Estados Unidos, 2020). Creadora: Sheryl J. Anderson. Elenco: Joanna Garcia Swisher, Brooke Elliot, Heather Headley, Chris Klein, Jamie Lynn Spears. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena

Para el espectador que se está tomando este tiempo de cuarentena para ver series que desafíen su inteligencia y que lo estimulen estética e intelectualmente, Dulces magnolias, disponible en Netflix, no es lo que está buscando. En el extremo opuesto de las ficciones de antihéroes de morales endebles y comportamientos cuestionables, este drama celebra la amistad, la familia y las tradiciones de la vida de pueblo de la manera más tierna, empalagosa y sincera posibles.

Basada en las novelas de Sherryl Woods ambientadas en el ficcional pueblo de Serenity, en el sur de los Estados Unidos, la serie no pide demasiado de su público. Apenas que aumenten la tolerancia por personajes estereotipados, un guion que carece de sutilezas y una cantidad excesiva de líneas narrativas por episodio. Claro que todo ese trazo grueso viene acompañado de un pintoresco poblado sureño, un reino de fantasía donde se puede vivir sin cerrar las puertas con llave y dónde todo el mundo se conoce. Para bien o para mal.

En el caso de Maddie (Joanna Garcia Swisher), el hecho de que en Serenity todo el mundo sepa las circunstancias que pusieron fin a su matrimonio con Bill (Chris Klein), un respetado médico del lugar que engañó a su esposa con Noreen (Jamie Lynn Spears), una enfermera mucho más joven, y decidió divorciarse cuando el romance resultó en embarazo. Los gestos de pena que recibe Maddie por donde quiera que vaya la exasperan tanto como encontrarse a su arrogante exmarido en la iglesia junto a su nueva pareja. Sobre todo porque en esta historia el lugar del servicio religioso tiene tanta importancia como la reunión semanal que une a Maddie y a sus dos mejores amigas, Dana Sue (Brooke Elliot) y Helen (Heather Heathley). Juntas desde la infancia, las tres se apoyan en todo y van al rescate de la que lo necesite cuando la vida empieza a complicarse.

Para Dana Sue, chef y dueña de un restaurant exitoso, su capacidad de mando y autoridad es cuestionada por sus empleados que la acusan de autoritaria, lo mismo que su hija adolescente que no ve la hora de alejarse de ella y del pueblo en el que nació. Y Helen, abogada prestigiosa, las batallas judiciales y su interés en mantener vivo el Serenity que la cobijo cuando perdió a sus padres empiezan a interferir con su deseo de formar una pareja y ser madre.

A pesar de su marcada tendencia a repartir lecciones de vida y su mirada bastante puritana sobre el mundo adulto, Dulces magnolias tiene un innegable encanto y una cualidad que invita a maratonear los diez episodios de su primera temporada. Un impulso que se sostiene por las interpretaciones de las tres protagonistas y especialmente por el trabajo de Swisher, una actriz de mucha experiencia en ciclos televisivos con un carisma y una sensibilidad que encajan a la perfección en la historia que se cuenta. Cuando las tres protagonistas comparten escenas la serie se sacude algo de solemnidad y su exagerado dramatismo para convertirse en una divertida y emotiva celebración de la amistad femenina.